martes, 29 de abril de 2014

Leones y otras fieras en el Palacio Real Menor

Elefante "Baby" de Lluís Martí Codolar, en el jardín de "La Granja Vella"
su residencia de la Vall d'Hebron
Este post es el resultado de algo que me ocurre a veces y es que, investigando para un tema bien distinto, encuentro cosas sorprendentes, como la que ahora me ocupa. Esto viene a cuento de haber leído una frase, corta y escueta, de Xavier Theros en su libro A cau d’orella donde comenta que, en lo que fue el Palacio Real Menor, hubo la primera colección de animales exóticos de Barcelona. Luego, mucho más tarde, llegaron otras como la colección de Lluís Martí Codolar con sus jirafas, avestruces y elefantes correteando por el jardín de su caserón de la Vall d’Hebron, que creció hasta los 163 ejemplares y tuvo que vender al ayuntamiento de Barcelona (en 1892), siendo el inicio del actual zoo de la ciudad. Sin olvidar el Museo Pedagógico de Ciencias Naturales, del taxidermista Lluís Soler y familia (de la Plaza Reial), por mucho que los animales allí expuestos ya hubieran pasado a otra vida.

El taxidermista Lluís Soler, en el parque de la Ciutadella,
con una cabra disecada
En cuanto al Palacio Real Menor, actualmente, poco o casi nada queda de él. Solo la capilla (en la calle Ataülf, 4) donde la reina solía ir a rezar. Dicho palacio, según Josep María Carandell, también era conocido como el de la Reina (por la razón que Pere el Cerimoniós lo adquirió como residencia para su esposa, Leonor de Sicília) y, también, con el nombre del Castillo Nuevo.

Iglesia de la Victoria, antiguamente capilla del Palacio Real Menor
El palacio, construido sobre una fortaleza romana que ocupaba el espacio de las actuales calles Ataülf y Comtessa de Sobradiel hasta llegar a Avinyó, inicialmente era la residencia templaria. Fue construida gracias a Jaume I como agradecimiento por haberlo ayudado en las conquistas de Mallorca y Valencia. Luego, tras la desaparición de los templarios, el edificio fue adquirido por Pere el Cerimoniós para transformarlo en el domicilio privado de su mujer. Exactamente, según palabras de Víctor Balaguer en “Las calles de Barcelona”, el inmueble fue adquirido por el rey “a ruego de su madre política y brindado de su amenidad, con ánimo de habilitarlo para residencia de verano”. 

Pere el Cerimoniós (Pedro IV de Aragón)
Desde entonces, el palacio siempre fue residencia de reinas. Fuera cual fuera su ocupante. Desde Leonor de Sicília hasta Violant (viuda de Joan II), pasando por Margarita de Prades, esposa de Martí l’Humà. Y así siguió la cosa, pasando de señora en señora, hasta que en 1857 la Condesa de Sobradiel lo mandara destruir dejando, únicamente, la capilla que todavía se conserva aunque muy modificada.

Leonor de Sicília, tercera esposa de Pere el Cerimoniós
Esta frase de Theros tan bien puesta en el libro “…el va condicionar com a residencia de la seva muller i hi va instal·lar la primera col·lecció d’animals exòtics que va tenir la ciutat”, me llevó a indagar en el tema hasta que di, en la red, con un estudio exhaustivo realizado por Anna María Adoer  i Tasis. Ella, tras recorrer los archivos de esta ciudad, ha llegado a la conclusión que, en Barcelona, había leones (y otros animales exóticos) desde el siglo XIII. Residían en los jardines del Palacio Real Mayor (el de la Plaza del Rey) hasta que fueron trasladados al jardín del Palacio Real Menor un siglo después. Allí convivían plantas exóticas con ciervos (traídos desde Mallorca a petición de Pere el Cerimoniós), leones, guepardos, avestruces, escorpiones, faisanes, falcones y peces. Todo esto lo sabemos por la documentación conservada en el Archivo de la Corona de Aragón y un libro de viajes, de un señor de Alemania, que estuvo en Barcelona allá en el año 1500 y lo vio. Vio un montón de animales exóticos (incluso osos) propiedad de Martí l’Humà, que vivían en su palacio ubicado en los terrenos de la actual plaza Medinacelli y, debería impactarle tanto, que hasta dejó constancia escrita de ello.



