Por cierto, pasé grandes días de mi infancia en el parque de Montjuïc y me sabe mal que Absencito y Absencita no puedan decir lo mismo. Al menos les queda el Tibidabo.
sábado, 31 de diciembre de 2011
El sereno les desea feliz año nuevo
En 1966 el sereno deseaba feliz navidad y un próspero año nuevo con esta imagen nocturna del parque de atracciones de Montjuic. Yo les deseo lo mismo aunque ya no existan ni el parque ni el sereno.
Por cierto, pasé grandes días de mi infancia en el parque de Montjuïc y me sabe mal que Absencito y Absencita no puedan decir lo mismo. Al menos les queda el Tibidabo.
Por cierto, pasé grandes días de mi infancia en el parque de Montjuïc y me sabe mal que Absencito y Absencita no puedan decir lo mismo. Al menos les queda el Tibidabo.
viernes, 30 de diciembre de 2011
El Torín y los intrépidos aeronautas del S.XIX (parte II)
Con este anuncio en La Vanguardia, del 1 de noviembre de 1888, se publicitaba la ascensión en globo que esa misma tarde pretendía realizar el Capitán Joan Budoy en la plaza de toros El Torín.
Lo que este señor pensaba hacer no era un simple ascenso subido en la cesta de un globo aerostático sino algo mucho más arriesgado y espectacular para satisfacer las expectativas de un público muy exigente. Su intención era elevarse en un globo sin cesta, agarrado únicamente a una cuerda en la que pretendía realizar algunas acrobacias. El resultado fue un completo desastre con muertos y heridos entre los espectadores.
Según la noticia publicada en La Vanguardia el 2 de noviembre, los hechos fueron los siguientes: mientras el Capitán Budoy empezaba la ascensión entre aplausos entusiastas del público, tropezó con un madero que sujetaba el globo y cayó al suelo perdiendo la conciencia por unos instantes. Seguidamente y a causa del golpe, el madero salió despedido hacia la barrera impactando contra los espectadores. El resultado fue de un muerto, un herido grave y varios heridos leves que se llevaron un susto tremendo como recuerdo. Las heridas del Capitán Budoy consistieron en un pie dislocado y contusiones por todo el cuerpo, incluida la cabeza.
Por lo que al Capitán Budoy se refiere, el susto le quitó las ganas de hacer más acrobacias y acabó vendiendo el globo a un vecino del barrio de Gracia, según noticia en La Vanguardia del 23 de noviembre del mismo año. Lo que no he podido descubrir es el nombre del comprador del globo ni si se atrevió a subir en él.
En cuanto a los espectadores heridos, La Vanguardia publicó al día siguiente todo tipo de detalles sobre su vida y su estado de salud.
Por lo que al Capitán Budoy se refiere, el susto le quitó las ganas de hacer más acrobacias y acabó vendiendo el globo a un vecino del barrio de Gracia, según noticia en La Vanguardia del 23 de noviembre del mismo año. Lo que no he podido descubrir es el nombre del comprador del globo ni si se atrevió a subir en él.
La historia terminó con una actuación benéfica dedicada a Joan Budoy en la misma plaza de toros donde ocurrió el accidente. La celebración tuvo lugar el 25 de noviembre e incluía acróbatas, payasos, y la parodia de una corrida de toros con una novilla embolada.
martes, 27 de diciembre de 2011
El Torín y los intrépidos aeronautas del S.XIX (parte I)
Fotografia de la plaza del Torín |
El Torín fue la primera plaza de Toros de Barcelona. Construida en 1834 en el barrio de la Barceloneta, se ubicaba en el mismo lugar donde ahora está la sede central de Gas Natural (y que en el momento de su construcción eran los antiguos terrenos del matadero de la ciudad).
El arquitecto encargado de la obra, Josep Fontserè i Doménech, levantó la plaza de toros a partir de un encargo de la Casa de la Caridad en motivo de la visita del rey Carlos IV.
En el año 1835, en esta misma plaza y tras una corrida de toros que no gustó al público, se inició una revuelta popular y la consiguiente quema masiva de conventos de las Ramblas. Pero esta es otra historia que otro día contaré.
