En el tiempo
que he tardado en transcribir y subir esta entrevista a Santiago García y Luís Bustos acerca de ¡García! - el cómic que acaban de sacar al mercado - se ha hecho pública una noticia excelente que
atañe a Santiago y es que se ha llevado – junto a Javier Olivares - el Premio Nacional de Cómic por Las Meninas, obra
de ambos. Dicho esto, el motivo de la reunión que Daniel Ausente y yo tuvimos
con Luís y Santiago era hablar de su trabajo conjunto recién publicado.
Daniel
Ausente: Primero os quiero decir que lo he pasado genial leyendo ¡García! Luego, que os he maldecido al
llegar al final por el gran continuará con el que acaba…¿Cuándo podré leer la
continuación?
Luís
Bustos: Lo estoy dibujando y voy por la mitad. Aún no hay fecha prevista de finalización pero queremos que sea
lo antes posible.
Daniel
Ausente: Una de las cosas que me gusta de este cómic es que coge elementos propios españoles
y los aplica a nuestra cultura popular. Hoy, mientras venía para aquí pensando
en ello, he apuntado en un papel “franquismo pop en clave 15-M”. ¿Os parece una
buena definición?
Santiago
García: Un poco sí. Lo que hemos hecho con ¡García! es resituar nuestros referentes con
nuestra identidad y realizado una labor de recuperación de nuestra herencia
cultural, que es doble: una es la española y, la otra, la americana que es la
que hemos mamado desde pequeños intentando borrar nuestra propia herencia
cultural. Con ¡García! el proceso, el
contenido y la forma han encajado solos.
Daniel
Ausente: Hay una referencia muy
clara a Roberto Alcázar y Pedrín y eso es franquismo pop. ¿Cuándo erais
pequeños leíais estos tebeos?
Luís
Bustos: Yo sí. Mi padre me compraba Roberto
Alcázar y Pedrín
y el Guerrero del antifaz aunque
yo prefería los cómics de Marvel. No
tuve un recuerdo especialmente grato de Roberto
Alcázar hasta que, hace unos años,
tuve que coordinar y comprobar temas de color de una nueva edición. Entonces
los releí y me di cuenta que no era un personaje tan abiertamente facha como piensa
la gente sino que, más bien, eran un par de aventureros que pasaban historias
rocambolescas, con un punto muy colonialista y de mirar muy por encima del
hombro a otras culturas.
Santiago
García: Roberto Alcázar y
Pedrín acabó en 1976. Justo entonces se empezó a reeditar en formato vertical
remontado con colores pastel empezando, no por el principio sino por la
aventura del hombre diabólico, que es la más famosa de la serie. Yo lo leía
porque lo compraba un compañero de clase con el que me intercambiaba tebeos.
Por tanto, aunque no lo compraba sí que
lo leía. Y ahora, claro, lo volví a leer.
Daniel
Ausente: ¿La has leído entera?
Santiago
García:¡Toda no! Ceo que es la serie de cómic de aventuras español más longeva. De
hecho, casi se superpone con el franquismo. Es curioso porque se la identifica
mucho por una serie de cuestiones y, en cambio, cuando la relees descubres que es casi una serie de
vanguardia. No tiene argumento, casi no tiene tema, todo lo que ocurre es
gráfico, rocambolesco… Tiene violencia y acción. Es como un tebeo de Yokoyama
pero con un estilo de los años 40, muy primitivo. Pero también es cierto que ha
cargado con una lacra que utilizamos deliberadamente en el cómic. Y, cuando lo
lees, ves que eso no está ahí. No había ningún tipo de adoctrinamiento.
Daniel
Ausente: Los malos solían ser monstruos, chinos émulos de Fu-Manchú…
Santiago
García: Eran las típicas aventuras exóticas en las que los personajes viajaban por
todo el mundo. Si os fijáis, casi nunca sucedían en España sino que estaba todo
muy deslocalizado como si estuvieran intentando evitar la realidad. Eran
historias muy fantásticas con todos los tópicos colonialistas de la época. En
realidad, está muy alejado de lo que hemos hecho en ¡García! o en parodias como Roberto
España y Manolín, de Miguel Gallardo. Roberto
Alcázar y Pedrín han proyectado una
especie de imagen icónica que supera la realidad del propio tebeo y que, por
algún motivo, la hemos ido recogiendo muchos autores contemporáneos.
