El 14 de junio de 2011 debía celebrarse,
en el Parlament, el debate de unos presupuestos extremadamente recortados que,
de ser aprobados, nos iban a dejar bastante peor de lo que ya estábamos.
Entonces, el movimiento 15-M estaba en plena ebullición. Los Indignados se plantaron ante la puerta
del Parlament y se lió parda. Mientras, Manel Fontdevila estaba en la redacción
de “El Jueves” viendo pasar los
helicópteros de aquí para allá. Esta
mañana, casi tres años después, Artur Mas prestaba declaración en el juicio y,
según su versión, “…Una coacción y
violencia así no la había vivido nunca”.
Parte de lo que acabo de contar aparece
en
“No os indignéis tanto”, el último
cómic de
Manel Fontdevila con el que ha conseguido la nominación del
Salón del Cómic a la mejor obra de autor español publicada en 2013. Esto, y lo bien que
lo pasé leyéndolo, me llevó a
llamarlo para hablar del 15-M, la violencia, el espionaje en la red y unas cuantas
cosas más.
Roser.- ¿Cómo se te ocurrió hacer “No
os indignéis tanto”?
Manel
F.- No es que tuviera muy claro que quisiera hacer
algo así. La cuestión es que, con los años, voy tomando notas de las ideas que
me pasan por la cabeza y… Total, que un día me di cuenta que tenía muchas cosas
apuntadas que, si las unía, podían formar una historia chula. Y eso es lo que
hice. Fue como montar un puzle que me llevó mucho tiempo hasta que un día, de
golpe y porrazo, todo cuadró y entonces fue cuando me dije “Osti, la tenim!”.
Roser.- También tiene que ver que leyeras “Indignaos” de Stéphane Hessel. De hecho, el cómic empieza así.
Contigo en un avión y Albert Monteys prestándote el libro para leerlo durante
el viaje.
Manel
F.- Ese momento del cómic me interesa por varios
motivos. Uno, es que buscaba un punto de partida y este me parece tan válido
como cualquier otro. Además, es cierto lo que dices. Estábamos en el avión
esperando para ir a Valladolid y Albert me pasó el libro. Lo leí muy deprisa y
me pareció que tenía un buen formato. A veces pensamos en libros voluminosos o
la gran novela gráfica. En cambio, me gustó esta idea de “Indignaos” por ser un libro muy concreto, de sólo 90 páginas, que
me hizo pensar en la posibilidad de hacer una cosa similar. La idea de hacer algo
económico, pequeño y asequible me gustó. La finalidad es hacer algo con lo que
puedas llegar a mucha gente.
Roser.- El cómic empieza con una actitud tuya pero que también es muy
propia de todos nosotros… Rajar de lo que nos molesta y callarnos cuando la
autoridad nos pregunta. En este caso, la azafata del avión.
Manel
F.- Me parecía interesante empezar así y enlazar
con el 15-M. Además, me servía para ponerme en situación ante el lector para
que viera que el libro no es una lección magistral sino una forma de compartir
mis ideas. No soy historiador ni periodista y lo único que hago aquí es
compartir mis pensamientos con los lectores.
Roser.- A mi parecer, este es un libro que tendrían que leer todos los
políticos. ¿Sabes si alguno lo ha hecho?
Manel
F.- ¡Si alguno lo ha hecho lo ha mantenido en
secreto!
Roser.- Has tenido suerte porque lo has publicado en un momento en que
ocurren muchas cosas de las que hablas en el cómic.
Manel
F.- Pues sí, he tenido suerte aunque el momento
en que vivimos no es ninguna suerte para nadie. Yo me sacrificaría. Preferiría
que la época fuera mejor y no haber hecho el libro… Pero bien, hasta se dio la
casualidad que publicamos el cómic la misma semana en que salió la noticia de
la “ley mordaza” de seguridad ciudadana. ¡Imagínate! Sale el libro a la vez que
hay un ministro que anuncia una ley que quiere prohibir todo lo que este libro
propone como cosa sana e higiénica para la sociedad.
