"El Incal" - Jodorowsky/Moebius |
"Nunca habrá una Moebius". Esto es lo que le dijo Ana Miralles a Carla Berrocal el día en que se conocieron en Santander. Una frase suficientemente contundente como para que Carla decidiera dar el paso que la llevó a crear la Asociación de Autoras de Cómic (AAC). Por eso y porque Clara Soriano ganó el premio al autor revelación del 32 Salón del Cómic de Barcelona, la historia oral de este año va de mujeres. Mujeres que dibujan (y muy bien, por cierto) y tienen mucho que decir.
Aunque parezca hecho a posta, que la entrevista de este año sea a autoras de cómic y que en el Salón programaran una exposición sobre mujeres dibujantes durante el franquismo ha sido una feliz coincidencia. El tema lo escogí ya hace un año y no me enteré de lo de la exposición hasta después de haber contactado con todas las participantes: la propia Clara Soriano, Natacha Bustos, Ana Oncina, Mamen Moreu, Bea Tormo, Carla Berrocal, Mireia Pérez, Sandra Uve y María Dembilio. Esta última, la más veterana y una de las dos únicas mujeres dibujantes de Selecciones Ilustradas.
Por la imposibilidad de vernos todas a la vez, la entrevista fue realizada en distintas fases. Una primera reunión con algunas de ellas en el restaurante pakistaní donde suelo realizar casi todas las entrevistas y acompañada de Absence. Otra segunda fase en un café de Sants y, las demás, por vía telefónica. Pero lo que no contaré es con quién me reuní en cada ocasión. Eso lo dejo para vuestra imaginación.
Roser: Ya era hora que alguien se acordara de vuestras antecesoras con una exposición. ¿No os parece?
Natacha Bustos: La muestra está dedicada a las dibujantes de entre los años 40 y 70 y,
algunos de los miembros de la Asociación
de Autoras de Cómic que somos más activos como Makira Vila, Raquel Perritil
y Andrea Lucio, estamos colaborando
con Ficomic. Bueno, más que
colaborar lo que hacemos es dar visibilidad a nuestra asociación con debates y
cosas por el estilo ya que no nos han dejado meter mucha baza en la exposición.
Carla Berrocal: Pero hemos dado un paso de
gigante a la hora de plantear ciertas cosas a Ficomic. Una de ellas es esta
exposición y también ha sido un acierto tener un espacio
dentro de las charlas del Salón. Hay que ir metiendo mano poco a poco. Las
cosas no se pueden cambiar de un día para otro
y más con una entidad como Ficomic que es predominantemente masculina,
con un solo director que lleva la batuta y que decide todo lo que hay que hacer
y lo que no. Es importante que, en este tipo de Salones tan mayoritarios y
comerciales la mujer tenga visibilidad porque, al final, lo que nos interesa es
que el gran público nos conozca y sepa que hay mujeres que dibujan.
Sandra Uve: Lo correcto habría sido que Ficomic
hubiera delegado en la Asociación y que, desde ahí, se hubiera comisariado
decidiéndolo todo acerca de la muestra, desde el título a los contenidos.
Carla Berrocal: Ficomic es una empresa privada que vela por sus propios
intereses y, de alguna manera, busca el apoyo de la Asociación para
beneficiarse y lo que han hecho con esto es como decir… Mirad, nosotros también incluimos a las chicas… Así que, desde este
punto de vista, tampoco estoy muy de
acuerdo.
Mireia Pérez: Lo primero que deberían haber hecho a la hora de darle
forma a la muestra es asesorarse bien. Especialmente en cuanto al título. En
otro contexto podría tener sentido pero así, aislado, se presta a confusión.
Roser: Pero el título que yo he visto es muy aséptico…
Mireia Pérez: Es que lo han cambiado. De entrada era De
profesión sus tebeos que se
relacionaba con de profesión sus labores, que es lo que indicaba la cartilla
de familia de los años 40-50. Así que si pones este título a una exposición que
es crítica con eso, entonces vale. Pero en realidad, va de cómic romántico y de
hadas. Entonces, en este caso, ya no solo estás haciendo una asignación de
género muy concreta sino que estás perjudicando a alguien. Es como darle la
vuelta al tema y volver otra vez sobre lo mismo.
Clara
Soriano: A mí ese primer título no me gustaba. Lo
comenté en la asociación y empezó a salir gente diciendo lo mismo. A partir de
ahí, Marika habló con los
organizadores y acordaron cambiarle el nombre por otro mucho más neutro.
Carla Berrocal: Era muy poco acertado pero, al menos, Ficomic
se dio cuenta y lo rectificó. Y ahí sí que la Asociación tuvo suficiente peso
como para conseguir cambiarlo.
Natacha Bustos: Ahora es Autoras de romance durante el franquismo
español, años 1940-1970. O
sea, un título totalmente genérico que es como al final se acaba haciendo
siempre. De hecho, cuando nos lo comunicaron, no generó muchos comentarios en el grupo. A la
gente no le pareció ni bien ni mal.
Sandra Uve: Al final acabaron escogiendo lo más práctico para
todos.
Absence: Supongo que la intención era buscar un título
ingenioso sin darse cuenta que no era el adecuado.
Clara
Soriano: Querrían un nombre gracioso y al final se
convirtió en algo desafortunado. Los títulos siempre son peligrosos porque igual
piensas que es muy bueno y que todo el mundo lo va a entender y luego nadie
pilla el chiste.
Absence: La mayoría de mujeres que dibujaban en esa época
hacían romance. Igual ellas preferirían hacer western o ciencia ficción pero
las ponían a hacer romance.
Roser: Tú, María,
empezaste a trabajar en Selecciones
Ilustradas siendo muy joven. ¿Qué tipo de historias dibujabas?
María
Dembillio: De amor, claro… Al principio solo me
pedían cosas de chicas pero luego, ya con mi marido, hacíamos historias de
aventuras. En Selecciones casi no
había mujeres dibujantes. Solo Julita
Hispano y yo.
Carla Berrocal: Fernando Fernández, que también estuvo en Selecciones Ilustradas, escribió un ensayo titulado Memorias ilustradas, editado por Glénat, en el que contaba lo que ocurría en la agencia.
Roser: Y Carlos Giménez tiene Los profesionales donde relata su experiencia en ella en los años sesenta.
Sandra Uve: Que María trabajara de dibujante
en Selecciones Ilustradas fue todo
un logro en su época y la cuestión es que pudo trabajar de lo que le gustaba
aunque fuera dibujando historias románticas.
Mireia Pérez: Si tienes que hacer una exposición sobre la
trayectoria de las mujeres dibujantes de los años 40, tienes muchísimas posibilidades
que acabe tratando historias de hadas y romances y, si te empeñas en
encasillarlas en esas temáticas, al final acabarás haciendo machismo.
Ana Oncina: Es una manera de encasillar a la mujer igual que
cuando se habla de hacer cómic infantil. Parece que solo sean las chicas las
que hacen cómics para niños cuando eso no es cierto.
Mireia Pérez: Tengo la sensación de que cuando en El jueves quieren hacer una
historia de amor o de asuntos de género siguen llamando a mujeres dibujantes en lugar de a
hombres. Yo dejé de colaborar con ellos por esto.
Mamen Moreu: A mí en El jueves siempre me pedían
historias de juergas. Como lo mío es más cafre y hago un tipo de historias que
antes eran más habituales en los tíos pues ya no se atreven a pedirme según
qué.
Sandra Uve: Ahora nos quejamos de que las revistas nos hacen encargos para hacer
historias femeninas porque somos chicas. Pero eso también es trabajo y lo
importante es que seas honesta contigo misma y que luego puedas hacer lo que
realmente quieres. El problema, en realidad, no está en que seas mujer
dibujante sino en que este oficio nuestro en España se paga muy mal.
Natacha Bustos: Últimamente ha habido una gran polémica con la
portada de DC Cómics en que el Jocker amenaza a Batgirl. He leído mucho sobre ello y hay que conocer el contexto. En
DC, Batgirl es un personaje nuevo orientado
a adolescentes y hacer eso con la portada es como si metieras a Mickey Mouse rajado.