Luís
Bustos: Podríamos decir que ¡García! es una parodia de Roberto Alcázar y Pedrín quizá desde un
punto de partida de recoger esa carga cultural que durante muchos años habíamos
negado y, a partir de ahí, hacer una cosa absolutamente nueva.
Roser: Yo veo que ¡García! es una obra muy actual.
Mientras lo leía me daba la impresión que había sido escrito muy recientemente,
como de ahora mismo. En cambio, eso no es posible porque la elaboración del
guión y el dibujarlo lleva su tiempo. ¿Cómo lo habéis hecho para conseguir ese
efecto?
Santiago
García: En realidad lo hemos estado reescribiendo continuamente. Ha sido un
despiporre. Había una serie de elementos, en cuanto a los personajes y su
desarrollo, que ya estaban claros. Pero luego, lo que es la trama de
actualidad, se ha ido reelaborando continuamente, cambiándola y ajustándola. De
hecho, eso nos preocupaba mucho porque, sino, se nos moría entre las manos.
Roser: Entonces, para vosotros
sería una locura el trabajar, ¿no? Os imagino todo el día correo va correo
viene, con cambios constantes en el dibujo y el guion…
Luís
Bustos: Tampoco creas… Éramos muy conscientes que esos cambios se tenían que
producir porque veíamos que si no lo hacíamos no funcionaria o en breve se
quedaría desfasado. Por tanto, en ese sentido, todo ha ido saliendo bastante
fluido.
Santiago
García: Ha habido un proceso, empezando desde una actualidad muy rabiosa para ir a
descubrir otra actualidad más de fondo y perdurable, que es la que hemos
potenciado para que, a menos que pasara algo muy gordo la semana próxima, la
vigencia de lo que se describía fuera mayor. De hecho, lo hicimos
deliberadamente. Luís ya tenía páginas dibujadas en las que el acercamiento a
la realidad y los referentes a personajes era mucho mayor pero luego decidimos alejarnos
un poco para conseguir una mayor vigencia, que fuera más universal y tuviera
una menor caducidad. No solo por una cuestión de actualidad comercial sino por
lo que queríamos contar en el libro.
Roser: Este cómic tiene ya
mucha historia… Es heredero de un proyecto que empezaste hace años, Santiago,
con Manel Fontdevila pero que no pudo terminar. Y a mí me pica la curiosidad de
cómo fue que lo acabaste retomando con Luís. ¿Llegó a ti con una frase tan
rotunda como lo hizo David Rubín con Beowulf?
Santiago
García: Luís no se expresa de una forma tan testicular como David. ¡Él es más
suave!
Luís
Bustos: Todo empezó cuando, en junio del año pasado, enseñé a Santiago unas páginas
de Versus, el cómic en el que
entonces estaba trabajando, y le gustó mucho. Entonces, en seguida comentamos
las ganas que ambos teníamos de poder colaborar juntos. Nos conocemos desde
hace veinte años y ya habíamos trabajado juntos en otros aspectos pero jamás lo
habíamos hecho en un cómic. Así que, empezamos a darle vueltas y, al final,
Santiago me propuso retomar el proyecto de ¡García!
que hacía tiempo que estaba aparcado y creía que yo encajaba perfectamente en él.
Me pasó el guion, las páginas que había dibujado Fontdevila y me dije… ¡Joder, esto es oro puro! Rápidamente le
dije que sí y nos pusimos a trabajar en la reactualización del guion, que estaba
un tanto desfasado.
Santiago
García: Es cierto que Luís y yo somos amigos desde hace un montón de años y, hasta
ahora, habíamos tenido la sabiduría de no haber hecho ningún cómic juntos, cosa
que ya no podremos decir.
Roser: Espero que hayáis
estado a gusto trabajando uno con otro, porque ahora tenéis que seguir con la
segunda parte.