De lo que hoy quiero hablar es de otro tipo de espectáculos que tenían lugar en esta misma plaza: alzamientos en el aire de globos aerostáticos, a los que los barceloneses eran muy aficionados. La mayoría se realizaron con éxito pero dos de ellos fueron unos auténticos fracasos. El primero fue el del aeronauta francés Monsieur Arban. Del segundo hablaré en la próxima entrada al blog. Ambas historias las descubrí en “Histories de la història de Barcelona” de Dani Cortijo donde se explican con todo detalle.
Tras elevarse en globo dos veces con éxito en el mismo año (1847), monsieur Arban quiso repetir la hazaña dos años después. Pero esta tercera vez el resultado fue otro. En esta ocasión su intención era subir en globo hacia cielo acompañado por su mujer. El matrimonio se presentó a la cita vestido de etiqueta, como mandaba la ocasión, preparado para un día de gloria.
Ya el primer intento fue un desastre. El globo se elevo tan poco que cayó en el exterior de la plaza. En el segundo intento el globo casi se estrella contra el público y, para evitar el choque, Monsieur Arban descendió hasta la arena. Los espectadores, creyéndose engañados por el espectáculo que estaban presenciando, empezaron a abuchear al pobre Arban. El hombre se sintió tan ofendido que decidió llevar a cabo un tercer y último intento. Pidió a su mujer que bajara del aparato (para aligerar el peso) y luego ordenó que soltaran el globo. Hecho esto, el globo empezó a subir y subir hasta que se perdió de vista y ni el barco de vapor que lo seguía lo volvió a ver más.
Intento fallido del ascenso del globo de Arban en el Torín |
Abajo, en la arena, su mujer lloraba desconsoladamente al ver a su marido desaparecer entre las nubes.
Pasó el tiempo y Monsieur Arban no apareció en ningún lugar. Su mujer, desesperada, viajó por todas partes buscándolo pero no lo encontró. De ella se dice que terminó vagando por Barcelona vendiendo parches para curar los callos de los pies. Ya al final de su vida, casi ciega, un teniente de alcalde del ayuntamiento consiguió ingresarla en un centro benéfico donde finalmente murió.
Subida al cielo del globo de Arban con la plaza de toros al fondo |
En cuanto al pobre Arban, se dice que tras su desaparición el regidor Práxedes Vilanova recolectó dinero para dedicarle un monumento que al final se utilizó para construir el monumento a Colón.
sábado, 24 de diciembre de 2011
Cosas que puede cagar el Tió o traer Santa Claus
En la mansión Ausente esta tarde cagará el Tió y por la noche, mientras dormimos, Santa Claus entrará por la ventana del salón (no tenemos chimenea) y nos dejará algún regalo. Hace días que escribí mi petición y ahora espero que me haga caso dejando bajo el árbol Els parcs d’atraccions de Barcelona (Ròmul Brotons).
Pero si alguien de ustedes aún no saber qué pedir quizá les ayuden las siguientes recomendaciones de libros sobre la historia y lugares de Barcelona que a mi me han gustado.
· Nueva guía secreta de Barcelona (José Mª Carandell). Publicado por primera vez en 1974, es una excelente guía de la ciudad aunque posiblemente sea un poco difícil de encontrar a la venta. Gracias a este libro conocí el caso del asesinato de la baronesa de Senelles del que ya les hablé en un post anterior.
· Fantasmas de Barcelona (Sylvia Lagarda-Mata). Últimamente siempre salgo de casa con este libro bajo el brazo ya que nunca se sabe que puedo descubrir con él. A menudo absencito y yo nos recorremos los itinerarios del libro buscando los lugares donde ocurrieron las historias de fantasmas relatadas. Una de ellas, sobre una casa encantada en el call de Barcelona, asustó mucho al chaval y sus amigas. Un día de estos haré un post sobre esa casa.
· Històries de la història de Barcelona (Dani Cortijo). Escrito por el autor del blog altresbarcelones.com relata historias curiosas e interesantes a través de un recorrido por las calles de la ciudad.
Para terminar, ahí va una última recomendación de parte del señor ausente y que yo aún no he podido leer: Barcelona rebelde (Guillem Martinez).
Feliz navidad les desea la familia ausente.
miércoles, 21 de diciembre de 2011
Amalia Domingo Soler, escritora espiritista
Enlazando con el último post sobre el organizador del 1r Congreso Espiritista en Barcelona (Miguel Vives) tenemos la figura de la escritora espiritista Amalia Domingo Soler.
