Una de las mejores cosas de tener este
blog es que me permite conocer personas excepcionales que, de otro modo, jamás
habría llegado a conocer. Unos porque los he admirado desde siempre (como
Alberto García-Alix) y otros, más anónimos, porque ciertas circunstancias me
han conducido a ellos, como me ocurrió con Trevor ApSimon, el organillero.
Ahora, gracias a mi amigo Andrés (@Apu),
autor del blog VeoDigital y compañero de los Cazadores de Hermes, he podido
conocer y entrevistar a Aurora Gassó y Agustí Ballester. Una pareja de pintores
que, a pesar de llevar una larga vida dedicada al arte, no han gozado del
reconocimiento que se merecen. Como dice Aurora, será porque en su momento no
dieron con la persona indicada que se preocupara de lanzar su carrera. Pero sea
como fuere, por casualidades de la vida, Andrés dio con ellos y me propuso
entrevistarlos juntos. Yo me encargaría de las preguntas y él de las fotos. La
idea era buena y, aunque sabía muy poco de Aurora y Agustí, acepté su invitación. Suerte que lo hice, de lo contrario estoy segura que me habría
arrepentido.
Andrés supo de su existencia cuando uno
de sus lectores le pidió información sobre Aurora. Resulta que el chico trabaja
en una publicación que está preparando una exposición sobre varios artistas y,
entre ellos, hay un cuadro de ella. Andrés, que tampoco sabía nada (o casi
nada) de esta artista, empezó a investigar y descubrió que forma parte del
Col·lectiu d’artistes de Sants y que estaba a punto de inaugurar una exposición
con ellos, en homenaje a la escritora Carme Guash i Darné en les Cotxeres de Sants. Por otra parte, resultó que Miquel
Cartisano (autor del blog Tot Barcelona) tenía en su casa una pintura de Aurora y se lo contó a
Andrés, además de ponerlo en su blog. Juntos acudieron a la inauguración, la
conocieron en persona y Andrés le pidió permiso para entrevistarla. Y allí es
donde yo entro en acción. Tras acceder, quedamos en que iríamos a su casa para
llevar a cabo la entrevista pactada. Una entrevista que se convirtió en una
agradable charla sobre el arte, la vida y muchas cosas más que ahora mismo les
dejo leer.
Roser: Aurora… Desde su primera
exposición (1951 en Reus) han pasado más de 60 años. Tiene una larga
trayectoria artística durante la cual ha producido mucha obra, ha expuesto en
el extranjero y ha sido galardonada con varios premios. En cambio su nombre no
ha trascendido tanto como debería en el mundo del arte. ¿Cómo se explica eso?
Aurora: He trabajado mucho pero no he tenido suerte.
También las circunstancias familiares nos han obligado a trabajar duro sin
poder vivir únicamente de la pintura. Principalmente nos ganábamos la vida
haciendo diseño textil. Es decir, que se juntaron dos problemas. Uno, sacar
adelante a la familia (ya que hemos tenido cinco hijos) y luego nuestra falta
de contactos para difundir nuestra obra. Mientras trabajábamos en la industria
textil, con lo de los estampados, también nos dedicábamos a pintar. ¡Y
producíamos mucha obra!. Pero en cambio nos movíamos poco para difundirla. No
teníamos contactos... Luego llegó la primera crisis del petróleo y la cosa aún
fue más difícil. Aun así, a principios de los 80 estuve en Zúrich exponiendo en
la Galería Silouette cuyos propietarios se encargaban de todo. Ese mismo año me
llevaron a Basilea y todo fue muy bien. Luego, en Alemania, también debía exponer para otra galería… Pero
no sé qué ocurrió que al final la cosa se truncó. Yo creo que fue porque su propietario tenía demasiada ambición y muchos delirios de grandeza. Sobre eso, te
diré que tras firmar el contrato nos llevó a un castillo que él tenía en donde
había ciervos y todo... Pero bueno, que el hombre al final acabó por
estrellarse. Suerte del abogado de la galería que nos avisó de la que se
avecinaba y un día nos advirtió… “sacad todo lo que podáis porque este
hombre se está saldando todos vuestros cuadros…”. Le hicimos caso. Lo recogimos todo y nos fuimos de allí.