Santiago
García: Es que somos unos inconscientes… ¡Tiramos a saco! Fue mandar el cómic a imprenta el pasado mes
de junio y ya nos pusimos con la segunda parte.
Daniel
Ausente: El estilo de Luís
es muy distinto al de Manel Fontdevila, con lo cual, obligaba a hacer cambios
de guion. ¿Conserva mucho del antiguo? ¿O se han tenido que hacer muchos
cambios?
Santiago
García: Bueno… Conserva y no conserva. Verás… Ahora es cuando voy a entrar en mi
paja mental de siempre, que es el tema del guion. Al final, siempre intentamos
trabajar de forma que no haya esa división estricta entre guión y dibujo. En
este caso, hay un planteamiento que tiene que ver con un personaje, su
desarrollo y el efecto que puede causar en la sociedad española. Eso puedes
ambientarlo en muchos argumentos diferentes que fueron cambiando… Y no porque
yo haya hecho cambios sino también Luís, ya que tanto él participa del guión
como yo de la parte gráfica, aunque no sea el dibujante. Con Manel,el guion de
la historia original se nos caía de las manos… Aparecía ETA… Y va, y de
repente… ¡Se les ocurre hacer un alto el fuego! Y, como esto, aún hubo más, continuamente
pasaban cosas que nos descomponían la historia. Luego, cuando empecé a trabajar
en ¡García! con Luís, teníamos escrito
un guion entero del día de la coronación de Felipe VI y, tras comentarlo y
discutirlo unas cuantas veces, decidimos eliminarlo. Esta ha sido la parte más
maleable del proyecto pero, también, tiene como unas vigas que lo sujetan y que
están relacionadas con ese personaje que despierta en el Valle de los Caídos, con
Antonia y con la relación entre ambos… Estos son los hitos que sustentan la
historia, que podría haber ido por otros caminos y que nosotros hemos ido
actualizando y adaptando.
Daniel
Ausente: No sé si a ti, Luís, te costó mucho trabajar con guionista porque, en tus
dos novelas gráficas anteriores, Endurance
y Versus, lo hiciste solo. Eres
autor completo.
Luís
Bustos: Es muy agradable trabajar con Santiago porque es un guionista excelente y,
además, una persona muy flexible que pondera muy bien las cosas, sean cambios o
lo que toque…Con ¡García! todo ha
salido fluido… ¡Y con todo lo que hemos llegado a discutir y que discutiremos! Porque
¡García! es un trabajo abierto, con
el que todavía trabajamos y seguiremos en el futuro… Me siento muy cómodo con
Santiago y, como me permite aportar ideas, es estupendo. Además, partíamos de un
material cojonudo hecho por Manel Fontdevila y que yo no había visto mucho. Solo
lo suficiente como para captar el tono y que yo hiciera algo distinto. Personalmente,
me gusta mucho el dibujo de Manel y supongo que se debe reflejar en mi trabajo.
El proyecto inicial tenía un tono un poco más francobelga y, cuando yo lo
retomé, quise darle un estilo más americano y más personal mío. El hecho de
haber incluido estas diez páginas de Fontdevila, en clave retro, hace que el
contraste sea brutal y quede muy bien. En su día, vi las más de cien páginas de
Manel y me dije… Bueno, vale, bien…. Ahora voy a hacer mi ¡García!
Santiago
García: El trabajo que hizo Manel era fantástico pero muy distinto del de Luís. Una
cosa a tener en cuenta es que, cuando escribo un guion, lo hago pensando en un
dibujante concreto, que es con quien trabajaré. Yo no hago un guion y luego da
igual quien lo ilustre. En mi caso no es así. Cada dibujante tiene su
personalidad gráfica y eso cambia mucho, tanto la historia como otros aspectos.
Por ejemplo, Manel, cuando vio el libro publicado, me dijo que Luís dibuja
Madrid de una forma que él no habría sido capaz de hacer. Ha sabido captar un
Madrid sucio y decadente que Manel no dibujó. Eso tiene que ver con la
personalidad de cada ilustrador, aparte de que Luís conoce muy bien la ciudad. Ello
no quiere decir que lo de Manel fuera peor sino que habría destacado otros
aspectos que, de pronto, con Luís han adquirido otra dimensión. Estas son las
cosas que varían cuando cambia el dibujante.
