Hace un par de años la casualidad hizo
que una corta estancia en Madrid me permitiera ver
“Panóptica”, de
Max, en la
sede del
Instituto Cervantes. Una única visión retrospectiva sobre su trabajo,
con más de 200 obras, desde que empezó vendiendo fanzines por las calles de la
Barcelona
underground de los 70 hasta
sus trabajos más recientes en el campo de la ilustración. Entonces, a
principios de 2012,
Max aún no había publicado
“Vapor”,
“Paseo astral”
ni
“Conversación de sombras”,
su cómic más reciente sobre
la última noche antes de la erupción del Vesubio que se llevó Pompeya por
delante y, también, la biblioteca de Herculano. Obras que ahora sí que aparecen
en
Oh! Panòptica ficció. Una nueva
versión de la muestra que vi en Madrid, que acaba de ser inaugurada en el
Arts Santa Mònica y que me ha gustado tanto, o más, que la primera vez que la vi.
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"Paseo astral", 2012 |
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"Vapor", 2012 |
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"Conversación de sombras en la villa de los papiros", 2013 |
En esta nueva
Panóptica hay de todo: cómic, ilustración, cuentos infantiles... Pero
sobre todo predomina su trabajo más reciente, por voluntad expresa de Max.
Desde sus inicios con Nazario y Mariscal en el
“Rrollo emmascarado” (publicación creada en el piso que compartían
en la calle Comerç), hasta sus trabajos más recientes pasando por
"Bardín el superrealista", cuyos dibujos
llamaron poderosamente la atención de mi hijo de nueve años.
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"Bardín el superrealista", 2006 |
“El
sueño” fue una de sus primeras historias publicadas
en el “Rrollo” y, sobre ella, en una
entrevista reproducida por Onliyú en
“Memorias del underground barcelonés” Max
decía que “si la vierais no la
reconoceríais como mía…” para continuar explicando que “cuando salió la revista la vendíamos nosotros mismos por las Ramblas
clandestinamente (Franco aún estaba vivo). Nos acercábamos a la gente que tenía
pinta de enrollada - ¡entonces era muy fácil de distinguir, todos eran
melenudos! – y les ofrecíamos la revista, creo que por cincuenta pelas de las
de entonces. Así vendimos los mil ejemplares. Pero alguien nos denunció y nos
cayó un juicio”.
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"El sueño" (El Rrollo enmascarado, 1973) |
En cuanto a su trabajo como ilustrador, fue una alegría para mí toparme con el cartel del correfoc de la Mercè de 1984 (al que tengo un amor especial)
y con las numerosas colaboraciones realizadas con Pascal Comelade, Los
Planetas, Radio Futura, Juan Perro y Kiko Veneno...
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"Una ópera egipcia" (Los Planetas, 2010) |
Mi hijo Marc, por su parte, se quedó
fascinado con
“El llum”, la
adaptación de un cuento popular mallorquín para el programa
Una mà de contes de
TVC protagonizado
por una madre, su hijo y una casa con fantasma.
Observando el conjunto de la exposición,
se nota que a Max le va la mitología y que sabe mucho del tema. Entre sus
libros publicados, expuestos en una vitrina, estaba “Órficas”, una historia acerca del mito de Orfeo y Eurídice que, en
su día, le encargó la Diputación de Sevilla, que ahora es imposible de
encontrar y está muy buscado por los coleccionistas. Desgraciadamente, yo no lo
tengo. ¡Ya me gustaría hacerme con un ejemplar!
Y así como Panóptica propone una
visión del cómic a través de la obra de Max, Cuadróptica son cuatro visiones del cómic actual según los autores Sandra Uve, Néstor F., Sergi Puyol y Gabriel Corbera, escogidos por el propio Max para formar parte
de una exposición complementaria a la suya.
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"Hora zulú" (Sandra Uve, 2012) |
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"UFO" (Néstor F., 2013)
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"Francisco" (Sergi Puyol, 2013) |
Viendo
Cuadróptica me fijé en
que, de los cuatro autores allí presentes,
Gabriel Corbera era el único que no tenía obra original expuesta. Tan solo impresión
digital. Así se lo hice saber e iniciamos, junto a
Artur Laperla, una interesante conversación acerca de la
pertinencia de colgar, o no, obra original en una exposición. Mientras ellos
(que siguen dibujando al modo tradicional con lápiz y papel) defendían la
opción formato digital, yo me decantaba por el clásico de siempre. Ellos alegaban que su obra es el cómic acabado
y preparado para salir al mercado. Yo, por mi parte, prefiero ver en una
exposición aquello que ha originado el cómic que está a la venta. Una cosa es
ver el nacimiento y otra, muy distinta, el producto final que disfrutamos despanzurrados
en el sofá de casa.
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"Blood-Stained Dress" (Gabriel Corbera, 2013) |
Esta es una discusión en la que podríamos
haber estado horas y horas enzarzados si mi hijo no hubiera aparecido llorando
porque, en un despiste de ambos, nos perdimos de vista y yo, sumida en la
conversación con Artur y Gabriel, olvidé que el niño tardaba en volver de su
recorrido por la obra de Max.
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"Pesadilla de una noche de verano" (Max, 1997) |
Muchísimas gracias por el post.
ResponderEliminarOjo con los niños en la exposición porque hay huecos en el suelo (reales no imaginarios) que dan al claustro de abajo... así que el tortazo puede ser monumental. lo digo porque yo con mi hija tuve un casisusto.
Estoy de acuerdo con la postura de colgar el original en exposición y consumir el resultado final. Son dos visiones muy diferentes.
Un saludo
S
Me gustó mucho la exposición. Tanto lo de Max como vuestra parte. De ahí el post.
ResponderEliminarPor otra parte, gracias por el aviso sobre los huecos en el Santa Mònica. Lo tendré en cuenta la próxima vez que vaya, especialmente con mi hija, que es más pequeña. A Marc no creo que le pasara nada porque abulta casi tanto como yo y supongo que no pasaría por el agujero. Y me alegra que estés de acuerdo conmigo sobre el colgar (o no) obra original en exposición.