En un día como hoy supongo que lo
correcto sería hablar de los actos de la Mercè de este año y de su cartel. Del
cartel hablaré más tarde, ya que el cartelismo publicitario es una de mis
debilidades y no quiero dejar pasar la ocasión de comentar el gigante volador de
Joan Fontcuberta pero primero mi
atención se centra en esto que les acabo
de mostrar.
Se trata de un librillo con el programa
de las fiestas de 1985 que el ayuntamiento socialista encargó a unos cuantos artistas del underground barcelonés que yo admiro
profundamente. Lo encontré por casa el otro día mientras hacía limpieza y no me
pude resistir a echarle una ojeada y guardármelo para hoy.
La portada de Damià Carulla muestra una legión de jóvenes barceloneses
disfrutando de un concierto en la Recta
de l’Estadi. En un primer plano y, de cara al espectador, hay una pareja
con un aspecto muy de los años 80 y, junto a ellos, Felipe Borrallo botella en mano. Era la Barcelona preolímpica y aún
faltaba un año para que fuera designada sede de los Juegos Olímpicos de 1992.
La movida madrileña estaba en su
plenitud y, en Barcelona, los artífices del underground eran
la meca de la modernidad y recibían multitud de encargos.
En las páginas interiores de ese programa
de la Mercè hay un puñado de historias sobre gegants, dracs, la mostra de vins y conciertos en un Montjuïc muy
distinto al que conocemos hoy en día. Ahí están algunos de los autores de publicaciones
míticas como El Víbora y Cairo: Max, Gallardo, Martí, Mariscal,
Pere Joan, Montesol... Por supuesto que, cuando esto cayó en mis manos,
corrí a contárselo a Miguel Gallardo
y Javier Montesol.
Historia de Martí incluida en el programa |
A Javier le confiaron una página relativa a la Mostra de cuina i vins de la Rambla de Catalunya y, según sus palabras "este tipo de encargos eran de muy agradecer pues éramos, como ahora, paupérrimos y este tipo de cosas siempre daban una alegría. Lo que rompió la baraja fue el encargo a Mariscal de la mascota y el diluvio de prebendas que vino después, pues dejó al resto del personal a la altura del betún. Cosas de la vida."
Mostra de vins y conciertos en Montjuïc a
parte, me ha llamado la atención que las corridas de toros en la Monumental
formasen parte de los festejos de la Mercè, cosa que confirma la tradición
torera que había en Barcelona y de la que ya he hablado en otras
ocasiones. En cambio, ahora es imposible
ver toros en nuestra ciudad.
Si damos un salto en el tiempo y nos plantamos
en las fiestas de este año, lo primero que me viene a la cabeza es la imagen de
un gegant que sale despedido de
Barcelona cuál hombre bala. ¿Y eso qué significa? ¿Que se marcha de Barcelona? Espero
que no.
El ayuntamiento, en su línea de contratar
a artistas reconocidos para la realización del cartel, este año se lo ha pedido
a Joan Fontcuberta. Célebre
fotógrafo que, recientemente, ha ganado
un merecido premio Hasselblad. Pero que sea excelente en su campo no
significa que sepa hacer un buen cartel. De esto hablé largo y tendido hace un
tiempo con un puñado de dibujantes e ilustradores que, en algún momento de su
vida, han realizado carteles para el Salón del Cómic de Barcelona. Uno de
ellos, Max concretamente, tiene este
precioso cartel del correfoc de la Mercè de 1986 mientras Gallardo, en 1989, anunciaba el Ball
de gegants.
Hacer un buen cartel para un evento de este tipo, y contentar a todos, no es tarea fácil. De hecho, hasta los hay que han generado algún que otro escándalo como le ocurrió a Nazario en 1999.
Hacer un buen cartel para un evento de este tipo, y contentar a todos, no es tarea fácil. De hecho, hasta los hay que han generado algún que otro escándalo como le ocurrió a Nazario en 1999.
Con Nazario
ocurrió lo siguiente. El ayuntamiento le pidió que, para el cartel de ese
año, remarcase el valor de la integración de etnias y culturas y diera una
imagen de ciudad multiculti, en la
que todo tipo de razas se sintieran a gusto. Nazario se fijó en que entre los gegants siempre hay alguno moro y lo
metió en el cartel, acompañado de una caligrafía inspirada en la lengua árabe.Eso
no gustó nada al arzobispo de Barcelona, Ricard María Carles que, durante el
sermón de la misa de la Mercè, se quejó
que el cartel hubiera omitido los orígenes cristianos de la fiesta.
Tal como dice Gallardo, hubo un tiempo en que los del Víbora y compañía arrasaban
con todo. Él mismo ha hecho de todo. Es tanta su producción que parece que tengo
tema para hacer una antología “Todo Gallardo” de gráfica de Barcelona. Cualquier día será. De momento, aquí dejo una pequeña muestra de sus ilustraciones sobre Barcelona.
Me ha encantado esta entrada de tu blog...la verdad es que eran otros tiempos...ahora seria imposible con la corrección política. Las olimpiadas barrieron cualquier atisbo de indenpendia cultural, nos volvieron modernos y fashion y se acabó todo...
ResponderEliminar¡Gracias David!
ResponderEliminarSiempre se agradece recibir nuevos lectores por el blog. Y sí, los años 80 eran otros tiempos muy distintos a lo que vivimos ahora. Por eso me gusta rememorarlos cada vez que encuentro algo de esa época.
tengo algo similar para un día de estos, representa mucho para mi el pasar por delante de la tienda.
ResponderEliminarhay ciertas cosas que evocan
Salut
Me imagino de qué tienda estás hablando y Miguel Gallardo y Felipe Borrallo tienen mucho que ver.¿Es así?
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