Natacha Bustos: Mickey Mouse era un personaje ya establecido a diferencia de Batgirl, que es nueva y que se está intentando
introducir a un público joven. De repente, meter ese personaje en otro contexto
puede hacer que a los fans les descuadre un poco. A mí me encanta el cómic underground pero este no es el caso ya
que se destina a un público generalista. De todos modos, la portada en sí no me
parece mal.
Absence: Todo esto es bueno hablarlo con vosotras porque estáis
más sensibilizadas pero a mí no me parece que haya para tanto.
Natacha Bustos: Como portada, tampoco me parecería tanto si
estuviera en el número de Jocker. Pero
es que está en el de Batgirl.
Sandra Uve: Se ha sacado tanto de quicio que hasta me parece increíble. Ella es una
superheroína que pega y que le pegan. Por tanto, ella da y también recibe
ñecos. Y lo más preocupante de todo no es que sea una superheroína a la que le
pegan sino que en la vida real sí que
hay mujeres a las que les dan de verdad. ¡Batgirl
se sabe defender perfectamente!
Absence: Si esa misma portada se hubiera hecho con Robin en lugar de Batgirl nadie se escandalizaría. La antigua Batgirl era paralítica por culpa de Jocker. Todo esto me hace pensar en el caso de Tintín en el Congo, que
fue tachado de racista. Y es cierto, lo es. Pero ¿Qué hay que hacer?
¿Prohibirlo o explicar el momento histórico en que fue escrito? Se podría
utilizar como un arma educacional. Es decir… Mirad el concepto que se tenía
antes que se hacían estos cómics sobre negros. Así que, en lugar de censurarlo,
deberían añadir una introducción explicativa indicando que esto pasaba en la
Europa de hace ochenta años.
Natacha Bustos: Igual que Moebius,
que también es tachado de machista. ¡Pues no me parece raro que lo fuera por la
época en que trabajaba! Qué iba a ser… ¿Feminista?
Absence: Vosotras, como dibujantes, ¿percibís estas cosas
que yo no percibo?
Natacha Bustos: Sí claro. Por ejemplo el cómic americano es muy
bestia. La cultura está constituida en valores masculinos y hemos crecido con
eso.
Ana Oncina: Lo importante es intentar cambiarlo porque al
final nos hemos acostumbrado a vivir así.
Natacha Bustos: Por eso, para mí la asociación de autoras ha sido
un despertar porque, como dice Ana,
nos habíamos adaptado a vivir así. De hecho, como autoras jamás hemos recibido
ningún tipo de discriminación pero sé que ocurre y, con el tiempo, te vas dando
cuenta.
Absence: ¿Todas vosotras estáis comprometidas con la Asociación?
Bea Tormo: Yo no formo parte pero las demás sí.
Clara
Soriano: Bea
piensa por su cuenta.
Carla Berrocal: Yo a la Asociación la veo desde el punto de vista de la educación, la
promoción y la divulgación del trabajo realizado por las autoras y creo que
juntas se pueden conseguir muchas cosas. Un ejemplo es el caso de Rosa Galcerán, a quien hemos premiado este año. Si no llega a ser porque un grupo
de chicas decide que hay que reconocer a esta mujer no se habría hecho la
exposición del Salón del Cómic.
Ilustración de Rosa Galcerán para la colección "Azucena" |
Sandra Uve: A mí la Asociación me parece guay pero estoy de acuerdo con Bea de que la segregación no es buena. Además, pienso que la industria del cómic se aprovecha cuando hay una agrupación porque le es más fácil aniquilar un bloque único que no individualmente. Por eso creo más en la lucha individual y en que debería haber una red para hacer cosas más concretas como la exposición de mujeres dibujantes de la que hablábamos antes.
Mireia
Pérez: En Madrid no hay muchas autoras de cómic.
Son más numerosas aquí, en Barcelona y la Asociación me fue muy bien para
entrar en contacto con ellas. Tenía ganas de dar con otras autoras y al final
las encontré por Internet.
Roser: ¿Por qué habéis decidido asociaros?
Mireia Pérez: Por necesidad y para dar más visibilidad al cómic hecho por mujeres ya que
se hacen cosas muy interesantes que hay que resaltar.
Natacha Bustos: Al principio fue Carla quien estuvo más ahí con el tema.
Carla Berrocal: Todo empezó hace unos tres años en la feria del libro de Santander. Allí
coincidí con Ana Miralles e hicimos
muy buenas migas. Teníamos muchas afinidades y, entre otras cuestiones,
hablamos del papel de la mujer en el cómic. También me dijo esa frase de la que hablábamos antes, de que nunca
va a haber una Moebius y me impactó tanto que me hizo pensar en que
había que cambiar las cosas o, al menos, intentarlo. Entonces fue cuando surgió la idea de la
Asociación y contacté con Marika Vila
y Elisa MacCausland para
proponérselo y aceptaron encantadas. A partir de ahí creé el grupo de Facebook y la cosa fue creciendo hasta
que, a finales de 2013, lo lanzamos de forma más oficial con una asamblea
durante el Salón del Cómic de Barcelona.
Clara
Soriano: De hecho, Bea también estuvo en la antesala de la asociación cuando no era
más que una idea de Carla. Luego, Natacha nos lo contó y ahí empezó todo
un debate entre nosotras. Unas estaban más convencidas, otras menos… A mí
misma, hubo cosas que me gustaron y otras que no pero, en general, vi que podía
salir algo bueno de todo ello y me uní. Llevamos poco tiempo y podríamos decir
que aún se está creando su identidad pero, por ahora, ya hemos hecho cosas
interesantes como exposiciones y la concesión del premio a una autora de larga
trayectoria.
Mamen Moreu: Recuperar el trabajo de autoras de otras épocas es muy interesante. Me ha permitido poner un nombre a los dibujos que yo veía de pequeña en los tebeos de amor y princesitas que leía mi madre. De hecho, el otro día, en una entrevista que nos hicieron a Clara y a mí nos preguntaron si conocíamos a todas las dibujantes de la exposición del Salón de este año y había muchas que desconocía ya que, de niña, no me fijaba en el nombre de las autoras. Y luego, al hacerme mayor, rápidamente empecé a disfrutar con el cómic underground y gamberro.
Mireia Pérez: Eso de destacar figuras relevantes está muy bien.
En La Central de Madrid estamos
preparando una serie de charlas y encuentros para el mes de mayo donde habrá algunos
miembros de la asociación.
Clara
Soriano: Últimamente hemos hecho un listado de
publicaciones del año 2014 en las que han participado autoras y está bien para tener
datos sobre lo que hay.
Natacha Bustos: La idea era crear una base de datos de autoras porque,
muchas veces, cuando se preparan antologías de cómic de tíos, me preguntan…
¿Conoces tías dibujantes? Y yo… ¡Pues sí! Y ahora, con lo de la asociación les
paso la lista de autoras.
Mamen Moreu: Además, también ha servido para que nos conociéramos entre nosotras y nos
agrupáramos. Antes, cada una iba por su lado.
Bea Tormo: Por una parte estoy de acuerdo con Clara con lo de organizar exposiciones
y tal. En cambio, lo que no me gusta es que tengamos que segregarnos para ser
visibles. Creo que es lo contrario de lo que deberíamos hacer. Si esto mismo lo
hubieran hecho los hombres los tacharíamos de machistas.
Absence: En la Asociación de Críticos y Divulgadores de Cómic solo hay una mujer.
Clara
Soriano: La nuestra se llama Asociación de Autoras igual
que podría haber sido Asociación por la Igualdad
de Autores y Autoras pero era un nombre muy largo. En la asociación también
hay chicos, lo que ocurre es que algunos pasan de mojarse por la causa
feminista o sí que la apoyan pero de lejos, sin implicarse demasiado. Como
sabes, en una asociación puede haber mucha gente apuntada aunque al final
siempre hay unos más activos que otros.