Aún así, por mucho que ese alemán se sorprendiera por ver tanto animal salvaje junto, en esa época era normal que la gente rica coleccionara animales (y  cualquier cosa difícil de conseguir) por ser un símbolo de poder. Solo la dificultad de hacerse con ellos y mantenerlos sanos y bien alimentados era todo un reto. Eran animales caros de mantener y de traer hasta la ciudad. Habitualmente venían en barco y, a menudo, morían durante el trayecto si no se daba el caso que atacaran a sus vigilantes y cuidadores en plena alta mar. De hecho, eso mismo le ocurrió al famoso rinoceronte de Durero, que pereció (en 1515) ahogado en el naufragio del navío que lo transportaba de Lisboa a Roma, cuando viajaba como regalo del Rey de Portugal al Papa León X. 


Rinoceronte (grabado de Durero, realizado en 1515)
Sobre lo complejo de su manutención, en su artículo, Anna Maria Adroer comenta que no es  extraño que las urbes con más animales salvajes fueran las que tenían un barrio judío importante, como Barcelona. Y eso se debía a que su alimentación procedía de un impuesto pagado por los judíos de la ciudad.

Por lo que se desprende de la documentación conservada, Pere el Cerimoniós estaba muy al tanto de la salud de sus animales y, una vez que murieron unos cuantos leones (en 1385), estuvo muy preocupado por el motivo de la defunción. Quería saber si fue por hambre, enfermedad o por estar mal atendidos. Y la cosa aún fue a peor tras la destrucción del barrio judío en 1391 ya que, sin judíos en la ciudad, no había a quien cobrar el gasto de los animales… Hasta que, al cabo de un año, al Rey Joan (hijo de Pere el Cerimoniós) se le ocurrió descontar una parte del sueldo de los altos funcionarios y destinarlo a la manutención de las fieras. Incluso, para dar ejemplo, él mismo hizo lo propio con sus honorarios. Aunque, en principio, el dinero era solo para la comida, acabó por incluir el sueldo del cuidador de las bestias (el “leonero”). Motivo por el cual, con el tiempo, los funcionarios aun tuvieron que dar más hasta que, en el siglo XVI, el Consejo Municipal decidió pagar el sueldo al leonero y encargarse de todo lo concerniente a los animales del palacio.

Resulta que en Barcelona hubo leones hasta el siglo XVIII y “La casa de los leones” fue una parte del Palacio Real Menor, que desapareció en 1860, cuando su última propietaria (la Condesa de Sobradiel) lo mandó derribar. Poco después, en 1865, el excéntrico burgués Martí Codolar se hizo con un zoo particular en casa gracias a la ayuda de Francesc Darder y aún, un poco más tarde (en 1889), el taxidermista Lluís Soler abría su primer establecimiento de animales disecados en la calle Raurich, 16-18.

Primer local del Taxidermista, en C/ Raurich, 16-18

lunes, 21 de abril de 2014

Recomendaciones para Sant Jordi 2014


Primer día del libro en Barcelona (1931)
Otra vez llega Sant Jordi y, como vengo haciendo desde que abrí el blog, dejo aquí mi lista de recomendaciones literarias de libros y cómics, tanto leídos como no. Entre los no leídos, algunos están sobre mi mesilla de noche esperando turno, mientras que otros están pendientes de adquirir, posiblemente el próximo 23 de abril.

Una vez confeccionada la lista, me he fijado que es casi monotemática y que las historias sobre Barcelona y la guerra son las que más me interesan. Temáticas que se repiten una y otra vez en el blog.

SOBRE BARCELONA

“Mentiré si es necesario”. Daniel Ausente (Los libros del butano popular).