Roser.- Dices en el cómic que, para cambiar las cosas, tiene que haber un
punto de violencia y desobediencia…
Manel
F.- No sé si la palabra es violencia pero sí. La
violencia tiene todo un abanico de posibilidades infinitas.
Roser.-
Un ejemplo claro de lo que hablamos es el caso de
Gamonal.
Manel
F.- Exacto. La violencia provoca que haya una
respuesta. Porque, al final, violencia siempre la hay. Lo que ocurre es que,
hasta ahora, es patrimonio del Estado y piensas que quizá, al final, tendremos
que responder a esta violencia y desprecio. Por lo tanto, tampoco deberíamos
ser tan remilgados.
Roser.- Hablando de Gamonal, me hizo reír cantidad la viñeta que
publicaste hace unos días en eldiario.es. Esa del tuitero… De cosas como esta también hablas en “No os indignéis tanto”.
Manel
F.- Ese chiste va muy en consonancia con el
cómic, sí.
Roser.- Además, en el mismo cómic, confiesas que tú sueles tomar esa
actitud.
Manel
F.- Si, si... De hecho todos lo hacemos eso de
hablar desde casa. ¡Es inevitable! El nuestro es un país que no tiene tradición
de salir a la calle y parece que todo el mundo esté pendiente de una señal para
hacerlo. Al final, el caso de Gamonal es un claro ejemplo de manual. Cuando te
toca algo de cerca, que en este caso es el aparcamiento, entonces sí que sales a la calle. ¡Y lo hace todo el mundo!
Por lo tanto, igual la gente espera a que la situación sea insostenible para
decidirse a actuar.
Roser.-
Además, también ocurre que estamos acostumbrados
a quejarnos y que no nos hagan caso y, por una vez que la cosa sale bien…
¡Hasta nos parece raro!
Manel
F.- Es que es así... Pero ahora parece que se
empiezan a conseguir algunas cosas como esto de Gamonal o las “mareas blancas”,
que aún no se si la privatización de los hospitales se ha parado por las
movilizaciones o bien por la resolución judicial.
Roser.- Está la sentencia judicial pero la movilización de los
trabajadores también ha sido clave.
Manel
F.- Poco a poco la gente se empieza a mover y a
conseguir cosas. Eso tendría que servir para que el engranaje empiece a
funcionar.
Roser.- En “No os indignéistanto”
cuentas que, cuando estuviste en Valladolid para unas jornadas de cómic,
pasaste por la plaza de la acampada del 15-M y la viste empapelada de los
chistes de “El Roto”. Eso de que los del 15-M meten chistes de “El Roto”, los
funcionarios de Forges y que no queda sitio para ti te lo he oído decir más de
una vez.
Manel
F.- ¡Que conste que también había alguno mío! Eso
de Forges y El Roto básicamente es un chiste. El Roto es obvio que sea el
chiste de colgar en la calle. Los míos no lo son porque hay que pararse a
leerlos. En cambio, El Roto es como una
bofetada. Por lo tanto, es normal que sus chistes estén en la calle. Ahora bien,
lo de Forges y los funcionarios ya no lo entiendo tanto.
Roser.- Un momento clave del cómic es el del pollo que se montó el día
del debate de los presupuestos de 2011 en el Parlament.
Manel
F.- Tengo ganas de ver cómo acaba esto porque, en
este sentido, la justicia es implacable y aplica la ley al pie de la letra. Es
triste que la ley no sea legítima pero, por otra parte, entiendo que sea así y
que si haces daño a alguien esta persona tenga derecho a denunciarte.
Roser.-
Aquí, sobre mi mesa, tengo esparcidos unos cuantos
de tus cómics y veo que siempre pintas al obrero y al empresario de la misma
forma. El trabajador con casco de paleta y el empresario bien trajeado y con
gafas de sol.