Bea Tormo: Discrepo en eso de que nos tenemos que
juntar para que nos hagan caso. No lo comparto y por eso no estoy en la
asociación. En cambio, soy feminista y sigo mi lucha individualmente.
María
Dembillio: Cuando estaba en Selecciones Ilustradas hice una aguada y Toutain me pagó menos que a los hombres. Yo, que soy muy prudente,
no me quejé pero mi novio, Julián, me dijo… “Haré yo una y la entregarás como
si fuera tuya, a ver qué pasa”. Y así lo hicimos. Cuando se la di a Toutain se la miró detenidamente y me
dijo… “Moolt bé!, Moolt bé!”...
Entonces le pregunté “¿Me pagarás como a los demás?” y él me contestó: “no”. Y yo… “¿Por qué?” Y él… “¡Pues
porque tú no tienes una familia que alimentar!”.
Sandra Uve: La industria del cómic sigue siendo súper machista. De hecho, no hay tanta
diferencia entre lo que ocurre ahora y los comentarios asquerosos de Toutain hacia María.
María Dembilio y Julián Morote representados en la viñeta superior |
Roser: En esa época las dibujantes erais casi
inexistentes pero ahora aún tenéis poca visibilidad. El mundo del cómic se ha
considerado siempre masculino y el año pasado, cuando Clara ganó el premio al autor revelación, pensé en lo interesante
de celebrar un encuentro de autoras y, además, este año, también estáis
nominadas Ana y Mamen.
Mamen Moreu: Sí, pero solo estamos nostras
dos. De hecho, tampoco hay ninguna autora nominada al premio de mejor obra de
autor español y Emma Ríos podría
haber estado perfectamente. De todos modos, este año lo tenemos difícil porque Inercia, de Antonio Hitos, es acojonante.
Roser: Yo llevo
años entrevistando a autores y hoy es la primera vez que lo hago a las chicas.
Además, algunas de vosotras habéis participado en la adaptación al cómic de Todas putas de Hernán Migoya. Un
libro que trajo cola en su momento y tú, Carla,
fuiste la coordinadora.
Carla Berrocal: Hernán tenía la intención de hacer una adaptación de sus
cuentos al cómic y, antes de irse al Perú, se reunió conmigo en Madrid para
decirme que le haría mucha ilusión que me encargara de coordinar su proyecto y
que quería que fuera llevado a cabo solo por autoras para responder, de este
modo, a toda esa gente que lo acusó. Así que me puse manos a la obra y escogí a
todas las que pude. Hernán quería que fuera una cosa muy ecléctica e hicimos
una selección de autoras con un estilo muy definido y reconocible como, por
ejemplo,Ana Galvañ o Patricia Breccia. Yo estoy muy contenta
con el resultado porque creo que quedó un libro bastante bonito.
Natacha Bustos: Hernán había recibido tantas críticas que luego, con el
cómic, quiso exorcizar el tema. Quizá fue un libro avanzado a su tiempo y por
eso no se entendió.
Roser: ¿Qué os llevó a aceptar la propuesta de Carla?
Natacha Bustos: Al principio yo era reacia a participar pero al
final me convenció y, cuando lo leí, me di cuenta que lo que él hace en
realidad es darle la vuelta al asunto. Es un poco como lo de Perdida,
la película de David Fincher, que
fue tachada de misógina.
Clara
Soriano: Que lo hiciéramos solo chicas era para
buscarle la puntilla.
Mireia Pérez: Hace un par de días participé en un encuentro en
una librería de Madrid para hablar de mi cómic La muchacha salvaje.
Entre los asistentes había un señor que me dijo muy amablemente que no le gustó nada el giro que hay en las escena de sexo hacia el final. La escena empieza con lo que debería ser una violación y acaba siendo otra cosa y le costó asimilarlo. Además, antes de leerlo se lo dio a su hijo de diez años. Me
encantó que me viniera a la charla solo para decírmelo y cuando se marchó me dio las gracias y me dijo que había aprendido mucho. Ya solo por eso valió la pena hacer el cómic.
Ana Oncina: En Croqueta y empanadilla utilizo un
humor súper blanco para todas las edades. Tanto lo leen niños como adultos y,
aunque me gustaría introducir escenas de sexo, no me atrevo porque parte de mi
público es infantil.
Mireia Pérez: Ni se darán cuenta de lo que significa porque aún
no lo entienden. Hace unos días en la librería, en la planta baja, donde tenemos una selección de cómics que
se venden muy bien - entre ellos está el tuyo, Ana. También el Hematocrítico
y Moderna de Pueblo. Todos, libros
que llegan a un gran público - añadí Los traviesos de Marion Fayolle. Es un libro pequeño lleno
de ilustraciones de escenas de sexo dibujadas de forma que los genitales son
sustituidos por objetos. Es decir, que en lugar de la vagina puede haber una
máquina de escribir o lo que sea. Pues una mujer que estaba allí con sus hijos,
lo vio y nos puso una hoja de reclamación porque se había sentido molesta por las
imágenes de desnudo. Se escandalizó muchísimo y su reacción afectó mucho más a sus hijos que el propio libro, que lo único que les había hecho era reír. Consiguió precisamente lo contrario de lo que pretendía.
Ana Oncina: Entiendo lo que me queréis decir pero también pienso
que, si meto escenas sexuales, igual mis lectores se lo toman mal.
Mireia Pérez: Tienes que hacer lo que te apetezca. ¿Quién no ha
leído a Moebius con 12 años o a Milo Manara? Yo iba a las
librerías de cómic con nueve y diez años y jamás se me ocurrió comprarme El Víbora que me echaba para atrás por las portadas de tías en pelotas. En cambio, ahora sé que me habría encantado el contenido. Por suerte estaba la colección de BrutComix, de La Cúpula, con muchas portadas sin tetas.
Absence: en esa época Hernán Migoya
era el redactor jefe de la revista y metía ese tipo de portadas porque así
vendía más.
Natacha Bustos: E iba destinada a un público masculino.
Mireia
Pérez: Pero…. ¿Por qué no? ¡Si mi cómic, La
muchacha salvaje, lo podría haber hecho un hombre perfectamente!
Natacha
Bustos: También hay cómics muy feministas
realizados por hombres.
Natacha
Bustos: Además, lo que hacemos nosotras aun es
muy minoritario. No somos súper ventas como Paco Roca. En cambio, el tipo de historias que él hace también las
puede hacer una mujer aunque en Los surcos del azar toque un tema
muy concreto masculino. Quizá si lo hubiera hecho una mujer lo habría enfocado
desde otro punto de vista, ya que en la guerra no solo sufrían los hombres.
Roser:
Carla, en
tu historia de Enjambre hablas de
las cosas que te molestan como mujer dibujante y citas como ejemplo ciertas
preguntas “machistas” de algunos periodistas.
Carla Berrocal: Yo no me corto un pelo y cuando me dicen cualquier chorrada respondo con
otra. Si me preguntan lo típico de que si creo que las mujeres pintamos
diferente les contesto que porqué no les preguntan eso mismo a los hombres.
Además, ese tipo de preguntas suelen hacerlas chicas periodistas y, cuando les
contesto esto, se quedan un poco cortadas. O bien le doy la vuelta y les
pregunto que si por ser mujeres ellas escriben diferente a los hombres.
Entonces es cuando se dan cuenta de que no es así.
Natacha Bustos: Sí claro. Yo acostumbro a trabajar con chicos y hay periodistas que me han preguntado cómo me siento al trabajar con hombres. Pues… ¿Cómo me voy a sentir? Igual que si fuera una mujer, claro. Es absurdo.
Natacha Bustos: Sí claro. Yo acostumbro a trabajar con chicos y hay periodistas que me han preguntado cómo me siento al trabajar con hombres. Pues… ¿Cómo me voy a sentir? Igual que si fuera una mujer, claro. Es absurdo.
Mamen Moreu: Una vez me preguntaron lo siguiente: ¿Por fin han conseguido las mujeres
reírse de sí mismas? Y mi respuesta fue que las mujeres siempre lo han hecho.