Luís
Bustos: ¡Y eso que llevo catorce años viviendo en Barcelona!
Roser: Pues ya que llevas
tanto tiempo aquí quizá podrías aprovecharlo para un posible ¡García! 3 que tratara del momento en
que estamos viviendo actualmente en Cataluña, con proceso independentista y
tal…
Santiago
García: ¡Spolier! Si quieres tener la primicia, el título del tercero será García en Cataluña. ¡Y no lo digo en
broma!
Daniel
Ausente: Como Ocho apellidos vascos y los
Ocho apellidos catalanes...
Santiago
García: El título del cuarto probablemente sea García
en vascongadas.
Daniel
Ausente: Por cierto… ¡García!,de Santiago
García. Ahí hay algo, ¿no?
Santiago
García: ¡A saber! ¿Se te ocurre un nombre más bonito?
Daniel
Ausente: Fernández.
Santiago
García: Si te fijas, no sabemos su segundo apellido pero algún día se revelará.
García me parecía un primer apellido atractivo, fuerte, con gancho…¡Siempre que
lo he oído en mi vida, he acudido!
Daniel
Ausente: Me gusta el formato. Y más cuando lo lees. No sé si está a medio camino del
manga, de las novelas de bolsillo de las que se leen en el metro…Creo que es el
adecuado y permite que sea un cómic barato por la cantidad de páginas que
tiene.
Luís
Bustos: Esa era un poco la idea del armazón y también de su interior ya que, por un
lado, ¡García! bebe de los seriales y
del pulp. Y por otra parte, una de
mis influencias es el manga, cosa que se nota en la forma de narrar. El formato
obedece a eso, a que sea un punto de inflexión entre la novela gráfica, el pulp y las novelas para leer en el
metro, como has dicho tú, Dani. Por eso el texto de la contraportada es tan
grande y fácil de leer. ¡Para que todo el mundo lo vea en el metro!
Daniel
Ausente: ¿Ese formato también estaba pensado para el cómic con Fontdevila?
Santiago
García: Con él no llegamos a pensar en el formato. Esto se gestó con Luís.
Luís
Bustos: Hay una cosa que no le he contado a Santiago y que ahora va a saber… Y es
que, cuando llevaba setenta y pico páginas, las redimensioné. Había muchas
páginas completas y sabía que saldría un tomo muy gordo. Por eso, pensé
que estaría bien un formato más cuadrado
aunque no tanto como Versus, que lo
era del todo. Pero luego se me ocurrió pensar que si se llegaba a vender al
mercado francés en ese formato, igual
podrían poner pegas. Por eso, al final lo reduje unos tres milímetros y, como
está hecho todo en digital, me fue fácil mover las viñetas.
Daniel
Ausente: Santiago tiene todo un libro sobre teoría,
La novela gráfica y, cuando
hablamos de novela gráfica, uno piensa en cómic sobre enfermedades o
autobiografía. En cambio, este es un cómic principalmente divertido y
entretenido. Antes hemos hablado de Roberto
Alcázar y Pedrín pero también tiene un punto del Capitán América. Me gusta esa idea de decir que la novela gráfica
puede ser, perfectamente, un cómic divertido o con vocación de ser leído por
cualquiera.
Santiago
García: Hombre… ¡Yo creo que si las novelas gráficas no fueran divertidas no
llevaríamos quince años leyéndolas!
Daniel
Ausente: Una novela gráfica sobre epilepsia puede ser tremendamente divertida, y
también bonita pero no es el concepto de aventura y acción que hay aquí.
Santiago
García: Supongo que, con la novela gráfica, al principio pasamos una especie de
sarampión con una primera fase más dura en que se estaba abriendo camino con
nuevos temas que trataban cuestiones muy serias y distintas de lo que estábamos
acostumbrados a ver en los cómics. Una vez esto se consolida, se sigue
produciendo y aparecen nuevos autores, es lógico que nos abramos a otro tipo de
cosas menos trascendentales. De todos modos, siempre ha habido novelas gráficas
divertidas y de aventuras y creo que irá en aumento porque ya va perdiendo esta
aura que antes tenía. Por otra parte, también hay que valorar la influencia del
manga, ya muy asentado entre el público adulto.