Su vida y sus desgracias nada tienen que envidiar a Miguel Vives. Nació en Sevilla en 1835 y desde siempre fue una mujer débil de salud y con graves problemas de visión, hasta el punto que no se quedó ciega por muy poco. En cambio siempre fue una mujer de carácter fuerte que luchó por sus creencias hasta el punto de enfrentarse a los personajes más representativos de la Iglesia del S. XIX (Padres Fita, Sellarés, Llanas y el canónigo Vicente Manterola).
Amália Domingo era una mujer inteligente. Aprendió a leer muy pronto y, aunque solo realizó estudios primarios, rápidamente destacó como poeta. Escribió sus primeros versos a los 10 años y a los 23 ya publicó algunos de ellos en la revista Museo literario (Sevilla).
Tras la muerte de su madre en 1860, Amalia cayó en una depresión que la llevó a salir de Sevilla para instalarse en las Canarias donde estuvo viviendo un año. Luego volvió a su ciudad para dedicarse profesionalmente a la costura aunque no fue por mucho tiempo. Luego se fue a Madrid buscando mejores oportunidades laborales. Allí empezó a colaborar en diversas revistas publicando textos muy distintos de los que posteriormente la hicieron famosa.
El tiempo que vivió en Madrid compaginaba sus labores literarias con la costura y fue en este periodo que casi se quedó ciega. Entonces empezó a visitar a médicos y más médicos para encontrar un remedio a su enfermedad. Viendo que cada vez perdía más visión y sin nadie que le pudiera ayudar, Amalia recayó en la depresión. Se sentía tan mal que hasta llegó a pensar en suicidarse.
Sin medios económicos para subsistir terminó por recurrir a la caridad a través de una sociedad filantrópica. A partir de entonces su vida empezó a cambiar. Descubrió la revista espiritista “El Criterio” (creada por el ministro de la Guerra, Joaquín Bassols) y quedó fascinada por lo que allí se contaba. Le gustó tanto que escribió un poema y lo envió a la revista. Su director, el vizconde Antonio Torres de Solanot, le respondió con una carta de agradecimiento y un ejemplar de su libro “Preliminares al estudio del espiritismo”. A partir de ese momento, empezó a colaborar de forma periódica en la revista.
El primer artículo espiritista de Amalia Domingo apareció en la revista “el Criterio” en el año 1872. Desde entonces y hasta 1903, publicó más de 2000 textos con la misma temática. Pero volvió a tener problemas de salud y tuvo que marcharse de Madrid por prescripción médica aunque regresó al poco tiempo, en febrero de 1876. Pero su estancia en la capital fue muy corta ya que en junio del mismo año se instaló definitivamente en Barcelona a petición del presidente del Círculo Espiritista “La Buena Nueva”, Lluís Llach, para trabajar en periódicos de esta índole.
Al llegar a Barcelona, Amelia se instaló en el domicilio de la familia Llach en el barrio de Gracia y esa fue su residencia el resto de su vida. Desde allí dirigió varias revistas sobre espiritismo y trabajó como redactora de otras tantas.
Amalia Domingo Soler murió en Barcelona el 29 de abril en 1909 a causa de una bronconeumonía. Su entierro fue seguido por una numerosa comitiva que acompañó al coche fúnebre desde su domicilio hasta el cementerio de Montjuïc, donde fue enterrada. Tras su muerte sus amigos editaron un cuaderno con fotografías de la comitiva funeraria por las calles de Barcelona y del cadáver amortajado de Amalia Domingo, que no he podido encontrar.
En 1912, tres años después de su muerte, se publicó un libro autobiográfico póstumo con este extraño texto en su portada: Memorias de la insigne cantora del espiritismo Amalia Domingo Soler. Divididas en dos partes. La primera contiene lo que escribió en vida. La segunda y el prólogo que acompaña a la obra, fueron dictadas desde el espacio por ella misma. Según parece, la médium con la que contactó Amalia para escribir sus memorias se llamaba María.
Tras su muerte aún se publicaron algunos libros más como “Consejos de ultratumba y, en 1926, los “Cuentos espiritistas”. Una antología de sus escritos más importantes, protagonizados por niños o adolescentes muertos. Algunos de los títulos de estos relatos son “El vestido blanco” o “¡Murió de frío!, entre otros.
sábado, 17 de diciembre de 2011
Miguel Vives y el Primer Congreso Espiritista en Barcelona (1888)
A propósito del texto sobre el congreso espiritista en Madrid (1892), publicado en el blog ausente, descubrí que el primer congreso en España se celebró en Barcelona en entre los días 8 y 13 de septiembre de 1888 en el Salón Eslava, que se encontraba ubicado en la calle Marqués del Duero 123-125 (actualmente es el Paral·lel).