Bea Tormo: En un artículo
sobre ilustradoras me preguntaron cosas de este estilo, que si las dibujantes
tenemos una sensibilidad especial y tal. Además, quien me entrevistó ni tan
siquiera se había informado sobre mi trabajo actual. Me ponía como autora de El jueves y ya hace tiempo que no estoy allí. Así que lo primero que
tendría que haber hecho es documentarse.
Clara
Soriano: El tema de los tópicos femeninos va en
aumento si el que te entrevista no sabe de cómic. A veces, bloggers como tú
hacéis preguntas mucho más interesantes que ciertos periodistas que no tienen
ni idea y entonces es cuando empieza el interrogatorio sobre sentimientos y
cosas así. Como no conocen tu trabajo…
Bea Tormo: Yo he leído un montón de buenas entrevistas
a autores donde el periodista se interesa por la técnica, las horas de trabajo
echadas... Todo súper profesional.
Luego, el mismo periodista entrevista a una mujer y empiezan las preguntas
tontas.
Clara
Soriano: Pero fíjate si quien pregunta es de un
medio especializado o no. Ahí está la diferencia.
Sandra Uve: A la prensa hay que manejarla y tú tienes responder lo que quieras, te pregunten por lo que te pregunten. Por eso digo que hay que manejarla. La
prensa española es prensa española y es necia porque es española. Lo siento,
pero es así. Hay muy pocos periodistas en este país que hagan buenas
entrevistas sobre cómic. Uno es Alfred
Crespo, de Ruta 66 y hace unas
entrevistas de puta madre.
Carla Berrocal: Hay que dejarlos en evidencia. Tú misma lo sabes que, a veces, te viene un
periodista a entrevistarte y no tiene ni idea de lo que haces y ni tan siquiera
ha tenido la decencia de documentarse antes. Pero el rollo de cabrearse no
sirve para nada.
Roser:
María, en tu época supongo que no venía ningún
periodista a haceros entrevistas.
María
Dembillio: ¡Eso mismo estaba pensando! Que
nosotros no éramos nadie. Y mira que Carlos Prunés, por ejemplo, era muy bueno pero no interesaba a la prensa. Ni él ni
ninguno de nosotros.
Roser:
De hecho, se os consideraba simples empleados. No
teníais ni reconocidos los derechos de autor.
María
Dembillio: Y los hombres, aunque fueran solteros,
cobraban más que las mujeres. Mi marido, Julián, cuando aún no estábamos casados,
cobraba más que yo.
Roser: También deberían haber espabilados como Vázquez en Bruguera, que
dibujaba la primera página entera y el resto lo dejaba a medias. Así, con
suerte, si no se las revisaban, cobraba todo el sueldo.
María Dembillio: Eso no era solo cosa suya, en Selecciones Ilustradas también pasaba. Los dibujantes, cuando iban mal de dinero y querían cobrar tenían un truco. Hacer media página, echarle un bote de tinta por encima e ir a Toutain con el cuento de que se les había derramado la tinta. Y él, que era un buenazo, les pagaba como páginas hechas. Al final se dio cuenta y ya no volvió a picar. Era una época en que los dibujantes vivían al día. Cobraban y con ese dinero se iban de viaje a París, Londres o donde fuera. O se compraban un coche. La cuestión era reventarse la paga.
Roser:
En comparación con los sueldos que había en España
en los años 60 los dibujantes estabais bien pagados.
María Dembillio: Eso no era solo cosa suya, en Selecciones Ilustradas también pasaba. Los dibujantes, cuando iban mal de dinero y querían cobrar tenían un truco. Hacer media página, echarle un bote de tinta por encima e ir a Toutain con el cuento de que se les había derramado la tinta. Y él, que era un buenazo, les pagaba como páginas hechas. Al final se dio cuenta y ya no volvió a picar. Era una época en que los dibujantes vivían al día. Cobraban y con ese dinero se iban de viaje a París, Londres o donde fuera. O se compraban un coche. La cuestión era reventarse la paga.
Revista Can-Can, 1958 |
María
Dembillio: Yo no por ser mujer pero ellos sí que
cobraban bien.
Absence: ¿Alguna vez habéis tenido la sensación que os han invitado a
colaborar en un proyecto solo por ser mujeres y así cubrir el cupo y quedar
bien?
Bea Tormo: Sí, pasa mucho pero cuando ocurre la
respuesta es fácil. Solo hay que decir, no gracias, no me interesa. Y no quiero
participar por tal motivo.
Mamen Moreu: A mí no me ha pasado.
Natacha
Bustos: Pues yo diría que ocurre siempre.
Sandra Uve: Borja Crespo es la persona que me ha colocado en más mesas redondas y conferencias y sé que no lo ha hecho por cubrir un cupo de número de
tías. Pero sí que es verdad que muchas veces eso ocurre.
Mireia
Pérez: Yo dije que no a Todas Putas y a Enjambre porque, en su momento, me venía mal de fechas. Pero además no le encontraba demasiado sentido participar.
Natacha
Bustos: Enjambre está coordinado por Susanna Martín. Ella es una persona muy activista con la causa y debería considerar que era importante la
exclusividad femenina en el libro. Ese es su punto de vista.
Ana
Oncina: Esa iniciativa no salió de Norma Editorial sino de Susanna. Ella fue quien lo planteó a la
editorial.
Carla Berrocal: Coordinó Enjambre pensando
en una reivindicación de la autoría de mujeres. El libro tiene sus más y sus
menos con sus aciertos y sus fallos. De hecho, mi historia no es de las mejores
pero, en cambio, considero que la de Ana
Galvañ es muy buena. Además, no te voy a engañar… Yo voy a tirar hacia Todas
putas, que es mi hijo, claro. Quizá Enjambre es demasiado
ecléctico y tiene muchas cosas distintas pero se ha vendido muy bien. En cambio, Todas
putas pasó más
desapercibido.
Bea Tormo: Yo no participé ni en Enjambre ni en Todas putas y, aunque Enjambre tiene historias muy buenas, no encuentro mucho el sentido a ese trabajo. Lo de Todas
putas es distinto.
Sandra Uve: Yo tampoco participé en ninguna de las dos. No me lo propusieron. He estado unos años totalmente out, desaparecida de las redes sociales
e Internet, sin televisión y sin hacer las reseñas de cómic del Ruta
66. Es decir, sin enterarme
de nada de lo que se publicaba y, de golpe, empecé a recibir mensajes
diciéndome “se ha publicado un cómic que
es la representación de todas las dibujantes que hay en España y tú no apareces
en él”. Ese cómic era Enjambre pero, en realidad, ni están todas ni es una
representación de nada pero al verlo me encendí y creo que escribí a Carla Berrocal para preguntarle quien
había coordinado el libro y me dijo que fue Susanna. Al final todo quedó en un malentendido y una tontería. De
hecho, había tantas chicas dibujantes que tuvo que escoger.
Clara
Soriano: Ni yo participé en Enjambre. En parte, porque
el primer contacto desde la editorial fue un poco torpe ya que no supieron
explicar bien el proyecto. Luego hubo gente a la que se lo contaron mejor y las
convencieron pero, aun así, yo seguía sin verlo claro.
Sandra Uve: Luego, cuando vi el libro publicado, casi me alegré de no haber
participado porque el resultado no me acabó de convencer y eso que hay autoras
magníficas que en solitario funcionan maravillosamente y, en cambio, en un
libro conjunto quedan más diluidas.
Mamen Moreu: Ese cómic sirvió para demostrar
que no son ciertas algunas cosas que se dicen por ahí de nosotras, como que
todas dibujamos igual, que tenemos un estilo más naïf o que trabajamos menos. En realidad, sabemos trabajar en
equipo, cada una de nosotras es diferente y cada cual tiene su estilo
particular.
Bea Tormo: Al final, si acabamos haciendo cómics
antológicos de mujeres para que se nos vea, solo nos llamarán para cosas así y
nos habremos metido en la boca del lobo nosotras mismas.
Roser: Igual fue como respuesta a Panorama de Santiago García, en
que solo participan un par de chicas y un montón de chicos.