Daniel
Ausente: Luís, antes nos hablabas de lo fantástico que es trabajar con Santiago de
guionista. Claro, él te puede hacer toda una disertación sobre la influencia
del manga en el cómic y cosas similares.
Eso igual te hace pensar que, no solo estás ante tu guionista sino que también
ante un teórico…
Luís
Bustos: Cuando te pones a hacer tebeos, la teoría vale poco. Te tienes que manchar
las manos. El proceso creativo no va por ahí, de hacer discursos teóricos
abstractos sino de… Venga, que hay que solucionar esta secuencia y tales
personajes… Con Santiago no he tenido esa sensación de… ¡Oh, Dios mío! ¿Estoy
ante el creador de La novela gráfica,
el ensayo! Nos pusimos el mono de faena.
Había que cumplir unas fechas y me hice el propósito de sacar página y media al
día. Y así fue.
Santiago
García: Cuando trabajas en un cómic no se teoriza. Además, a veces descubres cosas
sobre la marcha y no es hasta el final cuando empiezas a tener una idea más
clara de en qué te has metido.Durante el proceso de elaboración, sí que puede
haber momentos en los que te paras, miras hacia atrás y haces un poco de
introspección sobre lo ya hecho. Eso, a veces sirve para darte cuenta de cuál
es el camino a seguir pero, en realidad, te lanzas un poco a ciegas. Lo que te
preocupa, son más bien cuestiones relativas a si una cosa se entiende o no, si
falta información en algún lugar, si el ritmo es bueno… Como esto es lo que te
preocupa, no te paras a pensar en nada más.
Roser: La última vez que nos
vimos con Santiago hablamos de Las
meninas, y acabamos relacionándola con El ministerio del tiempo. Ahora, con ¡García!
me pasa lo mismo aunque por cuestiones muy distintas. De hecho, Dani y yo
lo comentábamos en casa el otro día.
Santiago
García: Lo de Las meninas será por
Velázquez y por Javier Olivares, los
dos elementos coincidentes. Aquí es por otra cosa.
Roser: En este caso, es por el
tipo de funcionamiento y estructura de la organización para la que trabaja
García, que me hace pensar en una Administración arcaica, con funcionarios
grises trabajando en ella.
Santiago
García: La verdad es que sí, que esta vez sí me siento felizmente hermanado con El ministerio del tiempo en el sentido
de que venimos de formarnos en unos estereotipos y unas fórmulas muy americanas
pero, de pronto, llegas a un momento en tu vida en que empiezas a descubrir
unas raíces que te habías negado, una identidad y un legado que puedes
aprovechar. Esa popificación del
franquismo, esa recuperación de símbolos que teníamos aparcados… Por ejemplo,
es muy simbólico que, al principio, el personaje aparezca en el Valle de los
caídos. Pero, a parte de todos esos datos simbólicos, ¿Te puedes imaginar
cuántas películas americanas habrían acabado en el Valle de los caídos si el
monumento estuviera en los Estados Unidos? ¡Sería el Monte Rushmore! En cambio,
nosotros, aunque es un escenario impresionante, no lo usamos.
Daniel
Ausente: Luego está la perversión al símbolo. Por ejemplo, hay muchas películas que
suceden en El Álamo. Una vez ese escenario se ha vuelto reiterativo en la
cultura popular puedes jugar a su perversión. Igual el público no se da cuenta
pero en La matanza de Texas II, la
familia vive en los restos del Álamo. Eso también lo hizo Álex de la Iglesia con
el Valle de los Caídos en Balada triste de trompeta.