Hace unos días su autor decía en la red que no daría crédito a ninguna lista de recomendaciones que no incluyera su libro. Pues aquí está y espero que aparezca en muchas más. No porque él lo haya pedido (aunque sea en broma) ni por hacerle la pelota a mi señor esposo, sino porque me encantó el libro pese a conocer, previamente, casi todas las historias que relata. Muchas las había oído en reuniones familiares, otras me las contó él mismo y, la mayoría, las leí en su momento en su sección de elbutanopopular

Aquí, Absence (Daniel Ausente o como prefieran llamarle), se transforma en un cronista bárbaro de la Barcelona de su infancia y su juventud con su familia por en medio. El título ya lo dice todo: Mentiré si es necesario. Pues eso, que hay mentiras y verdades… Todas tan bien puestas que es casi imposible saber dónde empieza la una y dónde acaba la otra. Pero eso es lo de menos. Lo importante es que es un libro que me ha hecho reír y, como todo el que lo ha leído, lo devoré casi de un tirón.

Por cierto, que su autor, por Sant Jordi, estará firmando el libro en Freaks (c/ Ali Bei, 10) de 17:00 h. a 18, 15 h. 


“Barcelona on the rocks 2”. Fernando Muñiz y Sergio Fidalgo. Cara B Ediciones.

El verano pasado leí “Barcelona on the rocks, primera parte de este libro.  Un recorrido (ojo, no confundir con una guía) por un montón de bares de Barcelona, por los que sus autores se han dejado caer, muchas veces, acompañados de unos cuantos personajes conocidos de la cultura barcelonesa.  Ellos, sus invitados, les han llevado a sus locales favoritos y les han contado mil y una historias sobre esos bares y el porqué les gustan tanto.



En este primer volumen de “Barcelona on the rocks descubrí locales totalmente nuevos para mí aunque, en realidad, llevaran más de 90 años abiertos. Como el bar Delicias del Carmelo, bajo las baterías antiaéreas del Turó de la Rovira, que existe desde los años 20 del siglo pasado y que está excavado en una cueva que se usaba como refugio mientras duró la Guerra Civil. Ahora, la cueva es el almacén del bar y, por lo que dicen Muñiz y Fidalgo, las tapas que allí se sirven están de muerte.

“Barcelona on the rocksfue publicado en 2011 y, de entonces hasta ahora, sus autores han seguido (y siguen) yendo de bares. De hecho, han estado en tantos que han podido publicar este segundo volumen que, actualmente, tengo a medio leer y que disfruto cantidad.


A destacar el capítulo en que se citan con Xavier Theros en Los Caracoles y él les cuenta casi todo lo que sabe (que es mucho) sobre la relación del restaurante con los marineros de la VI Flota Norteamericana. Por cierto, que para saber más sobre la Sexta Flota en Barcelona, el libro de Theros es de obligada lectura.

Daniel Ausente también aparece en este libro y lo hace para explicar, junto a los integrantes de “Las sombras”, una historia delirante sobre la primera vez que el grupo se subió a un escenario. La anécdota ya aparecía en “Mentiré si es necesario” pero a Fernando Muñiz le gustó tanto que la quiso oír por boca de todos sus protagonistas.

En “Barcelona on the rockstambién aparece Paco Calatrava. El hermano feo de Manolo Calatrava, el dúo que salía en televisión cuando yo era bien pequeña. Y lo que es peor…. Que entonces eran muy amigos de mi primo (el que luego fue el mestre Bardagí) y que tocaba la guitarra con ellos. Los Calatrava se pasaban la vida en casa de los Bardagí ¡Y a mí me daban mucho miedo!  Motivo por el cual odiaba ir los fines de semana a comer a casa de mis primos.

Tanto Fernando Muñíz como Paco Calatrava estarán firmando en Freaks (c/ Ali Bei, 10) de 17:00 h. a 18, 15 h, con Daniel Ausente sentado a su lado, como ya he dicho antes.

“Barcelona museo secreto”. Ignacio Vidal-Folch. Actar D.

En su día se me escapó. Fue publicado en 2009 y yo ni tan siquiera me enteré. ¡Gran pecado por mi parte! ¡Tanto que me gusta cómo escribe Ignacio Vidal-Folch! Suerte que hace poco supe de la existencia de este libro que recoge un montón de artículos brillantes publicados en El País sobre la Barcelona oculta y desconocida que tanto adoro.