Mamen Moreu: No sé hasta qué punto pudo serlo pero a mí, que casi no hubiera autoras, me
tocó las pelotas.
Sandra Uve: En Rubor participan solo cuatro chicas, mientras que el resto todo son chicos. De hecho, Jordi Pastor, que fue el coordinador, podría haber metido a más mujeres pero la selección le salió así y quedó homogénea y bien.
Clara
Soriano: Ese es el cupo, ¿no? El cupo es lo que
utilizan los hombres para demostrar que su grupo no es machista. Es decir, que
si en el grupo metes una mujer ya has cumplido. Por eso, me gusta cuando hay
gente como Bea que no le mola cuando
el grupo es solo de autoras porque es como más sincero. En cambio, a los grupos
de autores que meten solo una o dos mujeres les sirve de justificación para decir
que “no somos machistas porque en el
grupo hay mujeres”. Pero eso en realidad es hipocresía.
Roser: Es que no hay que poner a más
chicas solo para cumplir el cupo sino que lo importante es que el libro sea
coherente y homogéneo, como dice Sandra.
Mireia
Pérez: En su día, Carla Berrocal y yo abrimos un hilo que iba en esa dirección y que
se llamaba Tebeo colectivo con la intención de coordinar una antología de mujeres. Lo que ocurre es que luego nos dimos cuenta que
cada una hace un tipo de cómic distinto y que juntarnos en una misma antología era
absurdo. Es lo mismo que pasa cuando invitas a una mesa redonda a autoras de
distintos géneros. Ya me dirás tú de qué van a hablar una autora de
superhéroes, una de cómic de terror y una de independiente si no tienen nada en
común… ¿De cuándo les baja la regla a cada una? Lo bueno de este hilo de correo es que de ahí surgió Caniculadas.
Natacha Bustos: Susanna, como activista, quiere dar visibilidad a las autoras y considera que esa es la forma. Para ella es muy importante y hay que entenderlo y respetarlo.
Ana
Oncina: La época en la que vivimos, que es de
discriminación positiva, tampoco tiene sentido. Yo espero que dejen de salir
antologías de mujeres a favor de otro tipo de libros que recuperan obras hechas
por mujeres. Y que se publiquen cómics con antologías de autores gays, por
ejemplo y que abarquen todo un siglo.
Absence: Enjambre es un
cómic con el que os he podido comprender por una historia que hay que me ha
ofendido como hombre. Va de una mujer con mucho trabajo y que su marido es un
inútil. Yo, que tengo hijos y comparto las tareas domésticas con Roser, me
sentí molesto porque el personaje del marido es un inútil con voluntad. Es
decir, porque quiere. Yo, habrá cosas que haré mejor o peor que mi mujer pero
entre los dos nos apañamos. Así que lo que me molestó es que lo pinten como un
inútil por voluntad propia. De hecho, desconozco si la intención de las autoras
era hacer algo sutilmente ofensivo para el sector masculino o es que les salió
así pero me decanto más por esta última opción.
Ana
Oncina: Hasta ahora hemos vivido solo un lado de
la historia pero también hay que ver la otra parte.
Absence: Se ha hablado mucho de la tipificación de la mujer pero conozco
muchos casos de hombres humillados, no maltratados, un tema que aún es más tabú
que el otro.
Mireia
Pérez: Eso me hace pensar en Escombros, de Dave Cooper editado por La Cúpula en los 90. El protagonista era un piltrafilla que descubría que había una raza alienígena que iba
dando poder a las mujeres para se hicieran fuertes en la sociedad y dejaran de
necesitar a los hombres. Al final, acababan todos encarcelados y las mujeres
sacándoles el semen. Lo leí a los quince años y me pareció una de las obras más
subversivas y radicales que se han llegado a hacer porque va más allá del
feminismo.
Absence:
¿Y qué pensáis de la figura del calzonazos?
Mireia
Pérez: O sea, el hombre blandengue que decía El Fary. Yo creo que lo del calzonazos
va por otro lado, va por lo hipster,
la moda y los cocineros gourmets.
Absence:
Yo me refiero al de los años sesenta.
Mireia
Pérez: El calzonazos del que hablas, Dani, está dejando de existir porque
ahora el hombre se está apropiando de terrenos que hasta ahora eran femeninos.
Ya te digo… La moda, la cocina, llevar a los niños al colegio…
Roser:
A mí me contaron que Jodorowsky se tiraba a la mujer de Moebius, en su propia casa, mientras Moebius dibujaba en el salón.
Es decir, que era un calzonazos.
Mireia
Pérez: Moebius era mi ídolo hasta hace cosa de
una semana que leí una entrevista que le hicieron en 1996 y se me cayó el mito. Antes ha dicho Natacha que qué se podía esperar de un autor de cómic en el año 1996... Pues yo de un genio esperaría mucho más. Por lo menos que respetara a las mujeres como su igual y no fuera por ahí diciendo que nuestra genética hace que dibujemos menos. ¡Vaya pieza!
Roser:
Algunos de vuestros cómics tienen una parte
autobiográfica importante. Por ejemplo Ana,
en “Croqueta
y empanadilla” hablas de la
vida de pareja y los protagonistas sois tú y tu chico, aunque ambos con
apariencia no humana.
Ana
Oncina: Hablo de la cotidianidad y de tonterías
que me pasan. De hecho, hablar de mi vida no me cuesta porque no hay que
inventar mucho. En cambio, desarrollar un planteamiento como lo que hace
Natacha me parece todo un trabajo. Por tanto, de momento, estoy cómoda con mis
historias autobiográficas.
María
Dembillio: Al menos vosotras inventáis. Nosotros
no inventábamos nada.
Bea Tormo: Yo a veces hago historias autobiográficas
y las cuelgo en internet pero hacerlo en papel me da un poco de apuro. Ya sé
que la red es gratis y lo lee todo el mundo pero el paso al papel no me apetece
mucho.
Clara Soriano: Hace tiempo empecé un tumblr que actualizo muy poco y que se llama Las cosas claras. Allí me dibujaba a mí misma pero, al final, me acabó dando vergüenza. Ahora estoy enfrascada con una historia de fantasía que no tiene nada que ver y tengo guardadas en el cajón un par de historias muy autobiográficas. Me gustaría publicarlas aunque no sé cómo hacerlo sin contar cosas que no quiero que se sepan. Tendré que ficcionarlo porque no me atrevo a sacarlo tal como pasó. Hay que ser muy valiente para hacerlo.
Roser: Pues para historia autobiográfica real la de Los juncos de Sandra Uve, donde cuentas tus relaciones amorosas. Además, ahí
descubrí que Rubén Lardín y tú
fuisteis pareja, cosa que desconocía y me hizo mucha gracia.
Clara
Soriano: Joder ¡Rubén! (risas). Eso es ya ser muy sincero. Pero para hacer un
cómic autobiográfico debe ser así o totalmente ficcionado. Dejarlo entre medio
no mola.
Sandra Uve: ¿Y por qué os hace tanta gracia lo de Rubén?
Roser: Yo porque le conozco y porque descubrir eso leyéndolo en un cómic tiene su
gracia ¿No? Es como si un día, de visita en tu casa, te hubiera pillado el
diario y me lo hubiera leído a escondidas tal como dice Santiago Segura en el
prólogo.
Sandra Uve: Pues el original de Los juncos estaba en un diario.
Así es como lo que vieron en Astiberri
y hasta se plantearon hacer una edición en rústica, con su candado y todo pero
encarecía demasiado los costes. Este cómic es muy importante para mí y me han
escrito muchas personas diciéndome lo identificadas que se han sentido con la
historia. Como a todos alguna vez nos ha dejado la pareja o nosotros a ella, es
un sentimiento por el que todo el mundo pasa alguna vez en la vida. Por otra
parte, el hecho de haber sido tan fiel a la realidad provocó grandes enfados y
durante mucho tiempo aunque luego se solucionó. Pero también dio pie a
anécdotas divertidas como que una de mis parejas que aparece en el cómic acabó
teniendo fans gracias al cómic. Él era DJ
en un local muy famoso de Barcelona y, mientras pinchaba música, las chicas se
le acercaban para preguntarle si era el que salía en Los juncos. Así que
pasó de estar muy enfadado conmigo a estar encantado porque le habían salido
fans (risas).