Luís
Bustos: ¡García! se enmarca dentro de
una nueva tendencia, que parece que se está empezando a crear, de personajes
marcadamente españoles y que no se avergüenzan de tratar estos temas ni tampoco
los convierten en parodia. Por ejemplo, El
ministerio del tiempo no es ninguna parodia. ¡García! tampoco y Mataré a vuestros muertos, el libro de Dani, tampoco. Y toca temas muy españoles y, en
concreto, de Barcelona en clave de género. En cine se ha estrenado Anacleto, que recupera un personaje
español. Supongo que todo esto parte de Álex de la Iglesia y Acción mutante. Lo que significa que han
tenido que pasar más de veinte años para que autores españoles empiecen a hacer
una serie de obras en que la historia se desarrolle en clave hispana.
Daniel
Ausente: Es cierto que parte de Acción mutante
pero antes, también, en el cómic ya había elementos de este tipo. Por ejemplo, en El Víbora. Pienso en Gallardo y su Roberto España y Manolín, del que antes ya hemos hablado
pero, también, en Perico Carambola, que
jugaba en clave de parodia, aunque no exactamente, e incluía elementos muy pop.
Santiago
García: Era una parodia y, por tanto, una vía de escape para hablar de cuestiones
que, de otra forma, era imposible. En cambio, ahora lo podemos hacer en serio.
Y me gusta que Luís haya mencionado Mataré
a vuestros muertos porque también hay cierto parentesco con esta idea de
tomar la herencia americana y traerla a nuestro terreno. Eso de decir… Bueno,
muy bien… Me gustan mucho las películas americanas pero yo no lo soy. Vivo
aquí, tengo otras señas de identidad y de esto es de lo que puedo hablar haciéndolo en
los mismos términos que he aprendido viendo Star Wars o leyendo cómics de Spiderman. Esto, al final, es un proceso
personal.
Luís
Bustos: Hasta ahora hemos hablado de los elementos pop del libro y sus referencias
pero también hay un elemento muy emocional ya que estamos viendo a unos
personajes que irán creciendo y desarrollándose en un entorno en el que aportarán
cosas. Al final, García es influido por el mundo que le rodea y al revés, pero
eso se verá en las próximas páginas.
Santiago
García: Cuando mencionamos el pulp y el
género, es algo que tenemos ahí, que hemos digerido y que está en ¡García! Pero este cómic ni es pulp ni es género. Es algo que
utilizamos como parte del lenguaje que tenemos asumido pero no es lo que
estamos intentando hacer ni queremos. No pretendemos hacer un tebeo como los
que leíamos de pequeños, no. Queremos hacer un tebeo de ahora, pero somos lo que
somos y venimos de dónde venimos y esto lo tenemos asumido. Lo que hemos hecho es poner a un personaje de tebeo en una novela
gráfica actual y ver lo que pasa a partir de ahí. Esto ayuda a que tenga un
componente muy auténtico y es algo que realmente nos importa y que tiene que
ver con nuestra identidad.
Daniel
Ausente: Yo siempre había querido escribir historias de terror del tipo de las de
Stephen King, que siempre se localizan en
Main, o hacer una historia de ciencia ficción ambientada en un planeta
lejano, pero ahí siempre fracasaba. Y, en el momento en que me di cuenta de que
podía hacer una historia de terror ambientada en Barcelona y empecé a escribir
sobre lo que sabía, todo salió bien. En vuestro caso pasa lo mismo con Madrid,
¿no?
Santiago
García: Algunos lectores me han comentado que hay un elemento que recuerda un poco a
lo que era El vecino. Ciertamente,
hay una cosa parecida y es que coges un personaje muy estereotipado, de género,
el superhéroe en este caso, y lo sacas de su mundo para meterlo en otro, que es
el real, en el que vives tú. Es un poco lo que le pasa a García, que lo sacas
del tebeo de 1961 y lo metes en la novela gráfica de ahora. Pero hay una
diferencia entre hace diez años y ahora y es que, aunque El vecino es muy de nuestro mundo, no sucede en ningún lugar
concreto. Sin embargo, con¡García! estamos aquí y ahora. Eso forma parte, no
solamente del decorado, sino que es consustancial a la esencia de la historia y
a mí me parece muy importante.
Daniel
Ausente: No has tenido que hacer muchas fotos de Madrid para dibujar, ¿no, Luís?
