miércoles, 25 de abril de 2012

7 de octubre de 1926, el primer Día del Libro


Miguel de Cervantes (07/10/1547 - 22/04/1616)
 Dos días después de la celebración de Sant Jordi descubro, gracias a @absence, que la primera vez que se celebró “El día del libro” en Cataluña fue el 7 de octubre de 1926, coincidiendo con la fecha de nacimiento de Cervantes y no he podido resistir a la tentación de escribir sobre ello aunque Sant Jordi ya haya pasado.

Por lo que he podido comprobar, el mérito se debe a Vicente Clavel Andrés. Un escritor y editor valenciano afincado en Barcelona desde 1920 entusiasta de la literatura de Cervantes. Le gustaba tanto que buscó una fecha para rendirle homenaje y decidió que el día más propicio sería el del nacimiento del propio Cervantes, el 7 de octubre de 1926. 
Este era Vicente Clavel
 Para llevar a cabo su idea, Clavel presentó una propuesta a la Cámara Oficial del Libro de Barcelona (entidad destinada a la difusión de la literatura de la que él era vocal) que quedó registrada de este modo: “Día del Libro Español. Otra iniciativa de nuestro, celoso compañero don Vicente Clavel: dedicar un día de cada año a celebrar la Fiesta del Libro Español. Este modélico proyecto pasó a estudio de la correspondiente ponencia y está pendiente de decisión”.

El resultado de esta petición fue un Real Decreto, firmado el 6 de febrero de 1926 por el rey Alfonso XIII, por el que se instauraba la “Fiesta del Libro Español”. Desde entonces y hasta 1930, cada 7 de octubre se celebró “La Fiesta del Libro”. Pero en 1930 se decidió cambiar la fecha al 23 de abril por creer que era el aniversario de la muerte de Cervantes (aunque en realidad murió el 22). Así fue como, en plena República, se celebró por primera vez “la Fiesta del libro” el día de Sant Jordi y así ha continuado hasta la actualidad. Pero  tras la Guerra Civil perdió mucha importancia por la falta de libros en catalán y no fue hasta 1950 que la Fiesta del libro volvió a ser popular.

Foto del primer día del libro celebrado en Barcelona el 23 de abril de 1931
 Como curiosidad les dejo con la transcripción de un texto publicado en La Vanguardia el 21 de octubre de 1926, sobre la celebración del primer Día del Libro en Barcelona.

-POR LA CULTURA Y LA RAZA.- EL DIA DEL LIBRO EN AMÉRICA
 Las instituciones culturales de España, madre y maestra de los pueblos americanos, poseen la virtud de la opulencia y el mérito del acierto, cunden y se atraigan en el solar de le raza, florecen lindamente y se acendran sus frutos con savia multiforme y fecunda.
Por eso se observó que la Fiesta de le Raza se trasplantó a Hispano-América, y a la
sazón se cultiva oficialmente en casi todas aquellas Repúblicas que son carne de nuestra carne y hueso de nuestros huesos, y se cultiva con tan exquisita emulación, que se tiende a vencer a la madre patria en entusiasmo y gentileza.

Ahora ya tenemos otra fiesta de cultura nacional: el Día del Libro. No entro a discutir si
sería más propio y noble y amplio y desinteresado el llamarlo “Día del Idioma”. Al fin
y al cabo el idioma se refiere en el libro como expresión firme y práctica de pensamiento y de lengua y viene a ser ésta lo que el fruto a la flor.  

Pues bien, a la manera que la fiesta primera fue acogida tan pronta y felizmente en la América española, así quedará adoptada la segunda con variaciones y aun mejoras
en los pueblos que forman el imperio idiomático de Cervantes. Ahí tenemos por de pronto a la República de Panamá, la hija última de España, que instituyó dicha efemérides con un plan acordado por le secretaría de Instrucción pública, digno de ser conocido en España y en las Repúblicas, porque contiene aciertos que merecen ser imitados. Y en Venezuela, donde el espíritu de Enana palpita con ritmo de intenso cariño, también se ha celebrado, y no dudo que se ha de reglamentar la fiesta como saben hacerlo los hijos predilectos de Bolívar.