“TODO SOBRE… BARCELONA”. Jaume Vidal y Pep Brocal. Norma Editorial.

Un libro precioso, recién salido de la imprenta, con unas ilustraciones magníficas de Pep Brocal y texto de Jaume Vidal sobre la Barcelona actual y tradicional, tan turística que es ella… Se trata de una especie de guía, inspirada en los libros de la serie “Esto es…” que existían cuando yo era pequeña. Serie en la que Jaume Vidal se basó cuando recibió este encargo de la editorial hace tan solo unos pocos meses.



“Jamás me verá nadie en un ring”. Julià Guillamón. Editorial Comanegra.

 El nuevo libro de Julià Guillamón lo descubrí gracias a este artículo de Xavier Theros en El País”. Garantía suficiente que el libro me va a gustar. Es la historia del boxeo en Barcelona en una época previa a la Guerra Civil explicada a través de la biografía de uno de sus pesos pesados, el pugilista Pedro Roca, que acabó con la licencia retirada para evitar su muerte en un ring.


 “La guerra como aventura. La Legión Cóndor en la Guerra Civil española 1936-1939”.  Stefanie Schüler-Springorum. Alianza, 2014

Hace unos días Jacinto Antón escribía en El País acerca de este libro y enseguida supe que mi prioridad de este Sant Jordi sería hacerme con él.

Su autora, la historiadora alemana experta en la Legión Cóndor, Stefanie Schüler-Springorum, relata la historia del contingente que Hitler envió a Franco para echarle una mano durante la Guerra Civil. Pero lo que el caudillo no sabía era que los integrantes de la Cóndor venían con ganas de hacer turismo bélico. Llegaron cargados con sus cámaras de fotos y, cuando no bombardeaban la población civil desde sus aviones, mataban el tiempo comprando  souvenirs, cazando en el campo y celebrando grandes fiestas con borrachera incluida.



“Los surcos del azar”. Paco Roca. Astiberri

Aunque de “Los surcos del azar” ya hablé mucho en su día, incluso con su autor, no puedo evitar volverlo a recomendar ya que tiene todos los ingredientes de los libros que más me gustan: ser una novela gráfica que cuenta una historia rescatada del olvido. La de los integrantes de “La Nueve”. Una compañía, formada principalmente por españoles republicanos que habían luchado contra Franco en la Guerra Civil y que, en la II Guerra Mundial, hicieron lo propio bajo las órdenes del Capitan Dronne en la segunda división blindada del General Léclerc y que consiguieron liberar París de los nazis.



Para terminar, dejo aquí el enlace a mi post con las recomendaciones de Sant Jordi de 2013 y demás entradas sobre mis lecturas favoritas realizadas en el último año por si os sirven de inspiración a la hora de escoger los libros de esta semana.


































jueves, 10 de abril de 2014

¿Es un pájaro o un avión lo que pasa frente a Colón?

Cartel original presentado en el Salón

Hace un par de semanas que el cartel del Salón del Cómic de este año, realizado por Carlos Pacheco, tiene un aspecto distinto del que tenía el día de su presentación oficial. Cosa de la que no me he enterado hasta esta mañana, cuando mi post de hace un año sobre los carteles del Salón ha vuelto a revivir.

Tras preguntar por lo ocurrido, descubro que Marvel y DC Comics no permiten la aparición conjunta de sus personajes mezclados en una misma ilustración. En este caso, son Thor y Supermán. Por eso, Carlos Pacheco se ha visto obligado a hacer un apaño eliminando los distintivos del uno y del otro y, así, convertirlos en dos superhéroes anónimos que pasaban por aquí, justo por delante de Colón. Luego Ficomic ha hecho el cambio sin dar ninguna explicación, quizá pensando que así pasaría inadvertido teniendo que ser el propio autor del cartel quién, en su día, tuviera que contar lo ocurrido.