El 10 de septiembre de ese mismo año La Vanguardia publicó una extensa noticia sobre el congreso en la que hablaba de la participación del señor Miguel Vives, organizador del evento. La vicepresidencia del congreso fue a parar a la escritora Amalia Domingo Soler, a quien pronto dedicaré un texto que ya está en preparación.
El 10 de septiembre de ese mismo año La Vanguardia publicó una extensa noticia sobre el congreso en la que hablaba de la participación del señor Miguel Vives, organizador del evento. La vicepresidencia del congreso fue a parar a la escritora Amalia Domingo Soler, a quien pronto dedicaré un texto que ya está en preparación.
Miguel Vives fue un activo espiritista catalán. Nació en Barcelona (1842) pero vivió mucho tiempo en Sabadell. En su vida ocurrieron grandes desgracias familiares. De entrada no conoció a su madre y su padre murió cuando él tenía 11 años. A partir de entonces, su hermano mayor – Augusto - se encargó de él.
Siguiendo con la mala suerte que le caracterizaba, su mujer murió de forma inesperada durante la luna de miel. Entonces él tenía 24 años. Esta nueva tragedia le llevó a una depresión que duró 5 años. Tras este tiempo, en 1871 se fue a vivir a Terrassa con su hermano y su cuñada y fue en ese momento que conoció el Espiritismo. Su hermano, para animarlo, le regaló “El libro de los espíritus” de Allan Kardec y así consiguió su objetivo. No solo lo animó sinó que Miguel se convirtió en un famoso espiritista. Empezó a organizar sesiones y en 1872 inauguró el centro “Fraternidad Humana”. Poco después conoció, dentro del círculo de espiritistas que fecuentaba, a la que fue su segunda mujer y con la que tuvo 2 hijos.
En esos momentos el espiritismo era tan popular en España que, en 1873, se llevó una propuesta al parlamento español para que se impartiera la doctrina espírita en las escuelas y en la que él participó activamente.
En 1882 murió su hijo menor a la edad de 9 años y así se añadió una más a la larga lista de tragedias familiares. Pero esta vez se lo tomó mucho mejor gracias al espiritismo. En este mismo año tamién creó la “Federación Espírita del Vallés”, integrada por las asociaciones y centros espiritistas de la província de Barcelona, que posteriromente se transformó en la “Federación Catalana de Espiritismo”.
Escribió la “Guía práctica del Espiritista”, dirigió “El faro espiritista”, fundó la revista “Unión” y fue socio honorario de la revista “La Doctrina”. Todas publicaciones de la misma temática.
Miguel Vives murió en Barcelona el 23 de enero de 1906 y, según las crónicas, acudieron a su entierro más de 5.000 personas tras cerrar fábricas, comercios y demás puestos de trabajo para facilitar la asistencia a todo aquel que lo desease.
Su fama fue tanta que hasta en la ciudad de Terrassa hay una calle que lleva su nombre: calle de Miguel Vives.
miércoles, 14 de diciembre de 2011
La boa constrictor hambrienta
Ayer me desperté con la intención de escribir un post sobre la leyenda urbana de la boa constrictor come humanos. Y, por casualidades de la vida, hayer mismo se publicó esta noticia en la sección de ciencia del diario ABC que tiene mucho que ver con lo que yo les queria contar.
La idea de hacer esta entrada surgió tras una cena con mis amigas en la que una de ellas explicó, como un caso real, la siguiente historia:
Una persona aficionada a los animales exóticos tenia una boa constrictor en casa como animal de compañía. Al principio y, durante un tiempo, la vida con la boa transcurría con toda normalidad. La serpiente tenía su terrario y, de vez en cuando, su dueño le permitía pasear sola por la casa. Un tiempo después, empezó a dejarla dormir en su cama. Hasta ahí todo bien. La boa dormía acurrucada a los pies de su amo y por la mañana volvía feliz al terrario.
