Xavier Theros escribe en
El País desde el año 2004, en que él y Rafael Metlikovez (su socio en
Accidents Polipoètics) recibieron el encargo de realizar una serie de textos
sobre el Fòrum de les Cultures. Ayer
lo contaba él mismo en la presentación de su nuevo libro, Barcelona: secretos a la vista, editado por Comanegra. Una selección de 90 crónicas
publicadas en ese diario, revisadas expresamente para esta edición y a las que
se han añadido nuevas fotografías, realizadas por Tamara López Seoane.
De Theros poco más puedo decir que no haya dicho ya en todos los años de
existencia de este blog. Lo sigo desde sus inicios en El País y, en parte
gracias a él, he aprendido a ver la
ciudad de forma diferente a como cualquier otra persona lo suele hacer. Aunque
mi interés por la historia ya estaba ahí desde mucho antes, sus textos me han
desvelado curiosidades que no me contaron en la universidad ni aparecen en los
manuales. De hecho, con él comparto intereses y también amistad, surgida
tras publicar un artículo en ese diario acerca de los Cazadores de Hermes, el
grupo de blogueros entusiastas del dios griego - y de las rarezas de Barcelona - al que
pertenezco.
Durante la presentación, conducida por Carles Geli, Theros nos habló de su inmensa curiosidad e
interés por cuestiones que, habitualmente, pasan desapercibidas a cualquier
mortal. Afición que probablemente le llegó por la revista Historia y vida, dirigida por Néstor Luján, donde siempre había textos
sobre temas tan dispares como serían la historia del café con leche o la
gastronomía del siglo XVIII, por ejemplo.
Theros también nos confesó que, cuando sale a la calle, lo hace con una
libreta bajo el brazo por si tiene que apuntar
algo que le llame la atención. ¡Siempre puede ser un hilo del que tirar para encontrar una historia
interesante! De hecho, por esa misma
razón, yo también llevo una libreta en el bolso.
Por cierto… Hay uno de los artículos del libro, El club de los cien kilos, al que le tengo un aprecio especial.
Ello se debe a que la inspiración para escribirlo le llegó por una foto que yo
misma le envié después de que Enric H. March, (autor del blog Bereshit) iniciara
una investigación sobre el anuncio de un tal Blancoman que aparecía en dicha
imagen, la colgara en un foro de Facebook y estuviéramos todos atascados
intentando descubrir la identidad del tal Blancoman. Pensé que si no lo
descubría Theros nadie lo iba a hacer. ¡Y no nos defraudó! Llegó a la conclusión
de que en realidad se trataba de Gerard Vracoman, un austríaco de 232 quilos de
peso que había recibido un premio en la Exposición Internacional de París de
1900 y que estuvo en Barcelona exhibiéndose como monstruo de feria. Pero no
diré más sobre el tema porque vale la pena leerlo. Tanto el artículo de El País
como el post de Enric en Bereshit. Leedlo y veréis… Luego, seguro que os compráis el
libro.