Roser: Puede que el hecho de ser mujer también le haya
complicado el poder triunfar en el mundo del arte, ¿no? Históricamente han
triunfado más los hombres que las mujeres. De pintoras famosas así de pronto me
vienen a la cabeza Frida Kahlo, Dora Maar, Tamara de Lempicka… Pero de hombres
se me ocurren muchos más.
Aurora: Pues no… Yo no lo he notado. Lo que sí es cierto
es que hay una serie de circunstancias que ya te lleva la vida y que lo
complican todo. Soy madre de cinco hijos y claro, compaginarlo todo ha sido más
difícil. La casa, los niños, el trabajo como diseñadora textil y la pintura.
Roser: Cuando empezó a pintar, en los años 50 (siglo XX)
en Cataluña destacaba “Dau al set” (con Tàpies, Cuixart i Joan Ponç entre
otros), que empezaron haciendo un arte más próximo al surrealismo y el
expresionismo alemán, para luego evolucionar hacia el informalismo y la abstracción.
¿Usted alguna vez ha tenido la tentación de hacer obra abstracta?
Aurora: totalmente abstracto, no. Pero quizá alguna vez me
atreva. En cambio Agustí (mi marido) sí que es pintor abstracto y hemos hecho
exposiciones conjuntas. Él con lo suyo y yo con lo mío.
Roser: Este libro que tiene encima de la mesa… Es “Barcelona vista per 40 artistes” publicado por La Caixa d’Estalvis
de Barcelona a finales de los 70.
Aurora: Sí… Mirad... Este es el cuadro que escogí para el
libro… Con la montaña de Montjuïc al fondo. Como dice el título, éramos 40
artistas y cada uno participaba con una obra ambientada en un lugar distinto de
la ciudad. Quién dirigió esta edición, antes ya había publicado dos libros
sobre el mismo tema. Uno con diez pintores y luego otro con diez pintoras.
Después ya hizo este otro de los 40 artistas.
Roser: Hace poco estuve en la exposición en homenaje a Carme Guash i Darné en
les Cotxeres de Sants y me pareció muy interesante. ¿Hace mucho que forma parte
del colectivo de artistas de Sants?
Aurora: desde que se fundó hace unos 25 años. Allí hay tanto hombres como
mujeres. Pero cada año, cuando llega el día Internacional de la mujer
trabajadora, las mujeres del grupo hacemos algo juntas porque creemos que es nuestro
deber mientras en el mundo siga
habiendo tantas mujeres oprimidas.
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Exposición en homenaje a Carme Guash i Darné (Cotxeres de Sants) |
Roser: ¿Nos puede hablar un poco sobre sus inicios en la pintura?
Aurora: Pues si… De jovencita estudié en una academia de
Arte en Reus, mi ciudad natal. Pero lo tuve que dejar al cabo de un tiempo
porque la cerraron. Más tarde ya pasé al Círculo artístico, donde aprendíamos a
dibujar con modelos. Sobre eso te diré que el Círculo artístico fue uno de los
primeros lugares donde se podía hacía dibujo con modelo. ¡Fíjate tú, que para
impartir esas clases hubo que pedir un permiso especial! Luego ya vine a
Barcelona con mi familia y me matriculé en la Reial Acadèmia de Belles Arts deSant Jordi. Pero
también tenía otra gran afición: el teatro. Me matriculé en el Institut del Teatre e hice los tres cursos y, cuando terminé, surgió la
oportunidad de entrar a formar parte de la compañía de Adolfo Marsillach. Eso fue porque
un compañero mío se enteró que Marsillach buscaba una actriz para un personaje
concreto y me lo comentó. Me presenté al cásting y me aceptaron en seguida.