Por mi parte, que en tema superhéroes estoy muy pez, no me he percatado del cambiazo hasta hoy, cuando mi nombre y mi post del año pasado han salido a relucir en una conversación twittera. En cambio Absence, que es un visionario y de superhéroes sabe un porrón, ya hace semanas que dijo que la única polémica posible sobre el cartel podría venir por el uso de personajes de Marvel y DC.

Cartel modificado según las exigencias de Marvel y DC



jueves, 3 de abril de 2014

Cosas de las que hablar con Manel Fontdevila



El 14 de junio de 2011 debía celebrarse, en el Parlament, el debate de unos presupuestos extremadamente recortados que, de ser aprobados, nos iban a dejar bastante peor de lo que ya estábamos. Entonces, el movimiento 15-M estaba en plena ebullición. Los Indignados se plantaron ante la puerta del Parlament y se lió parda. Mientras, Manel Fontdevila estaba en la redacción de El Jueves viendo pasar los helicópteros  de aquí para allá. Esta mañana, casi tres años después, Artur Mas prestaba declaración en el juicio y, según su versión, “…Una coacción y violencia así no la había vivido nunca”.

Parte de lo que acabo de contar aparece en No os indignéis tanto, el último cómic de Manel Fontdevila con el que ha conseguido la nominación del Salón del Cómic a la mejor obra de autor español publicada en 2013. Esto, y lo bien que lo pasé leyéndolo, me llevó a llamarlo para hablar del 15-M, la violencia, el espionaje en la red y unas cuantas cosas más.

Roser.- ¿Cómo se te ocurrió hacer “No os indignéis tanto”?

Manel F.- No es que tuviera muy claro que quisiera hacer algo así. La cuestión es que, con los años, voy tomando notas de las ideas que me pasan por la cabeza y… Total, que un día me di cuenta que tenía muchas cosas apuntadas que, si las unía, podían formar una historia chula. Y eso es lo que hice. Fue como montar un puzle que me llevó mucho tiempo hasta que un día, de golpe y porrazo, todo cuadró y entonces fue cuando me dije “Osti, la tenim!”

Roser.- También tiene que ver que leyeras “Indignaos” de Stéphane Hessel. De hecho, el cómic empieza así. Contigo en un avión y Albert Monteys prestándote el libro para leerlo durante el viaje.

Manel F.- Ese momento del cómic me interesa por varios motivos. Uno, es que buscaba un punto de partida y este me parece tan válido como cualquier otro. Además, es cierto lo que dices. Estábamos en el avión esperando para ir a Valladolid y Albert me pasó el libro. Lo leí muy deprisa y me pareció que tenía un buen formato. A veces pensamos en libros voluminosos o la gran novela gráfica. En cambio, me gustó esta idea de Indignaos” por ser un libro muy concreto, de sólo 90 páginas, que me hizo pensar en la posibilidad de hacer una cosa similar. La idea de hacer algo económico, pequeño y asequible me gustó. La finalidad es hacer algo con lo que puedas llegar a mucha gente.


Roser.- El cómic empieza con una actitud tuya pero que también es muy propia de todos nosotros… Rajar de lo que nos molesta y callarnos cuando la autoridad nos pregunta. En este caso, la azafata del avión.

Manel F.- Me parecía interesante empezar así y enlazar con el 15-M. Además, me servía para ponerme en situación ante el lector para que viera que el libro no es una lección magistral sino una forma de compartir mis ideas. No soy historiador ni periodista y lo único que hago aquí es compartir mis pensamientos con los lectores.


Roser.- A mi parecer, este es un libro que tendrían que leer todos los políticos. ¿Sabes si alguno lo ha hecho?

Manel F.- ¡Si alguno lo ha hecho lo ha mantenido en secreto! 

Roser.- Has tenido suerte porque lo has publicado en un momento en que ocurren muchas cosas de las que hablas en el cómic.

Manel F.- Pues sí, he tenido suerte aunque el momento en que vivimos no es ninguna suerte para nadie. Yo me sacrificaría. Preferiría que la época fuera mejor y no haber hecho el libro… Pero bien, hasta se dio la casualidad que publicamos el cómic la misma semana en que salió la noticia de la “ley mordaza” de seguridad ciudadana. ¡Imagínate! Sale el libro a la vez que hay un ministro que anuncia una ley que quiere prohibir todo lo que este libro propone como cosa sana e higiénica para la sociedad.