Transcurridos unos meses la boa empezó a mostrarse muy rara. Poco a poco fué perdiendo el apetito hasta dejar de comer por completo. Su dueño, preocupado, le ofrecía ratones y hámsters para comer pero ella lo rechazaba todo. También se comportaba de una manera diferente a la hora de dormir. En lugar de acurrucarse a los pies de la cama se tumbaba al lado de su dueño, todo lo larga que era.
Alarmado por este extraño comportamiento, al final el dueño se decidió a llevar a la mascota al veterinario quien, después de examinarla, llegó a a la siguiente conclusión: la serpiente no estaba enferma ni nada parecido. Lo que occurría es que se abstenía de comer para hacerse un hueco lo suficientemente grande para tragarse a su dueño. Por eso cada noche se acostaba, alargada, al lado de su dueño. Así le tomaba las medidas para saber si ese humano cabría en su cuerpo.
Cuando mi amiga terminó el relato, nos reimos a carcajadas durante mucho rato ya que nos parecia imposible que una serpiente pudiese tener la suficiente inteligencia para hacer tales comprobaciones.
Hasta ahora, cada vez que me acordaba de esta historia me daban ganas de reir pero desde la publicación de esta noticia sobre las serpientes devorahombres de Filipinas que ya no me río tanto. Por otro lado, alguien en quien confio me ha asegurado que esta historia es real, en parte, y que lo sabe por un veterinario de animales exóticos...
lunes, 12 de diciembre de 2011
Un crimen pasional en la Barcelona del S. XIX
Lo que ahora me dispongo a contar sucedió en Barcelona en el año 1855. Es un relato de amor no correspondido que acabó, como tantos otros, con el asesinato de la mujer. Pero en este caso el final de la historia va mucho más allá.
Todo empezó cuando el Coronel de Infanteria Blas de Durana (al mando del 5º Batallón de Cazadores de Tarifa) se enamoró perdidamente de Dolores Parrella de Plandolit. Un amor no correspondido porque ella estaba felizmente casada con el Barón de Senelles y no queria saber nada del militar que la cortejaba. Así que él, por celos, la mató.
El 19 de junio a las ocho de la tarde, la baronesa se disponía a acudir al Liceu con sus hermanos y cuñadas pero al salir del palacete de la calle Unió, 21 (residencia de su hermano), apareció Blas de Durana y le asestó 12 puñaladas en el pecho. El agresor no huyó. Se quedó quieto e inmóvil contemplando la agonía de su amada hasta que fue detenido a los pocos minutos con el arma homicida en las manos, el cuerpo cubierto de sangre y numerosos testimonios observando.
Tras su detención fue recluido en el Castillo de Montjuïc a la espera del juicio, que se celebró rápidamente. El abogado encargado de su defensa fue D. Paciano Massadas (el más famoso de Barcelona y también diputado a Cortes) pero no pudo hacer nada para evitar la sentencia a muerte en el Garrote Vil, que era lo que más temía Blas de Durana. Tanto lo temía que la noche anterior a la ejecución se suicidó con cianuro.
A la mañana siguiente, cuando el capellán acudió a despertarlo para acompañarlo hasta el patíbulo, encontró a Durana muerto en su celda con una nota junto al cuerpo donde explicaba el sucidio para evitar el Garrote Vil. Cosa que no pudo conseguir ya que las autoridades decidieron continuar con la ejecución aunque el condenado ya estuviese muerto. Y así se hizo. Se trasladó el cadáver a la Ciudadela (lugar de la ejecución) y el verdugo ejecutó la sentencia ante un numeroso público que se abarrotaba para presenciar tal macabro espectáculo. Hasta medio dia el cadáver estuvo expuesto al público.
Finalmente, fue enterrado en el nich 3083 del Cementiri Vell, justo al lado del de la Baronesa de Senelles. Un plan que había sido previamente urdido por Blas de Durana al saber el destino que le deparaba. Así podrían reposar eternamente juntos...
Aquí les dejo con una foto hecha esta misma tarde del edificio de la calle Unió, 21, lugar del crimen.
domingo, 11 de diciembre de 2011
Dia de fiesta, brownie de chocolate
Otra de las cosas que quiero hacer en el blog es retomar el hilo de las famosas recetas de cocina del blog ausente y hoy empiezo con un postre de muerte: el brownie de chocolate. Es una tarta fácil de preparar con un resultado excelente.
Los días festivos que nos quedamos en casa Absencito y yo nos ponemos mano a mano en la cocina y en menos de 40 minutos conseguimos un delicioso brownie. El chaval es buen pinche de cocina y excelente rebañando el bol donde preparamos la masa.