Lástima que no pude seguir con ellos mucho tiempo porque al poco de estar en la
compañía me quedé embarazada y me encontraba fatal. Tanto, que no pude seguir
con los ensayos. Otra vez también participé en una obra de Joan Brossa titulada “Aquí al bosc”. Además él exigió que
ese papel fuera interpretado por mí. El estreno fue en el Romea.
Roser: Una lástima por una parte no poder continuar su
carrea de actriz... Pero por otra, ser madre por primera vez produce una gran
ilusión.
Aurora: Fue cosa del destino. Eso es que no tenía que ser
actriz. En parte, suerte que no tuve más oportunidades porque hubiese sido peor
tenerlas y renunciar a ellas.
Agustí: Aurora era una gran actriz pero los embarazos de
nuestros hijos le impidieron continuar por ese camino. Y también es una poeta
fuera de serie.
Roser: Hablemos un poco de sus pintores favoritos… ¿Nos
puede citar algunos?
Aurora: Magritte y Chagall. Me encanta Chagall.
Roser: A mí Chagall también me gusta mucho y tuve la
suerte de poder ver la exposición que le dedicaron el año pasado en Madrid, en
el Museo Thyssen y me
pareció fascinante.
Aurora: recuerdo que aquí, en Barcelona, hace unos años
también le dedicaron una exposición en la Pedrera. Y otro pintor que me gusta
es Giotto.
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El circo azul (Chagall).- Museo Thyssen Bornemisza, Madrid |
Roser: Por curiosidad mía... ¿Pintan en casa o tienen
taller?
Aurora: teníamos un taller precioso... Demasiado incluso.
Era un ático en la Rambla. Pero al final lo perdimos. El propietario nos lo
quitó. Y no por dinero... Que no lo necesitaba. Es una de las cosas que te
dejan mal... Triste...
Roser: ¿Y luego no alquilaron otro?
Aurora: Mi hijo tenía un piso alquilado en la calle
Lleida que no utilizaba y nosotros lo estuvimos usando como taller. Pero se le
acabó el contrato y también nos tuvimos que marchar. Ahora trabajamos aquí, en
casa, pero me falta espacio. En cambio, en verano, en la casa de Sant Quirze
pinto más a gusto porque es más grande y hay más luz.
Roser: Por cierto... Viendo sus obras me doy cuenta que
en su trabajo hay unos cuantos objetos recurrentes. Peces voladores, aves, sillas
escaleras y otros objetos sacados de su contexto habitual…
Aurora: si, todo eso suele aparecer a menudo en mis
obras.
Roser: También me gusta ese efecto que añade a muchas de sus obras en que
parece que el óleo se esté agrietando.
Aurora: Si... A mí me gusta mucho y creo que es un efecto
que liga mucho con mi obra. Es una técnica que no puedes corregir nada. Si te
equivocas no lo puedes arreglar.
Roser: ¿Y eso le ha pasado alguna vez?
Aurora: Sí que me ha ocurrido y lo he tenido que tirar...
Roser: Por otra parte, usted tiene obras donde trata momentos difíciles de la
historia de nuestro país. Entiendo que son una forma de protestar… Ese cuadro
que nos ha enseñado antes, de un tronco humano cubierto de vendas y medio
mutilado es brutal.
Aurora: Lo hice en los años 70, que era un momento
histórico muy duro, con mucha represión. Hubo una etapa en que pinté muchas
obras basadas en la opresión de las máquinas sobre el trabajador. Y sí que es
verdad que era una forma de reivindicación y de expresar mi disconformidad con
todo lo que estaba ocurriendo en nuestro país.
Andrés: Supongo que la pintura también debería servir
como denuncia social, ya que con la pintura se podían decir cosas que con la
palabra será imposible.
Aurora: en esa época hicimos exposiciones muy críticas
con el poder.
Roser: ¿Y no tuvieron problemas con la censura?