Roser.- Dices en el cómic que, para cambiar las cosas, tiene que haber un punto de violencia y desobediencia…

Manel F.- No sé si la palabra es violencia pero sí. La violencia tiene todo un abanico de posibilidades infinitas.

Roser.- Un ejemplo claro de lo que hablamos es el caso de Gamonal.

Manel F.- Exacto. La violencia provoca que haya una respuesta. Porque, al final, violencia siempre la hay. Lo que ocurre es que, hasta ahora, es patrimonio del Estado y piensas que quizá, al final, tendremos que responder a esta violencia y desprecio. Por lo tanto, tampoco deberíamos ser tan remilgados.

Roser.- Hablando de Gamonal, me hizo reír cantidad la viñeta que publicaste hace unos días en eldiario.es. Esa del tuitero… De cosas como esta también hablas en “No os indignéis tanto”.

Manel F.- Ese chiste va muy en consonancia con el cómic, sí.

¡Victoria! Eldiario.es (15/01/2014)
Roser.- Además, en el mismo cómic, confiesas que tú sueles tomar esa actitud.

Manel F.- Si, si... De hecho todos lo hacemos eso de hablar desde casa. ¡Es inevitable! El nuestro es un país que no tiene tradición de salir a la calle y parece que todo el mundo esté pendiente de una señal para hacerlo. Al final, el caso de Gamonal es un claro ejemplo de manual. Cuando te toca algo de cerca, que en este caso es el aparcamiento, entonces sí que  sales a la calle. ¡Y lo hace todo el mundo! Por lo tanto, igual la gente espera a que la situación sea insostenible para decidirse a actuar.

Roser.- Además, también ocurre que estamos acostumbrados a quejarnos y que no nos hagan caso y, por una vez que la cosa sale bien… ¡Hasta nos parece raro!

Manel F.- Es que es así... Pero ahora parece que se empiezan a conseguir algunas cosas como esto de Gamonal o las “mareas blancas”, que aún no se si la privatización de los hospitales se ha parado por las movilizaciones o bien por la resolución judicial.

Roser.- Está la sentencia judicial pero la movilización de los trabajadores también ha sido clave. 

Manel F.- Poco a poco la gente se empieza a mover y a conseguir cosas. Eso tendría que servir para que el engranaje empiece a funcionar.

Roser.- En “No os indignéistanto” cuentas que, cuando estuviste en Valladolid para unas jornadas de cómic, pasaste por la plaza de la acampada del 15-M y la viste empapelada de los chistes de “El Roto”. Eso de que los del 15-M meten chistes de “El Roto”, los funcionarios de Forges y que no queda sitio para ti te lo he oído decir más de una vez.

Manel F.- ¡Que conste que también había alguno mío! Eso de Forges y El Roto básicamente es un chiste. El Roto es obvio que sea el chiste de colgar en la calle. Los míos no lo son porque hay que pararse a leerlos. En cambio, El Roto es  como una bofetada. Por lo tanto, es normal que sus chistes estén en la calle. Ahora bien, lo de Forges y los funcionarios ya no lo entiendo tanto.


Roser.- Un momento clave del cómic es el del pollo que se montó el día del debate de los presupuestos de 2011 en el Parlament.

Manel F.- Tengo ganas de ver cómo acaba esto porque, en este sentido, la justicia es implacable y aplica la ley al pie de la letra. Es triste que la ley no sea legítima pero, por otra parte, entiendo que sea así y que si haces daño a alguien esta persona tenga derecho a denunciarte.


Roser.- Aquí, sobre mi mesa, tengo esparcidos unos cuantos de tus cómics y veo que siempre pintas al obrero y al empresario de la misma forma. El trabajador con casco de paleta y el empresario bien trajeado y con gafas de sol.