Echo de menos que no se ciflque el libro español en el plan mencionado. ¿Será que allí se trata del libro, en general, porque abundan los libros de lengua inglesa? Pero a la observación del secretario, o dígase ministro, de Instrucción pública, no se le habrá escapado el hecho de que los libros tales no abundan en toda la República, sino en la capital y en la ciudad de Colón por su vecindad con la zona del Canal; fuera de que está empeñado, como ilustre académico de la Lengua que es, a contrarrestar la influencia de ese idioma extranjero con procedimientos legales, pero enérgicos. De todos modos, el plan es bueno, bueno para formar bibliotecas, para conservarlas y para aumentarlas en el decurso de los años; y bueno, porque se pretende caracterizarlas como escolares en todos los municipios a fin de que las generaciones nuevas se aficionen a la lectura y después empleen los conocimientos adquiridos en beneficio de la cultura patria. Donde
las tradiciones de la prensa no son multiseculares como en Europa,  y donde no existen bibliotecas y archivos, lo primero que procede es crear esos centros de cultura como resultado de la Fiesta del Libro. Por eso en el plan panameño entra de preferencia la formación de bibliotecas escolares con procedimientos de sentido práctico, porque en aquella incipiante República no cabe emplear las disertaciones y conferencias que se dictan en España, donde abundan las bibliotecas técnicas y populares.

Y como era de esperarse, estas normas organizadoras produjeron resultados magníficos a juzgar por’ el copioso número de libros que se consiguieron en ese primer año.  Dentro de poco tiempo, en cada pueblo funcionará una biblioteca de carácter escolar,
que será aprovechada también por todos los vecinos, de modo que a medida que pasen los años aumentarán los fondos de biblioteca y podrán crearse otros de carácter más general y científico, en proporción del progreso, resultante de la lectura y del estudio, y así en todos los pueblos llegará a haber dos bibliotecas: una para los escolares y otra para los vecinos.

En este plan, para cuya ejecución funciona un comité llamado de la Buena Lectura, hay detalles que aunque interesantes no transcribo, por evitar la prolijidad, pero no resisto al deseo de copiar algunos acuerdos que siguen al plan, y son de este tenor:

“I.- El Día del Libro todos los profesores y maestros procurarán llevar a su escuela un
libro, convenientemente escogido, y lo rifarán, bien entre aquellos de sus alumnos que
hayan demostrado mayor amor al estudio, o entre los que están más al día en los asuntos
mundiales de actualidad.

II.-Los profesores de castellano o maestros pedirán ese día cortos resúmenes de los libros que sus alumnos hayan leído fuera de clase el mes de agosto.

III.-Se espera. que los periódicos de la localidad el Día del Libro publiquen una
selección de cincuenta a cien libros escogidos de entre aquellos que en el sentir de ilustres pedagogos y escritores deben ser leídos por todo hombre que se precie de medianamente ilustrado.

IV. -— Durante la semana que precede al Día del Libro las librerías... acuerdan hacer
un 25 por ciento de descuento a todo libro que en ellas se compre.

V.- El Día del Libro la secretaría. De  Instrucción pública hará público un concurso
literario que se cerrará el próximo año en la misma fecha.

Sobre lo cual cabe ponderar esa hermosa diligencia que acucia a los hispanoamericanos por mejorar las clases sociales, proporcionándoles pábulo científico por medios que están al alcance de todos, así como el desinterés de los libreros, no menor que la
cooperación de la prensa al desarrollo del proyecto.

