viernes, 26 de septiembre de 2014

Próxima inauguración: "Sóc Hermes, l'omnipresent i amagat": 27 de septiembre. Galeria Moraima


Llego a casa exhausta pero feliz del resultado conseguido una vez acabado el montaje de la exposición. Hace escasos días, cuando aún no habíamos terminado con Caçadors d'Hermes en la Fundació Setba, surgió la posibilidad de llevarla a Moraima y no nos lo pensamos dos veces.

En esta ocasión la hemos llamado Sóc Hermes, l'omnipresent i amagat porque eso es justo lo que es este semi dios griego que está en todas partes pero que no se deja ver a no ser que lo estés buscando.



Así que, si os perdisteis nuestra primera exposición ahora tenéis una segunda oportunidad a partir de mañana sábado 27 de septiembre a las 19,00 h.



Os esperamos en la Galería Moraima, muy cerca del MACBA y el CCCB (carrer de la Verge, 1)


sábado, 20 de septiembre de 2014

Mercè 2014: Herta Frankel y Saturno Park


Cartel de la Mercè 2014. Autor: Ignasi Aballí

Uno de los aciertos  de la programación de la Mercè de este año es el homenaje al Saturno Park, el parque de atracciones que había en la Ciutadella entre los años 1911 (en que fue inaugurado) hasta 1926, en que fue derribado tras una larga temporada en un estado lamentable a causa de la falta de mantenimiento de sus responsables. Además, coincidía en que el Ayuntamiento quería ese espacio vacío para convertirlo en un gran jardín urbano para cuando llegara la Exposición Universal de 1929. Así, el parque de atracciones que dicen que albergaba la montaña rusa más grande de Europa en su momento (conocida como Los Urales) cerraba sus puertas al finalizar la temporada veraniega.

Los Urales

El tobogán
Pero en el Saturno Park, además de haber una pista de patinaje, montañas rusas, carruseles, un tobogán de agua (Wather Chute) y otro convencional (aunque gigante, con ascensor para ascender) también se realizaban espectáculos de variedades al estilo de los que este año nos ofrece la programación de la Mercè que es, a mi parecer, el otro gran acierto de las fiestas de este año: surtirla de actividades en consonancia con lo que era el parque en sus buenos tiempos, con espectáculos de marionetas y autómatas incluidos como los de la Compañía David Berga o las de Herta Frankel, que no me pienso perder.


Herta Frankel. Ventrílocua austriaca que alcanzó la fama en la España de los 60 gracias a Televisión Española. Era la estrella de la programación infantil con Fiesta con nosotros. Por ese entonces yo aún no había nacido y, por tanto, no tengo recuerdos de la infancia que me liguen a ella pero supongo que sería el equivalente a Los payasos de la tele de los 70, que sí que recuerdo a la perfección.  


Herta llegó a España en 1942 con una compañía vienesa de variedades donde ella era una de sus bailarinas. En teoría venía para dar una gira aunque, en realidad, era más una forma de escapar de la II Guerra Mundial que otra cosa. De hecho, eso era algo habitual entre los artistas. Uno de ellos, Arthur Kaps (con el que luego se casó) se hallaba en Barcelona en 1945 con su compañía de variedades Los vieneses (integrada por él mismo, Franz Johan y Gustavo Re) a la que Herta se unió aunque aún tardaría tres años en dar el primer espectáculo de marionetas para la revista Sueños de Viena en El Teatro Español de Barcelona, con la que fue todo un éxito. Tanto, que lo de las marionetas se hizo habitual aunque no por mucho tiempo debido a los elevados gastos de producción que comportaban. Cosa que les llevó a cambiar el teatro por la televisión, más barata y que, a su vez, llegaba a un mayor número de espectadores.



Así fue como Herta Frankel y sus marionetas (entre ellas la famosa perrita Marilyn) llegaron a ser  las reinas de la televisión. Además, hay que tener en cuenta que, en los 60, no había más oferta televisiva que la de TVE y, por tanto, la única que veía toda la población.


Herta Frankel, a diferencia del maestro Tozer (que se construía él mismo sus propios títeres) solo ejercía como ventrílocua y manipuladora de sus muñecos por lo que requería de la ayuda de otros marionetistas que supieran construir y reparar las marionetas. Aquí es donde entraron en acción Ferran Gómez y Pili Gálvez, que empezaron a trabajar con ella (como manipuladores) en 1985 y que ahora son los responsables del Marionetarium del parque de atracciones del Tibidabo, donde se conserva toda su colección.

Herta Frankel murió en febrero de 1996, justo un mes después de la inauguración de la exposición conmemorativa de su 50 aniversario entre marionetas.

martes, 9 de septiembre de 2014

Himmler, el Grial y la checa de la calle Vallmajor


Aunque parezca sacada de un tebeo (por lo surreal de la situación), la historia de Himmler, el Santo Grial y la checa de la calle Vallmajor es del todo verdadera. Es más, para asegurarme de su veracidad he indagado en la hemeroteca de La Vanguardia donde se explica, con todo detalle, la visita relámpago que hizo a Barcelona el 23 de octubre de 1940.

Heinrich Himmler, el jefe supremo de la Policía del Reich, quería encontrar el Grial y estaba empecinado en que se escondía en Montserrat. La ópera de Wagner que adaptaba Parsifal (de Escherbach) lo situaba en la montaña de Montsalvat y Himmler creía que ese era el nombre falso de Montserrat. Por eso viajó a  Barcelona, acompañado de todo su séquito.

Nada más aterrizar en el aeropuerto del Prat fue recibido (con toda la parafernalia) por las autoridades locales ante el obelisco (actualmente desaparecido) erigido en memoria de un aviador alemán que se estrelló en ese aeropuerto el día en que ejército franquista entraba en la ciudad.


Luego, tras realizar un tour express por Barcelona, que incluía una visita al Poble Espanyol  (para ver una actuación de bailes folclóricos) y una comida en el Ritz (donde se alojó y le robaron la cartera), se marchó con la comitiva a Montserrat esperando descubrir el escondite de  la copa sagrada aunque lo único que halló fue un monje malhumorado que apenas le prestó atención. Dice la leyenda que Himmler acabó solo, buscando el Grial entre los matorrales y que se fue sin encontrar nada de nada. El alcalde lo esperaba en el Ayuntamiento para celebrar una cena en su honor. Allí, mientras comían y bebían, le hablaron de la checa de la calle Vallmajor. Una celda de apenas dos metros cuadrados  ubicada en el convento de las madres Agustinas, que luego fue utilizado como centro de tortura y reclusión donde los comunistas encerraban a los sospechosos de simpatizar con el régimen franquista.


La celda en sí (y también la de la checa de la calle Saragossa)   fue diseñada por Alfonso Laurencic por encargo del jefe del Servicio de Inteligencia Militar (SIM). Pensada para ser un lugar de tortura psicológica más que física, tenía el suelo lleno de ladrillos (para dificultar caminar), las paredes pintadas al más puro estilo Mondrian y un metrónomo en funcionamiento con un ruido ensordecedor. Además, la cama era de cemento y estaba medio inclinada. Todo esto a Himmler le pareció fascinante. Tanto, que quiso verla en persona. Y eso es lo que hicieron, a las tres de la madrugada, una vez terminada la cena. Momento que fue inmortalizado por Pérez de Rozas  en esta fotografía.


Al día siguiente, a las 10,30 de la mañana, el Reichsführer y sus acompañantes tomaban un avión rumbo a Berlín.