Manel F.- Esto es retórico. Es caligrafía… Al final, cuando dibujo un obrero con el casco, no deja de ser como todo lo que escribo en el resto del chiste. Lo que ocurre es que escribo tanto con la letra como con el dibujo. Cuando hago un obrero con su casco, evidentemente, no estoy hablando de un paleta de la construcción sino de un trabajador base. Al empresario lo pinto con gafas oscuras por algún motivo que circula por el inconsciente colectivo y que dice que el empresario siempre lleva gafas de sol… También lo pinto más realista porque me interesa que se entienda que, mientras el obrero forma parte de algo más general, el empresario pertenece a un grupo de gente muy concreta. No le hago una caricatura real, porque me cuesta mucho y tampoco sirve para nada, pero sí que lo pinto de forma que se sepa que esa gente existe, que es responsable y que, por tanto, me interesa identificar mejor.

Roser.- Creo que disfrutas haciendo diagramas y gráficas. ¡En “No os indignéis tanto” hay un montón!

Manel F.- Sí que me gusta y lo hago desde hace tiempo. Cuando empiezas a trabajar en una página en blanco puedes meter lo que quieras porque todo vale. Hay una forma de trabajar, siguiendo una narrativa tradicional, que está muy bien para explicar según qué cosas. Pero también hay otra y es que, cuando estás ante la página, puedes jugar con ella de muchas formas distintas… Con diseños, diagramas… A mí me gusta mucho rotular, hacer letras distintas… Y todo ayuda. Sobretodo interesa si ayuda a explicar la historia y, si además consigues que tenga una función humorística y que consiga que el lector vaya de un lado a otro… ¡Pues está muy bien!



Roser.- Y en “No os indignéis tanto” no falta la famosa portada de “El Jueves” secuestrada.

Manel F.- Este es un temaque intento evitar pero que, en este caso, me iba bien. Además, es una historia que he vivido ya que fui el guionista y Guillermo Torres el dibujante. Con este libro he intentado construir una historia acerca cosas que han pasado, partiendo de mis propias experiencias. Explicar el 15-M a partir de mi estancia en Valladolid o lo que vi el día del debate de los presupuestos de la Generalitat en el Parlament… De hecho, esto último lo cuento desde el punto de vista de que yo estaba en la redacción de “El Jueves” y veía los  helicópteros pasar. He intentado llevarlo todo hacia mi terreno porque no soy historiador ni periodista ni pretendo explicarlo como si de una clase se tratara. En realidad, lo que quiero es hacerlo como autor y testimonio de los hechos.


Roser.- Actualmente se oye mucho eso del espionaje en las redes sociales. En Cataluña, el CESICAT ha espiado gente relacionada con el 15-M a petición de los Mossos d’Esquadra. Al menos eso es lo que dice el Conseller Felip Puig…

Manel F.- Ya, pero al final habrá que ir tirando… ¡No hay remedio! Eso de que nos espían es muy feo. A nadie le gusta  pero al final tendremos que vivir con ello. De hecho, no es cosa nueva sino que es algo sabido de siempre… La primera vez que me saqué el DNI había gente que comentaba que los documentos llevaban una marca especial que servía para que te espiaran en casa.

Roser.- Pero eso ya es cosa de las conspiranoias que ven algunos…

Manel F.-Es que hay mucha conspiranoia en eso de que nos espían… Y estoy seguro que es algo contra lo que no podemos luchar. Tendremos que empezar a pensar que nuestras cosas más privadas tampoco son nada fuera de lo común. Aunque también es cierto que hay casos y casos…

Roser.- Mira, yo que soy bloguera y usuaria de las redes sociales pienso que, en el momento en que escribes cualquier cosa en internet, has de ser consciente que eso lo va a leer gente y que aquello que acabas de decir será público desde el momento en que lo cuelgas en la red.

Manel F.- Sí, de hecho es curioso ese rechazo que mostramos a ser espiados cuando, a la vez, sufrimos una especie de exhibicionismo total tanto en Twitter como en Facebook. Hay gente que lo cuenta todo sobre sí mismo… Que si “hoy me he currado una comida que no veas…”

Roser.- O que si “me he pegado unas grandes vacaciones...”