Manel
F.- Esto es retórico. Es caligrafía… Al final,
cuando dibujo un obrero con el casco, no deja de ser como todo lo que escribo
en el resto del chiste. Lo que ocurre es que escribo tanto con la letra como
con el dibujo. Cuando hago un obrero con su casco, evidentemente, no estoy
hablando de un paleta de la construcción sino de un trabajador base. Al
empresario lo pinto con gafas oscuras por algún motivo que circula por el
inconsciente colectivo y que dice que el empresario siempre lleva gafas de sol…
También lo pinto más realista porque me interesa que se entienda que, mientras
el obrero forma parte de algo más general, el empresario pertenece a un grupo
de gente muy concreta. No le hago una caricatura real, porque me cuesta mucho y
tampoco sirve para nada, pero sí que lo pinto de forma que se sepa que esa
gente existe, que es responsable y que, por tanto, me interesa identificar
mejor.
Roser.- Creo que disfrutas haciendo diagramas y gráficas. ¡En “No os indignéis tanto” hay un montón!
Manel
F.- Sí que me gusta y lo hago desde hace tiempo.
Cuando empiezas a trabajar en una página en blanco puedes meter lo que quieras
porque todo vale. Hay una forma de trabajar, siguiendo una narrativa
tradicional, que está muy bien para explicar según qué cosas. Pero también hay
otra y es que, cuando estás ante la página, puedes jugar con ella de muchas
formas distintas… Con diseños, diagramas… A mí me gusta mucho rotular, hacer
letras distintas… Y todo ayuda. Sobretodo interesa si ayuda a explicar la
historia y, si además consigues que tenga una función humorística y que consiga
que el lector vaya de un lado a otro… ¡Pues está muy bien!
Roser.-
Y en “No os
indignéis tanto” no falta la famosa portada de “El Jueves” secuestrada.
Manel
F.- Este es un temaque intento evitar pero que,
en este caso, me iba bien. Además, es una historia que he vivido ya que fui el
guionista y Guillermo Torres el dibujante. Con este libro he intentado
construir una historia acerca cosas que han pasado, partiendo de mis propias
experiencias. Explicar el 15-M a partir de mi estancia en Valladolid o lo que
vi el día del debate de los presupuestos de la Generalitat en el Parlament… De hecho, esto último lo
cuento desde el punto de vista de que yo estaba en la redacción de “El Jueves” y veía los helicópteros pasar. He intentado llevarlo
todo hacia mi terreno porque no soy historiador ni periodista ni pretendo
explicarlo como si de una clase se tratara. En realidad, lo que quiero es
hacerlo como autor y testimonio de los hechos.
Roser.-
Actualmente se oye mucho eso del espionaje en las
redes sociales. En Cataluña, el CESICAT ha espiado gente relacionada con el
15-M a petición de los Mossos d’Esquadra. Al menos eso es lo que dice el
Conseller Felip Puig…
Manel
F.- Ya, pero al final habrá que ir tirando… ¡No
hay remedio! Eso de que nos espían es muy feo. A nadie le gusta pero al final tendremos que vivir con ello.
De hecho, no es cosa nueva sino que es algo sabido de siempre… La primera vez
que me saqué el DNI había gente que comentaba que los documentos llevaban una
marca especial que servía para que te espiaran en casa.
Roser.- Pero eso ya es cosa de las conspiranoias que ven algunos…
Manel
F.-Es que hay mucha conspiranoia en eso de que
nos espían… Y estoy seguro que es algo contra lo que no podemos luchar.
Tendremos que empezar a pensar que nuestras cosas más privadas tampoco son nada
fuera de lo común. Aunque también es cierto que hay casos y casos…
Roser.- Mira, yo que soy bloguera y usuaria de las redes sociales pienso
que, en el momento en que escribes cualquier cosa en internet, has de ser
consciente que eso lo va a leer gente y que aquello que acabas de decir será
público desde el momento en que lo cuelgas en la red.
Manel
F.- Sí, de hecho es curioso ese rechazo que
mostramos a ser espiados cuando, a la vez, sufrimos una especie de
exhibicionismo total tanto en Twitter como en Facebook. Hay gente que lo cuenta
todo sobre sí mismo… Que si “hoy me he
currado una comida que no veas…”
Roser.- O que si “me he pegado unas
grandes vacaciones...”
