Nunca habría imaginado que mi ornitofobia
pudiera ser objeto de una charla ni que al público asistente le interesaran mis
problemas con las aves. En cambio, eso ocurrió en el Pechakucha donde fui a
parar por una llamada de Oscar Guayabero en la que pedía personas con fobias raras y yo respondí con mi miedo a las palomas.
Joan X Vázquez (estudiante del postgrado de ilustración de Idep) ilustró todas nuestras intervenciones |
Pechakucha es un espectáculo dinámico, a
base de charlas, nacido en Japón en el año 2003. Consiste en hacer que cada uno
de los ponentes (entre 10 y 12) exponga un tema y lo explique en 20 imágenes
(que previamente habrá seleccionado). Hasta aquí, todo bien pero la cosa se
complica cuando te dicen que dispones de 20 segundos para explicar cada
diapositiva y que, pasado este tiempo, la imagen cambia automáticamente a la
siguiente de modo que no puedes volver atrás ni saltarte ninguna. En total, la
exposición dura 6 minutos y 40 segundos. Por eso se dice que el formato del
espectáculo es 20x20.
Actualmente, Pechakucha se celebra en más
de 700 ciudades del mundo. En Barcelona vamos por el 23 y fue en este último en
el que participé. Bajo el título general de filias
& fobias, teníamos que hablar de cosas que nos apasionan o que odiamos.
En mi caso fue lo segundo: terror a las aves. Por eso, pocas veces me veréis
cruzar la plaza de Cataluña en pleno día.
Foto: Jordi Casadevall |
El origen de mis miedos se remonta a la
primera vez que vi Los pájaros de
Alfred Hitchcock, demasiado joven, a mi parecer. La película, realizada en
1962, se emitió en televisión Española por primera vez en 1970 pero es casi
imposible que la viera entonces.
La película está basada en parte en un
relato corto de ficción (Los pájaros,
Daphne du Maurier) y en parte en un hecho real ocurrido en 1961 en una
población costera de California. Según el diario local – Santa Cruz Sentinel -, una noche llovieron pájaros marinos. A la
mañana siguiente había centenares de aves y peces muertos, repartidos por toda
la ciudad. Hitchcock se enteró y llamó a la
redacción para pedir una copia de la noticia e informar que lo usaría en su
próximo film.
Muchos años después (2011), dos biólogos
descubrieron el motivo de las defunciones: intoxicación por ácido domoico. Se
hallaba en las algas ingeridas por los peces que luego se comieron las aves,
provocándoles confusión, epilepsia y luego la muerte.
Ese aversión mía a todo lo que tenga
plumas sirvió de inspiración a Daniel Ausente para uno de los
capítulos de Mataré a vuestros muertos,
en que las palomas cuentan cómo son cazadas con red para después servir de
alimento a un ente monstruoso que vive en el subsuelo de Barcelona.
Cazar palomas con red no es la única
técnica de reducción que se utiliza. Por lo que he podido saber, hay unas
cuantas más como el uso de anticonceptivos, dificultarles el acceso a la comida
o soltar razas depredadoras como los halcones que habitan en la Sagrada Familia.
Antiguamente, para cazar palomas con red, primero las drogaban pero dejaron de
hacerlo porque el efecto que les producía no era el deseado ya que se ponían
eufóricas, salían huyendo despavoridas y no había quien las pillara.
A parte de las típicas palomas
callejeras, sucias y llenas de parásitos, también hay otras muy selectas. Estoy
hablando de las mensajeras, criadas adrede para competir. En Barcelona existe
el Club Colombófilo de la ciudad, con 80 años de antigüedad que realiza
campeonatos y sueltas de palomas. Estas son muy valoradas y su precio es
extraordinariamente caro. El de las mejores ronda los 18.000 euros.
Escudo del club 1926-1934 |
Aún así,
por muy buenas que sean, siempre está el peligro que se pierdan por el camino y
no lleguen a su destino final. Esto ocurre la mayoría de las veces (entre el
50-70%) y las causas son variadas: el mal tiempo, los cazadores, las aves de
rapiña y también las antenas de televisión y los postes eléctricos. Un ejemplo de lo que digo es el caso de una paloma mensajera que,
en noviembre de 2007, se perdió en el camino y acabó muriendo de hambre. Una
vecina de Bétera (Valencia), encontró el cadáver, rodeado de diarrea de la
paloma, en la terraza de su casa.
El ejército español tenía palomas
mensajeras en el palomar del Pardo, que cerró en el año 2008. Contaba con 300
pájaros cuyo entrenamiento se iniciaba a los tres meses de edad. La intención
era conseguir que se desplazaran desde el norte y el sur del país hacia el
centro. Los mejores recorrían 1000 km/día a la velocidad de 90 km/hora.
El palomar del ejército español llegó a ser un lugar de referencia, hasta el punto
que hace unos 10 años lo visitó una representación del ejército de los EEUU
porque querían volver a implantar el uso de palomas mensajeras por ser un
sistema seguro y difícil de interceptar.
Pompeius Gener era un bohemio intelectual de la Barcelona del
siglo XIX que pertenecía a una familia adinerada de la calle Petritxol. De
hecho, en esa misma calle hay un mosaico cerámico que lo representa y su tío
tenía una farmacia en ella. Ese tío suyo, además, cruzaba palomas con loros
porque quería conseguir una raza de aves mensajeras que te recitaran el mensaje
en lugar de llevarlo atado a la pata pero, por lo que parece, no alcanzó su
objetivo.
Amb capa i barret have cada nit "Peius" Gener (mosaico al principio de la calle Petritxol) |
Durante la charla del Pechakucha usé tres diapositivas para
ilustrar la historia de la famosa ave gigante que, según los lectores de la Vanguardia,
se dejó ver en Barcelona en el verano de 1990. Curiosamente, esto ocurría hace justo
25 años y lo que no llegué a explicar es que yo también la vi. O al menos eso
creo. Era un buitre escapado del zoo que, casualmente, se posó en el terrado de
enfrente de casa de mis padres hasta que
llegaron los veterinarios, lo anestesiaron y se lo llevaron de vuelta al zoológico.
También recuerdo fotógrafos de prensa pero, buscando en la hemeroteca, no he
llegado a encontrar nada. Mi hermano dice que lo soñé. En cambio, mi madre
apoya mi teoría.
Todo esto que he explicado, y algunas cosas más (y otras menos)
forman parte de mi intervención el pasado 10 de julio que podéis ver en Vimeo junto a las del resto de mis compañeros: Andrés Requena, Javi Inglés (PlaygroundMagazine), Mireia Ruíz, Marc Lozano, Francesc Pla, Oriol Guimerà, Lluc Mayol,
Susana Zarco e Isa Calderón. Esta última, con un vídeo demoledor sobre la película Amelie, que podéis ver pinchando aquí.
Foto: Jordi Casadevall |