Manel F.-Tenemos una necesidad de contar nuestra vida que no deja de ser curiosa. Twitter se aguanta en un norma de educación, que no está escrita, y que es la de no contestar “¡Y a mí qué!” a todo lo que se dice en la red. De hecho, a casi todo lo que se cuenta en Twitter podríamos responder eso: “¡Y a mí qué!” Por ejemplo, si alguien dice “He llegado tarde a trabajar” perfectamente le podríamos responder que nos importa un pimiento. Hay toda una tendencia a contar nuestras vidas que no me deja de sorprender. Aunque a veces sí que algo interesante. Pero, en cambio, no puedes evitar sentirte integrado en esta rueda de conversación de patio de vecinos porque, al fin y al cabo, Twitter no es más que eso… ¡Un patio de vecinos gigante!

Roser.- En “No os indignéis tanto” haces toda una disertación sobre el humor inteligente y la idea de que “La Codorniz” era considerada como tal. En cambio, tú discrepas de esto.

Manel F.-  Esta era la parte del libro que más miedo me daba. No sé si forma parte de una paranoia personal o qué pero esta parte es la que acaba por dar el vuelco final al cómic y, si me la saltaba, me quedaba sin libro. Así que al final lo incluí y, cuando mi mujer me dijo que quedaba bien, me alegré cantidad.



Roser.-Y tienes razón cuando dices que fue una revista que eclipsó todas las demás, fuesen anteriores o posteriores a ella.

Manel F.- Si, si... ¡A todas! Yo, cuando hice eso de la portada me lo oí decir durante mucho tiempo. De hecho, aún me lo dicen. Pero la gente de “La Cordorniz”, resumiendo mucho, hacía humor cuando vivía Franco y se encontraba a gusto con esa situación. Por tanto, si tengo que ir hacia ahí… ¡Pues mal! Ya entiendo que “La Cordorniz” era una revista con un humor bien hecho y que la llevaba gente muy ingeniosa… Pero no la considero un modelo a seguir. ¡A mí que no me obliguen a hacerlo! Yo creo que el problema viene cuando se quiere convertir en modelo a “La Cordorniz”. ¡Ese es el drama!

Roser.- Hace unos días le contabas a Gerardo Vílchez de Entrecomics que te planteabas hacer un blog sobre temas de Cataluña. ¡Pues estaría bien porque con todo lo que está pasando tendrías tema para rato!

Manel F.- ¿Te leíste toda la entrevista? ¡Era muy larga!

Roser.- ¡De cabo a rabo!

Manel F.- Pues sí que me gustaría hacer algo sobre Cataluña, sí.

Roser.-Como ahora trabajas para eldiario.es y es un diario español…

Manel F.- Sí, y hay cosas de las que me gustaría hablar pero que quedan un poco lejos para un diario nacional. Por eso me gustaría hablar de lo que ocurre en Cataluña, sea con un blog u otra cosa. Puede que un “No os indignéis tanto” dedicado al proceso que ahora vivimos en Cataluña estaría bien. Lo que pasa es que primero tendría que acabar todo el proceso para que luego se pueda hacer el libro.

Roser.- Pues piensa en ello porque creo que es una buena idea. Por otra parte, hay una cosa más que te quería comentar sobre este cómic que acabas de publicar y es que siempre te he oído decir que te cuestahacer historias larga. En cambio esta lo es bastante ¿no?

Manel F.-  Pues sí… Y lo que me gusta más de todo esto es que he encontrado un formato con el que me he sentido muy cómodo en cuanto a extensión. Lo más difícil ha sido ligar la historia pero cuando ya la he tenido ha sido muy fácil de hacer. A mí aún me cuesta eso de hacer historias largas pero esta vez me ha gustado. La verdad es que cada vez me cuesta más esto de la ficción e inventarme historias y diálogos.

Roser.- Hombre, de ficción  hay poca en este cómic. Todo lo que cuentas es bastante real. Hablas de cosas que han ocurrido y que has visto.

Manel F.-Es otra forma de hacer ficción. En  cualquier caso, aquí, me creo lo que cuento y es más próximo a mí.