Luís
Bustos: Pues no, yo soy un tío moderno que usa Google
Maps e imágenes sacadas de internet. Me he desprejuiciado mucho. Como te
decía antes, iba con el mono de faena y si necesitaba una foto del Valle de los
Caídos, del barrio de La Latina o del interior de una vivienda de Usera las
buscaba por internet. Luego lo dibujaba y me ponía a hacer el montaje. Los
escenarios tenían que ser reales y los personajes no podían estar flotando en
una abstracción. Si iban de A a B, tanto A como B tenían que tener un nombre. Los
personajes se mueven en entornos que reconocemos perfectamente y es lo que le
da un punto especial a la historia.
Roser: Por suerte, la
tecnología actual os facilita mucho el trabajo a la hora de buscar
localizaciones para dibujar. Hace treinta años eso no era posible. Los
dibujantes tenían que hacer ellos mismos las fotografías o bien tirar de
postales, de fotos en revistas o, hasta incluso, de su propia memoria.
Luís
Bustos: Antes había un poco la idea de que los dibujos se hacían un poco de forma
mágica. En cambio, la realidad es otra ya que muy pocos dibujantes trabajaban
de memoria. Por ejemplo, en Selecciones
Ilustradas tenían unos archivos monumentales, con fotos de todo tipo, para
utilizar en caso de necesidad.
Daniel
Ausente: ¡Tenían un camello de documentación que les llevaba fotos! Eso me lo
explicó Beà. Si, por ejemplo, necesitaban dibujar un tanque Panzer y en el archivo no tenían, llamaban
a una persona concreta que les traía esa foto y algunas más. Cuando llegaba a
la redacción, los dibujantes se le abalanzaban para ver lo que les traía, no
fuera que lo necesitaran.
Roser: Los propios dibujantes
también tenían su propio archivo recortando fotos de las revistas que tenían a
su alcance, fuera un ¡Hola! o lo que
fuera. Esto lo sé porque me lo contó una de las dos únicas mujeres dibujantes
que hubo en Selecciones Ilustradas. Hasta
se guardaban fotografías de besos de parejas, para las historias románticas.
Santiago
García: Volviendo al tema de visitar los escenarios,yo sí que he estado un par de
veces en el Valle de los Caídos, para documentarme. Una de ellas fue con Manel
Fontdevila. Por cierto… Si no habéis estado nunca os recomiendo que vayáis
porque es un lugar realmente impresionante.
Roser: Ahora que lo dices,
mientras leía ¡García! pensé
exactamente esto. Que nunca había estado y que ya es hora de que vayamos a verlo en nuestra
próxima visita a Madrid.
Luís
Bustos: Yo lo intenté el verano pasado pero no lo conseguí. Lo dejé para otra
ocasión porque hay que llegar en coche y yo tenía que ir en autobús. Cosa poco
recomendable porque te deja a 5 quilómetros de distancia y luego, encima, hay
que subir toda la cuesta. Como comprenderás, en pleno agosto y con ese sol no
es algo muy apetecible.
Daniel
Ausente: Otro caso de uso del Valle de los Caídos
como escenario, y que no se ha comentado mucho, es en Deprisa, deprisa, la película de
quinquis de Saura, en la que se reúnen por allí para quemar coches. Por cierto…
¿Os habéis fijado que ahora ya no hay quinquis?
Santiago
García: No hay quinquis pero si una cantidad de personajes tipo de la sociedad
española que echo un poco en falta en nuestros cómics. Ojalá ¡García! sea una serie larga y tengamos
ocasión de tocarlo porque te puedes ir exactamente a dónde quieras. De lo más
fantástico a lo más bajo.
Daniel
Ausente: Yo soy funcionario de la Generalitat y, aunque el caso es distinto, empatizo
con los funcionarios rancios como los que salen en ¡García!, en Anacleto y
en El ministerio del tiempo. Ese tipo
de funcionariado es muy interesante como personaje. En un contexto de crisis,
como en el que tenemos, el funcionario ha vuelto a ser un pobre hombre que no
tiene pagas extras. Por eso, ha vuelto a ser humanizado y, la Administración,
un sitio donde no hay dinero y en el que uno trabaja. Aquí, esto no se intuye
tanto pero en Anacleto sí.