Bea Tormo: Mis historias autobiográficas son muy
exageradas y acaban siendo historias de cosas que han pasado pero contadas como
me gustaría que realmente hubieran sucedido.
Mamen Moreu: A mí me hubiera gustado ser bastante más explícita y atreverme a contar
cosas más bestias. De hecho, al principio me contenía pero al final de cómic ya
se ve que voy tomando confianza y me suelto más.
Roser: ¿Y tus padres qué dicen?
Mamen Moreu: Recuerdo que la primera vez que me dibujé en El jueves me pinté en
bolas metida en la bañera y pensé en qué dirían mis padres. Él, que es
agricultor y ha trabajado toda la vida en el campo, no entiende “Resaca”. Eso sí, vino a la presentación, me
apoya, me felicitó cuando me nominaron al premio y tal pero cuando vio el cómic
le dijo a mi madre: Pero… Esto que cuenta la niña que es ¿De putiferio?
Roser: Haces humor gamberro autobiográfico, que tanto puede hacer un hombre como una mujer. Un
ejemplo es Albert Monteys.
Mamen Moreu: Precisamente, mi forma de contar las cosas viene de Tato de Monteys, que me encantaba y siempre
pensaba que me gustaría crear un personaje femenino que fuera como él. Al final
es lo que hice con Marcela pero llevada a mi terreno. Así que, sin Tato, no
existiría Marcela.
Mireia
Pérez: Yo espero que en el futuro mi obra vaya
hacia ese terreno porque me interesa.
Absence:
Una cosa que me encanta de Croqueta y empanadilla es que aunque dibujes a la pareja como alimentos el resto de personajes son
todos humanos. Eso le da un contraste maravilloso.
Ana
Oncina: Hace unos días, durante una presentación
en Valencia, una mujer me preguntó si había hecho a posta lo de no dejar claro
quién era el chico y quien la chica, o si eran dos personas del mismo sexo. Eso
me dejó bastante alucinada porque yo creía que se veía claro quién era quién.
Absence: Yo no tengo dudas de quién eres tú y quien tu chico.
Ana
Oncina: Pues no fue la primera persona en
decírmelo. Una pareja gay me confesó que no distinguían si croqueta y
empanadilla eran dos chicos, dos chicas o chico y chica y que por eso se
sentían identificados. Aunque no era esa mi intención me gustó que me lo
dijeran.
Mireia
Pérez: Al final la cotidianidad es la máxima
inspiración y empezamos a trabajar a partir de ella. Pienso en Úrsula K. Leguin, una novelista que, en
los años 70 empezó a escribir ciencia ficción y es una mujer súper radical.
Tiene un libro que se titula La mano izquierda de la oscuridad que
va de unos alienígenas que no tienen sexo.
Absence:
En los años 50 Theodore Sturgeon escribió una novela titulada Venus + X sobre un astronauta que llega a un
planeta donde los alienígenas son hermafroditas y van cambiando de sexo
masculino a femenino. De hecho, tratar el género desde la ficción es muy chulo.
Mireia Pérez: Yo llevo tres años escribiendo y dibujando un cómic cuyos protagonistas son hermafroditas y me está costando cantidad. De entrada, ya es difícil escribir el guión sin usar el artículo masculino y el femenino. Luego, montar toda una sociedad es un follón.
Roser:
Una cosa que siempre me gusta preguntar a mis
entrevistados es si sois de los que dibuja con papel y lápiz o bien ya os
habéis pasado al ordenador.
Ana
Oncina: A mí me gusta plantearme la viñeta en el
papel, pero dar el paso a hacerlo todo en ordenador es bueno.
Mireia
Pérez: Yo ahora estoy en plena transición.
Natacha
Bustos: Yo también y supone un ahorro de tiempo
importante aunque, por otra parte, echo de menos el papel por eso he empezado a
experimentar con acuarelas. Lo hago por placer ya que con el dibujo digital
encuentro a faltar hacerlo a mano.
Mamen Moreu: Yo soy de las de lápiz y papel. Me gusta hacer el boceto a lápiz y luego
pasarlo a limpio. Además, por inseguridades mías, hasta que no acabé Resaca no conseguí entintar porque me temblaba
mucho el pulso. De hecho, todo el cómic está hecho a lápiz.
Absence:
¿Y cuando tengáis que hacer una exposición sobre
vuestra obra qué haréis si no tenéis originales?
Roser:
Eso te debe pasar a ti ahora, Clara, que tienes
la exposición de Colmado Sánchez en
el Salón del Cómic.
Clara
Soriano: Pues sí. Me estoy tomando la exposición con
mucho cariño y hasta he hecho originales a propósito para la ocasión. Así que
habrá obra digital combinada con originales realizados a posteriori, cosa que
se indicará convenientemente en la muestra.
Mamen
Moreu: Yo, si gano el premio a autor revelación, el año que viene sí que tendré
originales para exponer (risas).
Roser:
Supongo que, en el futuro, todo el que se dedique
al dibujo e ilustración lo hará digitalmente, por comodidad, ya que os facilita
mucho el trabajo.
María
Dembillio: A mí no me miréis que soy antigua.
Clara
Soriano: ¿Y en tú época como lo hacíais?
María
Dembillio: Era muy artesanal. Todo era dibujar,
borrar, pasar a tinta…Yo recuperé unos originales de mi marido y míos que estaban perdidos.
Roser: ¿Y cómo los has conseguido si en tu época las agencias se
quedaban los originales?
María
Dembillio: el jefe de Selecciones Ilustradas, Toutain,
murió hace años. Luego, también falleció Pepe
González, un dibujante de la agencia que, tras la muerte de Toutain, había conseguido recuperar
muchos de los dibujos que todos nosotros habíamos hecho en la agencia. La
cuestión es que, cuando la familia de Pepe vació el piso, se deshizo de todos
esos originales y los dejó en la calle. ¡Suerte que los encontró un chico del
barrio, se los llevó a su casa y nos fue llamando a todos, uno a uno para
devolvérnoslos! Yo a él no lo conocía. Cuando llamó a casa respondí al teléfono
y me preguntó si era la mujer de Julián.
Dije que sí y entonces me contó que tenía dibujos originales suyos y que nos
los quería dar. Al final un día vino a casa, nos los dio y nos pidió las
direcciones y los teléfonos de los otros dibujantes que él no conocía para
devolverles sus originales.
Roser: Pues fue una suerte que quien encontrara los dibujos fuera
alguien que le gustaba el cómic porque podría haber sido cualquier otro y el
destino hubiera sido muy diferente.
María
Dembillio: Sí, era un entendido porque, cuando
vino a casa, vio dibujos que teníamos de Estados Unidos y nos decía… ¿Tienes
esto? Pero si es muy bueno…
Natacha
Bustos: Yo, si tengo que exponer, hago los
originales después, cuando me llega el encargo, como con las comissions.
Absence:¿Todas hacéis obras por encargos de particulares, es decir, comissions?
Ana
Oncina: Yo no.
Mireia
Pérez: Ni yo.
Mamen
Moreu: Yo tampoco pero si algún día me llega un encargo de esos lo haré encantada porque
necesito ingresos.
Absence:
Natacha, ¿Qué tipo de dibujo te piden en esos
encargos?
Natacha
Bustos: Normalmente superhéroes, como la Zatanna, que cuando me la pidieron no tenía ni
idea de quién era y tuve que investigar. Ahora ya sé que es una especie de maga
que lleva chistera.
Zatanna (Adam Hughes) |
Roser: Cuando voy a ver una exposición de dibujantes lo que me gusta es ver los originales y los bocetos previos a la obra final. No una impresión digital que, para mí, no tiene ningún valor artístico. Por eso le doy tanto valor a quien todavía dibuja con papel y lápiz.