Para empezar, es necesario encender el horno a 180º para que ya esté caliente cuando se tenga que hornear el pastel. Seguidamente, ponemos en un recipiente 125 gr. de chocolate negro partido a trocitos junto con 125 gr. de mantequilla para derretirlos al baño maría. Llegados a este punto, Absencito siempre observa con atención como el chocolate y la mantequilla se funden hasta conseguir una crema muy sabrosa. Cuando esto ocurre, es el momento de retirarlo del fuego y continuar por otra parte.
Lo siguiente es cascar 3 huevos en un bol y mezclarlos con 125 gr. de azúcar hasta conseguir una mezcla espumosa. Luego hay que añadir el chocolate fundido con la mantequilla y batirlo bien con batidora eléctrica. Después se añaden 80 gr. de harina, medio sobre de levadura y se vuelve a batir con batidora hasta que quede una masa cremosa y sin grumos que a Absencito le encanta rebañar. Esta masa la metemos en un molde de pasteleria (previamente untado de mantequilla) que introducimos al horno a 180º durante 25 minutos.
Y el resultado es....
Los días festivos que nos quedamos en casa Absencito y yo nos ponemos mano a mano en la cocina y en menos de 40 minutos conseguimos un delicioso brownie. El chaval es buen pinche de cocina y excelente rebañando el bol donde preparamos la masa.
Para empezar, es necesario encender el horno a 180º para que ya esté caliente cuando se tenga que hornear el pastel. Seguidamente, ponemos en un recipiente 125 gr. de chocolate negro partido a trocitos junto con 125 gr. de mantequilla para derretirlos al baño maría. Llegados a este punto, Absencito siempre observa con atención como el chocolate y la mantequilla se funden hasta conseguir una crema muy sabrosa. Cuando esto ocurre, es el momento de retirarlo del fuego y continuar por otra parte.
Lo siguiente es cascar 3 huevos en un bol y mezclarlos con 125 gr. de azúcar hasta conseguir una mezcla espumosa. Luego hay que añadir el chocolate fundido con la mantequilla y batirlo bien con batidora eléctrica. Después se añaden 80 gr. de harina, medio sobre de levadura y se vuelve a batir con batidora hasta que quede una masa cremosa y sin grumos que a Absencito le encanta rebañar. Esta masa la metemos en un molde de pasteleria (previamente untado de mantequilla) que introducimos al horno a 180º durante 25 minutos.
Y el resultado es....
sábado, 10 de diciembre de 2011
Primer post: El Fossar del Corralet
Hace tiempo que le doy vueltas al asunto y, por fin, hoy me he decidido. Me estreno como blogger con este primer post sobre el Fossar del Corralet. La idea me viene tras años de ver a mis hijos jugando en este parque infantil después de hacer la compra en la Boqueria. Justo aquí, en este enclave, estaba el Fossar del Corralet. Es decir, el cementerio del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau (S. XIV). Ubicado, exactamente, en lo que ahora son els Jardins del Dr Fleming (entre las calles del Carme y Hospital).
El cementerio se construyó pegado a los muros de la Academia de Medicina (S. XVIII), que es el edificio anexo al Hospital.
En ese tétrico cementerio se enterraba a los pacientes del hospital (la mayoría pobres y vagabundos) y de ellos se proveían los médicos de la Academia para estudiar la anatomía humana.
Los difuntos, al ser personas sin ingresos ni familia que pudiera pagarles el entierro, se acumulaban de cualquier modo en modestas cajas de madera y, de tanto en tanto, cuando en el cementerio no cabían mas cuerpos, trasladaban algunos restos a la fosa común. Los encargados de llevar a cabo esta desagradable tarea eran los propios pacientes del hospital junto con el sepulturero. Trabajaban de noche, sacando los restos de las tumbas y tirandolos al osario. Con los féretros y mortajas se encendían hogueras para hacerlos desaparecer.
El cementerio fue clausurado por el Ayuntamiento de Barcelona, junto con los demás cementerios parroquiales tras la quema de conventos de 1835 aunque este fue uno de los últimos en desaparecer.
Ahora, cada vez que veo a mis hijos jugar en este parque infantil no puedo más que pensar que en otro tiempo la gente evitaba pasar por allí mientras que hoy en día es un lugar de ocio.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)