Santiago
García: Al final, esta gran organización del Servicio Secreto no es más que un pequeño negociado, con una mesa en la que
se sienta un señor mayor que tiene una
secretaria a punto de jubilarse y nada más. Este es el tema...
Daniel
Ausente: ¿Nos llevaremos una sorpresa con el malvado final?
Santiago
García: No spoileemos…
Luís
Bustos: Habrá muchas sorpresas porque en el segundo libro pasan la hostia de cosas.
Yo estoy flipando porque tiene un inicio espectacular y luego es un no parar de
sucesos, uno tras otro y en muchos contextos distintos. Unos con más acción y
otros con menos.
Santiago
García: En el segundo se descubre que García tiene una enfermedad y, básicamente,
va de eso todo el tiempo.
Daniel
Ausente: ¡Una novela gráfica de verdad!
Santiago
García: En el segundo vamos a dónde hay que ir, a lo comercial y sí que hay sorpresas. Es curioso, pero tengo un cacao
en la cabeza entre el primero y el segundo, tremendo. Para mí no habrá sorpresas,
claro, pero lo que me pasa es que, cuando hablo en público sobre ¡García!, primero tengo que pensar si lo
que voy a decir es del primero o del segundo, no vaya a meter la pata y desvele
misterios que todavía no sabéis.
Daniel
Ausente: No voy a spoilear, pero matáis
personajes populares y no sé si estáis ahí haciendo un poco de ajusticiamiento…
Sin decir nombres.
Santiago
García: ¡Yo me quedé muy a gusto! Lo necesitaba.
Luís
Bustos: Y yo lo dibujé de la manera más chunga posible.
Daniel
Ausente: Cuando la gente lea el cómic y llegue a ese momento dirán… ¡Ya sé a quién
están ajusticiando! Pero bien, ahora es cuando toca preguntar a Luís cuales van
a ser sus próximos trabajos pero me imagino que su respuesta será que ¡García! aparte de su sección habitual
en Orgullo y Satisfacción.
Luís
Bustos: Pues sí, ahora mismo estoy totalmente enfocado en ¡García! claro aunque, en noviembre, sacaré una cosita en digital.
Es Infiernos. Un comic book sobre un chaval que vende su alma al diablo por ganar
una puja en eBay y el diablo le viene
a decir que, por contrato, tiene la oportunidad de recuperar su alma si baja al
infierno. Es un trabajo que en su día hice para El jueves, con guion de John Tones, y que ya se recopiló en una
plataforma digital que pasó desapercibida. Ahora, saldrá en la plataforma
digital de Astiberri, a través de ¡Caramba!
Daniel
Ausente: Y Santiago, a ti siempre te van saliendo cosas, ¿no? Igual tienes cuatro
novelas gráficas en el próximo año.
Santiago
García: No, pero creo que sacaré una cosa cada mes de aquí a final de año,
empezando por Cómics sensacionales,
editado por Larousse. Luego, en diciembre saldrá una
novela gráfica de ciencia ficción realizada con Juaco Vizuete, cosa que me hace
una ilusión especial porque hacía años que tenía ganas de colaborar con él. Luego
hay otra cosa que me apetece comentar porque es un reto muy curioso. Pablo Ríos
y yo hemos hecho un nuevo cómic de fútbol pero, esta vez, patrocinado por el
Atlétic de Bilbao a través de su Fundación, que este año ha encargado y
publicado dos cómics. Uno es de Alfonso Zapico y, el otro, el nuestro, que es
un poco una continuación del anterior que hicimos, Fútbol, la novela gráfica. Hacen una tirada de 10.000 ejemplares de
cada uno y lo regalan en San Mamés. A mí, me parece una gran idea porque significa
que te verá gente que no necesariamente es lectora de cómics. ¡Ojalá se hicieran
más cosas así!
* Esta entrevista es una adaptación de la
presentación de ¡García! el pasado 30
de septiembre, en La Central del Raval, donde Daniel Ausente y yo ejercimos de
maestros de ceremonia