Natacha
Bustos: Yo fui a ver una exposición en el Salón del Manga y salí indignadísima
porque todo eran impresiones digitales y no me gustó nada.
Roser: María, en Selecciones
Ilustradas trabajabais para el mercado Europeo, ¿verdad?
María
Dembillio: Sí, especialmente para Francia,
Italia, el Reino Unido y también Alemania. La forma de funcionar en la agencia
era la siguiente: primero nos daban todo el guión, que venía del Reino Unido.
Aquí lo traducían y nosotros hacíamos los dibujos. Yo misma tuve que traducir
algunas cosas del francés y recuerdo haberlo hecho con el diccionario en la
mano. Pero fue cuando estábamos en Ediciones
Toray. Luego terminamos en Bruguera
trabajando para Holanda y el Reino Unido. Incluso hubo una época en que hasta
hicimos cómic erótico para Italia. Entonces, mi hija Cristina era pequeña y,
cuando entraba en el estudio, escondíamos los dibujos.
Roser: Hacíais cómics eróticos para Italia mientras en España estábamos
en pleno franquismo.
María
Dembillio: Pues sí, pero en esa época ya no
estábamos en Selecciones Ilustradas.
Mi marido solía trabajar por la noche y yo, cuando me levantaba por la mañana,
ya tenía la página hecha. Solo le faltaban los fondos, que de eso me encargaba
yo además de hacer los vestidos, ya que él no tenía ni idea de la moda. Cuando
hacíamos cómics de terror Julián
siempre decía que se pasaba la noche con esqueletos.
Clara
Soriano: ¿Era habitual que casi todos los
dibujantes españoles acabaran trabajando para Europa?
María
Dembillio: Sí, muy normal. Es que pagaban mucho
más que en España.
Clara
Soriano: Ahora continúa igual.
María
Dembillio: Y el que trabajaba para Estados Unidos
se forraba. Nosotros, una vez fuimos a Bruselas, a la editorial de Tintín y conseguimos que nos dieran
trabajo pero estaba tan bien pagado que, al final, nos asustamos y les dijimos
que no.
Clara
Soriano: Os dio pánico escénico, vaya…
María
Dembillio: La cosa era que si aquí te pagaban 10
pues allí eran 30. Siempre me he arrepentido de esa decisión. Fuimos dos
parejas y al final nos dio miedo. En cambio, en Italia, aunque pagaban mejor
que en España, era mucho menos que en Bélgica.
Roser: Siempre hay que decir que sí a todo. Luego ya sabrás como salirte
del entuerto y lo más seguro es que lo hagas bien.
Clara
Soriano: Antes debería ser muy complicado ponerse
en contacto con editoriales extranjeras.
Roser: Vosotras ahora lo tenéis mucho más fácil con Internet. Las redes
sociales os deben ser de gran ayuda.
Clara
Soriano: Sí, dan mucha publicidad. Hay un trabajo
de marketing interno que los dibujantes de antes no podían hacer. Hoy en día,
si dibujas, también tienes que ser un buen publicista de tu propio trabajo.
Roser:
Todos tenéis blog, web, facebook y twitter como
mínimo y os publicitáis a partir de aquí. En cambio, en los años 60, tener
agente era casi obligado.
María
Dembillio: Sin agente no hacíamos nada.
Roser:
Ahora la mayoría creo que os lo hacéis todo
vosotros mismos ¿no?
Clara
Soriano: Los que trabajamos para el mercado
español, desde luego.
Roser.-
Internet facilita mucho las cosas en este
sentido. Hace muy fácil que personas con intereses comunes se encuentren. De
hecho, de ahí surgió vuestra idea de crear la web de Caniculadas, ¿no?
Mireia
Pérez: Sí, claro. Antes de empezar a moverme por
la red yo solo conocía a Laura Pacheco y un par de chicas más.
Absence:
¿Existe el típico tío baboso aficionado a los
cómics?
Mireia
Pérez: Sí que existe, pero también la mujer tarada aficionada a los cómics.
Roser:
Mireia, en tu faceta de librera debes ver muchas
tipologías distintas de lectores…
Mireia
Pérez: La librería en la que trabajo es muy generalista y
va todo tipo de gente. Especialmente, gente mayor que lee cómics. Eso me llama
mucho la atención. Suelen ser personas que ya han leído los básicos como Persépolis.
Muchos son arquitectos, diseñadores… Podríamos decir que el cliente de La Central de Madrid sería el
equivalente a la burguesía catalana pero en Madrid.
Absence:
¿Y el típico chaval tímido lector de cómics?
Mireia
Pérez: De estos aún los hay más y también chicas.
Natacha
Bustos: Gente de esa que me encarga comissions es así. Una vez, durante una sesión de firmas,
me vino una chica con una carpeta bajo el brazo y me dijo que era coleccionista
y quería un dibujo mío. Me pidió cuánto cobraba y que le pasara las tarifas.
Absence:
De niñas y adolescentes, ¿Qué tipo de cómics
solíais leer?
Ana
Oncina: Manga. Me gustaba “La familia crece”, una serie romanticona que, vista
ahora, me parecería horrible.
Natacha
Bustos: Yo también leía Manga.
Mireia
Pérez: Debo decir que la primera vez que estuve
en el Salón del Cómic fue haciendo cosplay.
Tenía quince años e iba disfrazada de un personaje de Masakazu Katsura. Mi abuela, que es modista, me hizo el traje de
colegiala de Is ¡Y era clavado! En
cambio, la segunda vez que vine ya fue nominada a mejor obra por La
muchacha salvaje.
Natacha
Bustos: Por el tipo de dibujo de Masakazu Katsura, las tías entraban a
tope en el manga.
Absence:
Una cosa que me llama la atención es que vosotras
os dedicáis al cómic porque leísteis manga, donde había historias de amor y, en
cambio, no conozco ningún caso de autora de cómic que decidiera ser dibujante
porque leía “Esther y su mundo”.
Carla Berrocal: Casi todas las autoras que nacimos cerca de los años 80 hemos consumido
Manga y empezamos a dibujar porque nos gustaba.
Natacha
Bustos: Nosotras empezamos leyendo manga a los
nueve o diez años pero luego nos quedamos atrapadas por la magia del cómic.
Absence: ¿Y el que hubiera tramas románticas influyó?
Natacha
Bustos: No mucho. Era más la estética de los
dibujos.
Mireia
Pérez: Eso de ver el dibujo de la chica y pensar…
¡Ay qué guapa! En cambio, luego en seguida me empezó a gustar Miguel Ángel Martín.
Clara
Soriano: A mí me gustaba el Anime pero antes leía Mortadelo y Filemón, Zipi
y Zape, Esther y su mundo, Astérix…
De hecho, todo lo que pillara y cosas muy distintas hasta que descubrí el Anime y empecé a copiar Manga. También
me gustaba copiar las Guapísimas de TBO.
Mireia
Pérez: Yo tuve mucha suerte porque en la librería
donde iba a comprar trabajaban unas chicas que me sacaban cosas en las que, por
mi sola, no me habría fijado. Al principio me interesaba el Manga pero ellas me
enseñaban lo que hacían en La Cúpula.
Así que, con quince años, ya leía cosas
muy bizarras.
Mamen Moreu: Pues yo sí que leía El Víbora porque mi tía trabajaba en una librería y allí es donde lo
conseguía. También me gustaban El Jueves y El pequeño País que
publicaba las historias de Leo verdura.
Y, en general, todo lo de Mauro Entrialgo e incluso cómic porno. En cambio, no entré en el Manga hasta
pasados los veinte y fue porque salía con un chico, que era profesor de la
Joso, y me enseñaba cómics chulos
japoneses.
Roser:
Otra cosa que me gusta saber y suelo preguntar es
cómo os sentís más cómodas ¿Dibujando y escribiendo vuestras propias historias
o trabajando con un guionista?
Ana
Oncina: Yo ahora estoy metida en un nuevo
proyecto con un guionista. Es una novela gráfica y, como aún me veo muy
inexperta en ese sentido, prefiero hacerlo así. Además, me parece una forma de
aprender y evolucionar.