Manel
F.-Tenemos una necesidad de contar nuestra vida
que no deja de ser curiosa. Twitter se aguanta en un norma de educación, que no
está escrita, y que es la de no contestar “¡Y
a mí qué!” a todo lo que se dice en la red. De hecho, a casi todo lo que se
cuenta en Twitter podríamos responder eso: “¡Y
a mí qué!” Por ejemplo, si alguien dice “He
llegado tarde a trabajar” perfectamente le podríamos responder que nos
importa un pimiento. Hay toda una tendencia a contar nuestras vidas que no me
deja de sorprender. Aunque a veces sí que algo interesante. Pero, en cambio, no
puedes evitar sentirte integrado en esta rueda de conversación de patio de
vecinos porque, al fin y al cabo, Twitter no es más que eso… ¡Un patio de
vecinos gigante!
Roser.- En “No os indignéis tanto” haces
toda una disertación sobre el humor inteligente y la idea de que “La Codorniz” era considerada como tal.
En cambio, tú discrepas de esto.
Manel
F.- Esta
era la parte del libro que más miedo me daba. No sé si forma parte de una
paranoia personal o qué pero esta parte es la que acaba por dar el vuelco final
al cómic y, si me la saltaba, me quedaba sin libro. Así que al final lo incluí
y, cuando mi mujer me dijo que quedaba bien, me alegré cantidad.
Roser.-Y tienes razón cuando dices que fue una revista que eclipsó todas
las demás, fuesen anteriores o posteriores a ella.
Manel
F.- Si, si... ¡A todas! Yo, cuando hice eso de la
portada me lo oí decir durante mucho tiempo. De hecho, aún me lo dicen. Pero la
gente de “La Cordorniz”, resumiendo
mucho, hacía humor cuando vivía Franco y se encontraba a gusto con esa
situación. Por tanto, si tengo que ir hacia ahí… ¡Pues mal! Ya entiendo que “La Cordorniz” era una revista con un
humor bien hecho y que la llevaba gente muy ingeniosa… Pero no la considero un
modelo a seguir. ¡A mí que no me obliguen a hacerlo! Yo creo que el problema
viene cuando se quiere convertir en modelo a “La Cordorniz”. ¡Ese es el drama!
Roser.-
Hace unos días le contabas a Gerardo Vílchez de Entrecomics que te planteabas hacer un
blog sobre temas de Cataluña. ¡Pues estaría bien porque con todo lo que está
pasando tendrías tema para rato!
Manel
F.- ¿Te leíste toda la entrevista? ¡Era muy larga!
Roser.- ¡De cabo a rabo!
Manel
F.- Pues sí que me gustaría hacer algo sobre
Cataluña, sí.
Roser.-Como ahora trabajas para eldiario.es y es un diario español…
Manel
F.- Sí, y hay cosas de las que me gustaría hablar
pero que quedan un poco lejos para un diario nacional. Por eso me gustaría
hablar de lo que ocurre en Cataluña, sea con un blog u otra cosa. Puede que un “No os indignéis tanto” dedicado al
proceso que ahora vivimos en Cataluña estaría bien. Lo que pasa es que primero
tendría que acabar todo el proceso para que luego se pueda hacer el libro.
Roser.-
Pues piensa en ello porque creo que es una buena
idea. Por otra parte, hay una cosa más que te quería comentar sobre este cómic
que acabas de publicar y es que siempre te he oído decir que te cuestahacer
historias larga. En cambio esta lo es bastante ¿no?
Manel
F.- Pues
sí… Y lo que me gusta más de todo esto es que he encontrado un formato con el
que me he sentido muy cómodo en cuanto a extensión. Lo más difícil ha sido
ligar la historia pero cuando ya la he tenido ha sido muy fácil de hacer. A mí
aún me cuesta eso de hacer historias largas pero esta vez me ha gustado. La
verdad es que cada vez me cuesta más esto de la ficción e inventarme historias
y diálogos.
Roser.- Hombre, de ficción hay
poca en este cómic. Todo lo que cuentas es bastante real. Hablas de cosas que
han ocurrido y que has visto.
Manel
F.-Es otra forma de hacer ficción. En cualquier caso, aquí, me creo lo que cuento y
es más próximo a mí.