Uno de los aciertos de la programación de la
Mercè de este año es
el homenaje al
Saturno Park, el parque de atracciones que había en la
Ciutadella entre los años 1911 (en que fue inaugurado) hasta 1926, en que fue
derribado tras una larga temporada en un estado lamentable a causa de la falta
de mantenimiento de sus responsables. Además, coincidía en que el Ayuntamiento quería
ese espacio vacío para convertirlo en un gran jardín urbano para cuando llegara
la Exposición Universal de 1929. Así, el parque de atracciones que dicen que
albergaba la montaña rusa más grande de Europa en su momento (conocida como
Los Urales)
cerraba sus puertas al finalizar la temporada veraniega.
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Los Urales |
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El tobogán |
Pero en el
Saturno Park,
además de haber una pista de patinaje, montañas rusas, carruseles, un tobogán de agua
(Wather Chute) y otro convencional
(aunque gigante, con ascensor para ascender) también se realizaban espectáculos
de variedades al estilo de los que este año nos ofrece la programación de la
Mercè que es, a mi parecer, el otro gran acierto de las fiestas de este año:
surtirla de actividades en consonancia con lo que era el parque en sus
buenos tiempos, con espectáculos de marionetas y autómatas incluidos como los de la
Compañía David Berga o las de
Herta Frankel, que no me pienso perder.
Herta Frankel.
Ventrílocua austriaca que alcanzó la fama en la España de los 60 gracias a
Televisión Española. Era la estrella de la programación infantil con
Fiesta con nosotros. Por ese entonces yo
aún no había nacido y, por tanto, no tengo recuerdos de la infancia que me liguen a
ella pero supongo que sería el equivalente a
Los payasos de la tele de los 70, que sí que recuerdo a la
perfección.
Herta llegó a
España en 1942 con una compañía vienesa de variedades donde ella era una de sus
bailarinas. En teoría venía para dar una gira aunque, en realidad, era más una
forma de escapar de la II Guerra Mundial que otra cosa. De hecho, eso era algo
habitual entre los artistas. Uno de ellos, Arthur Kaps (con el que luego se
casó) se hallaba en Barcelona en 1945 con su compañía de variedades Los vieneses (integrada por él mismo,
Franz Johan y Gustavo Re) a la que Herta se unió aunque aún tardaría tres años
en dar el primer espectáculo de marionetas para la revista Sueños de Viena en El Teatro Español de Barcelona, con
la que fue todo un éxito. Tanto, que lo de las marionetas se hizo habitual
aunque no por mucho tiempo debido a los elevados gastos de producción que comportaban.
Cosa que les llevó a cambiar el teatro por la televisión, más barata y que, a
su vez, llegaba a un mayor número de espectadores.
Así fue como Herta
Frankel y sus marionetas (entre ellas la famosa perrita Marilyn) llegaron a ser
las reinas de la televisión. Además, hay que tener en cuenta que, en los
60, no había más oferta televisiva que la de TVE y, por tanto, la única que
veía toda la población.
Herta Frankel, a
diferencia del maestro
Tozer (que se construía él mismo sus propios títeres)
solo ejercía como ventrílocua y manipuladora de sus muñecos por lo que requería
de la ayuda de otros marionetistas que supieran construir y reparar las
marionetas. Aquí es donde entraron en acción
Ferran Gómez y
Pili Gálvez, que
empezaron a trabajar con ella (como manipuladores) en 1985 y que ahora son los
responsables del
Marionetarium del
parque de atracciones del Tibidabo, donde se
conserva toda su colección.
Herta Frankel murió en febrero de 1996, justo un mes después de la inauguración de la exposición conmemorativa de su 50 aniversario entre marionetas.