Mireia
Pérez: Para mí el cómic es algo muy personal y
llevo muy mal lo de los encargos. Así que, más que dibujar las historias de
otros lo que me gusta es venderlas en la librería.
Bea Tormo: A mí me gusta hacerlo todo yo porque sé lo
que me cabe en una viñeta y lo que puedo abarcar.
Clara
Soriano: Yo también funciono mejor sola. Además,
mi trabajo alimenticio es la ilustración de libros de texto. Así que, como
menudo me toca tener que trabajar para otros, prefiero que mis cómics sean en solitario.
Mamen Moreu: Yo igual que las demás. También mejor sola.
Absence:
¿Alguna vez un guionista os ha hecho repetir los
dibujos porque no le gustaban?
Natacha
Bustos: A mí me ha ocurrido mucho y he acabado
hasta las narices. Por eso ahora he empezado a hacer una obra con guion y
dibujo propio.
Bea Tormo: Yo he tenido suerte en este sentido.
Roser: María, a ti eso no te podía pasar ¿no? Como el guionista lo
teníais en otro país…
María
Dembillio: Solo nos ocurrió una vez con un guion
de Holanda en que teníamos que dibujar una casa. Nosotros, hicimos la típica
casa de campo catalana y nos mandaron, desde Holanda, fotos de cómo eran las
casas allí para que las hiciéramos igual.
Roser: Deberíais tener un gran archivo fotográfico para documentaros.
María
Dembillio: Sí, había un armario lleno de fotos:
coches, grandes almacenes como Harrods,
etc. Hasta una vez tuvimos que dibujar El Pentágono y no teníamos ni idea de
cómo hacerlo.
Roser: Ahora con Internet es fácil pero antes…
María
Dembillio: Las revistas también eran una gran
fuente de información. Mi marido las ojeaba todas y lo que fuera interesante lo
recortaba y lo metía en el archivo. Guardábamos hasta fotos de besos de parejas
para ilustrar las historias románticas.
Roser: Por cierto Ana, ¡Eres toda una best seller! El otro día estuve en La Cúpula y me contaron que has
vendido 12.000 ejemplares de Croqueta y empanadilla.
Ana
Oncina: Si te lo han dicho ellos será así… No fue
intencionado pero llegar a tanta gente y, sobre todo, a un tipo de público que no
suele leer cómic… ¡Aún no me lo acabo de creer! Además es lo primero que
publico.
Natacha
Bustos: Lo bueno de Ana es que su estilo gusta a
todos los públicos.
Mireia
Pérez: Desde el año pasado que el mercado está
viviendo un auge de este tipo de cómic y con autores muy interesantes como tú o
Moderna de Pueblo, entre otras. Por
ahí hay un mercado.
Absence: Por eso se entiende el miedo que tienes a introducir escenas de
sexo más explícitas.
Ana
Oncina: Pero, aunque el público que me lee es
amplio, mis historias no van destinadas a niños y, cuando me lo dicen, me toca
un poco las narices.
Absence:
A mi hijo con seis años le encantaba David Rubín y aún le sigue gustando
aunque no sea para niños.
Roser:
Esto también ocurre con las series de animación
actuales. A nuestros hijos les encanta Historias corrientes y, en cambio,
no es en absoluto para niños. De hecho, el otro día estuvo en Barcelona Simon Hanselmann presentando “Bahía de san Búho”. Absence tuvo la suerte de poderlo
entrevistar y yo le encargué que le preguntara por si tenía alguna relación con
los creadores de la serie de televisión porque le veía muchas similitudes.
Absence:
Me respondió que sí, que son amigos suyos y que
se copian las ideas. Y todo esto me lleva a pensar que Croqueta y empanadilla o La muchacha salvaje podrían ser series de televisión.
Mireia
Pérez: Y Aventuras espaciales ilustradas de Natacha Bustos también podría. En
cuanto los de la Cartoon Network se den cuenta de lo que hay… De hecho, la
diferencia no es tanta. Es una industria distinta pero paralela.
Ante todo muchas gracias por el artículo. La entrevista es profunda y maravillosa llena de detalles y se puede coger por donde se coja que estas artistazas se las saben todas. ¡Sois geniales chicas!
ResponderEliminarEso sí, también te digo que te has pasado 18 pueblos con la longitud y que ha costado llevarlo al final xDDD Muy bueno y con mucha profundidad, pero me ha costado acabarlo.
He echado de menos que se hable un poquito, aunque sólo fuera un poquito de la participación masculina en la asociación, que también sé de primera mano que existe, pero entiendo que la asociación tampoco era el tema en sí.
Por mi parte les deseo la mejor de las suertes a cada una de ellas, tanto como individuos, como artistas y como mujeres dentro de un mundo tan falocrático como es el del cómic (sólo hay que ver quienes han hecho ponencias en años anteriores para tenerlo claro). Hacen falta más comics de mujeres, más iniciativas en las que no se distinga si es autor o autora y mucho más apoyo editorial a la creación y el negocio del cómic en general. No recuerdo quién de ellas era, pero hablaban de lo mal pagado que está y del poco negocio que hay. Yo creo que esto está cambiando en parte con las autoras, que en gran medida han empezado a hacer comics fuera de las líneas que había hasta ahora y están mostrando mucho mucho nivel.
¡Suerte a todas ellas!
Me alegra que te haya gustado. Yo disfruté mucho hablando con ellas y sí que es cierto que podríamos haber profundizado un poco más en la participación masculina en la Asociación. De hecho, en algún momento de la entrevista se comenta que también hay hombres. Y en cuanto a lo de la longitud, ¡tienes toda la razón! Lo que ocurre es que esta ya es la cuarta entrevista que hago con este formato y siempre gustan mucho. Me preocupaba la longitud la primera vez que hice una entrevista de estas (sobre los carteles del Salón del Cómic) pero como ví que la gente de sol leía de cabo a rabo, en las siguientes ya no me preocupé.
ResponderEliminarSé que no es una entrevista para leerla de un tirón pero me alegra mucho que te haya gustado.
Fruto de la colaboración artística entre Rubén Lardín y Sandra Uve, surgió el fanzine Annabel Lee, ganador del premio al mejor fanzine en el Salón del Cómic de Barcelona de 1996:
ResponderEliminarhttp://www.tebeosfera.com/obras/publicaciones/annabel_lee_lardin___uve_1991.html
En fin, qué poca memoria tiene el el mundo del cómic.
Fanzine que aparece muchas veces en "Los juncos" de Sandra.
ResponderEliminar"Ya me dirás tú de qué van a hablar una autora de superhéroes, una de cómic de terror y una de independiente si no tienen nada en común… ¿De cuándo les baja la regla a cada una?" Lo siento pero me parece que esta frase por sí sola desacredita a quien la ha pronunciado y se carga la seriedad de la entrevista y su tono pretendidamente feminista. Mujeres y regla, claro, aquí está el topicazo de nuevo. Como si las mujeres no tuvieran preocupaciones y debates más importantes que tratar. Es tan humillante como absurdo.
ResponderEliminarYo no creo que la desacredite. No es nada más que una forma de explicar que 3 mujeres de la misma profesión igual no tienen nada en común excepto que les viene la regla cada mes, como nos pasa a todas.
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ResponderEliminarQue curioso... ya sentía una cierta admiración por la afinición pulp de tu marido, y ahora que me meto en algunos temas sobre la Barcelona antigua descubro tu blog, y me quedo muy gratamente sorprendido por la calidad de los posts que aquí has puesto.
Vaya, vaya... con perdón, pero me temo que con vosotros como padres vuestros hijos ya se habrán convertido en unos monstruitos culturales ;) La leche!!
Un saludo
Vigo
¡Qué bien! Me alegra mucho que te guste el blog porque aquí es donde escribo sobre todo lo que me apasiona, que no es poco. Pero lo de que nuestros hijos sean unos monstruitos culturales aún está por ver, jeje. Cada uno tiene sus preferencias y, a veces, en casa del herrero...
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