Aurora: en el teatro sí pero con la pintura no. Y eso era
porque había mucha ignorancia. Pero las obras de teatro sí que nos las
recortaban. Una vez nos recortaron tanto una obra de José M. Rodríguez Méndez
que al final quedó un desastre. Pocos días antes del estreno nos devolvieron el
guion censurado. ¡Y la sorpresa fue ver que no nos habían tocado las partes más
críticas con el poder! Supongo que fue porque no lo entendían. Luego, el
estreno fue bastante mal. Imagínate... Si te devuelven el texto con casi todo
cambiado cuando faltan pocos días para la fecha del estreno... Pues ¿cómo va a
ir? Mal, por supuesto.
Roser: pero para escabullir la censura los autores
también se sabían mil y un trucos para decir lo que se quería sin que se
enterase el censor.
Aurora: Sí, pero esa vez ya nos
temíamos que algo pasaría y que no sería nada bueno, ya que la obra era muy
crítica y muy directa. En cambio con la pintura casi podíamos hacer lo que
quisiéramos que no se daban cuenta. Sólo si hubiésemos hecho algo muy evidente,
como los grises aporreando a la gente, entonces sí que nos hubieran censurado
los cuadros. Pero como no era ese el caso...
Roser: También me gustaría que su marido nos enseñara algunas de sus obras y nos
hablara de su trabajo. ¿Eso es posible Agustí?
Agustí: Yo soy pintor abstracto y no sé si os va a gustar…
Roser: A mí el arte abstracto me encanta. Por eso se lo pido.
Agustí: Una vez, para una exposición mía,
me preguntaron qué perseguía yo con el arte... Y yo respondí... “Pues no se... Yo hago impulsos
desconocidos”. ¡Y ese es el título que le pusieron a la exposición!
Roser: Muy acertado porque eso es el arte abstracto, ¡impulsos!
Aurora: Él puede decir mucho que son impulsos pero yo sé que también hay algo
dirigido.
Agustí: Empecé a estudiar bellas artes en una academia y, como todos, pintaba
paisajes. Pero hubo un momento en que vi que esos paisajes que pintaba parecían
malos decorados de teatro de aficionados... Fue entonces cuando me pasé al
abstracto.
Roser: Por lo que veo su obra se caracteriza por la reutilización de objetos y el
reciclaje, muy propio de movimientos como el informalismo.
Agustí: Sí. Trabajo mucho con objetos reciclados. Para hacer esta obra utilicé
unos hierros viejos y unas cuerdas de una cuadra. El resultado fue esto, un
poco bestia, porque recuerda las condenas de muerte por garrote vil.
Andrés: La obra da miedo... Es un cuadro tenebroso.
Aurora: sí que lo da... De hecho la teníamos colgada en la casa de Sant Quirze y
una nieta nuestra nos pidió que la sacáramos porque le daba miedo.
Roser: Aunque usted dice que trabaja por impulsos, a mí me parece que esta obra
no es fruto de un impulso sino que la ha pensado mucho antes de empezarla.
Agustí: Esta sí que ha sido estudiada previamente. Pero por otra parte,
profesionalmente yo me he dedicado toda la vida a la estampación de tejidos.
Aurora tiene el Premio Nacional de España de creación artística y tenemos en
casa muchos diseños industriales realizados por ella. ¡Hace un tiempo encontré una maleta que contenía más de 2.000! Pensé
que podrían ser útiles en el nuevo Museu del disseny de la Plaça
de les Glòries. Pero no sé con quién tengo que hablar para hacer una donación
de esto. Me gustaría hablar con los responsables de la organización de la
exposición sobre “Indianes” del Museu d’Història de la Ciutat para decirles
que tengo en casa más de dos mil dibujos de esos, realizados por mí y mi mujer.
Aurora: Una vez llegamos a contactar con el museo téxtil de Terrassa pero al final no quedó en nada por falta de presupuesto. Pero ahora me gustaría cederlas para que no quedasen en el olvido.
Llegados a este punto de la entrevista
me di cuenta que eran las ocho de la tarde y que llevábamos dos horas sin parar de hablar. Era hora de irnos y dar por concluida nuestra visita. Nos despedimos
de Aurora y Agustí, felices de haber conocidos a esas dos personas que nos abrieron las puertas de su casa para contarnos la
historia de su vida y su obra y que ahora queremos compartir.