Pues bien; ahí tienen las Repúblicas de habla española bases que ampliar acomodando
cada Gobiernos las fuerzas vivas que posea a fin de que se levante el nivel de la cultura
contra el analfabetismo, se propague el libro español, original o bien traducido, se
aumente el estudio mutuo de los autores interamericanos, reine el intercambio con los
de España y no se deje deslucir nuestro rico idioma con extranjerismos de léxico ni de sintaxis, y, sobre todo, no se cieguen las fuentes de agua castiza de la raza ni sus tradiciones científicas.

Yo entiendo que esta República ha hecho las cosas a derechas; no organiza discursos
de imnoderado lirismo ni conferencias superfluas, sino crea bibliotecas para las
escuelas sometiéndolas a un método progresivo que asegura el triunfo. Lo que interesa es que haya cuidado para excluir las obras incongruentes y lesivas de la moral cristiana;
y por lo que respecta a las materias, ojalá que predominan los libros, por ejemplo, de
Historia y Geografía, Bellas Artes, Literatura, Industrias químicas, Agricultura e
Industrias agrarias. Economía doméstica, Mecánica, Ciencias Físicas y Naturales, Minería
Estudios comerciales, Miscelánea escogida, Religión y moral y otros de utilidad práctica e inmediata.

FR. P. FABO DE MARIA . (Agustino recoleto).”

domingo, 22 de abril de 2012

Recomendaciones para Sant Jordi

Portada de la revista Destino dedicada a la díada de St Jordi de 1960

Mañana será Sant Jordi y en Cataluña lo celebramos por todo lo alto. Las librerias salen a la calle a vender sus productos, los autores pasan horas firmando  sus novedades y los hombres regalan rosas a las mujeres. En definitiva, es el día del año que más libros se venden. Los números dicen que el 75% de las ventas de todo el año. Eso es, en resumen, lo que ocurre en Cataluña cada 23 de abril.

Esta semana la he pasado enviando tweets con los libros que me gustaría tener, con la intención de dar pistas a mi marido para que me regale alguno. Luego se me ha ocurrido hablar de todos ellos en el blog por si sirve de inspiración a alguien que aún no sepa que comprar.

El número 1 de mi lista de peticiones viene recomendado por mi admirado Jacinto Antón: “El fin de unas vidas doradas” de Hugh Brewster, editado por Lumen. Un conjunto de biografías de pasajeros del Titanic, hundido justo hace 100 años.



A partir de ahí, y debido a la temática de este blog, me he fijado en varios títulos sobre la historia de Barcelona que han sido editados recientemente. En primer lugar, “la Barcelona invisible” de Aureli Vázquez e Inma Santos. Un libro muy en consonancia con lo que aquí escribo y que seguro que me va a gustar. 


También “El Raval, un espai al marge” de Ferran Aisa y Mei Vidal. De este libro no tenia constancia de su publicación pero gracias a la recomendación de Aureli Vázquez ha entrado en mi lista de peticiones. En cambio si que conocía, del mismo Ferran Aisa, “Barcelona balla. Dels salons aristocràtics a les sales de concert”. Un repaso a dos siglos de historia desde los bailes organizados por la aristocracia barcelonesa en los salones de sus palacios hasta las salas de baile más emblemáticas de la ciudad en el siglo XX.




Ròmul Brotons, autor de “Els parcs d’atraccions de Barcelona”, acaba de publicar “Coses de la vida moderna. 58 invents que han transformat Barcelona” y, como no, también forma parte de mis peticiones. Por lo que se, trata de las innovaciones que han servido para hacer la vida más cómoda y fácil a los ciudadanos, como por ejemplo el ascensor. 



Otro libro que también habla de Barcelona, aunque desde un punto de vista muy distinto, es “Barcelona es una merda” de Òscar Broc. El título no es que quiera decir que esta ciudad no vale un real sinó que se refiere a los lavabos de los locales de Barcelona. Concretamente, es una recopilación de lavabos que, según su autor, tienen una historia que explicar.





Cierra mis peticiones “Black super Power” de Daniel Ausente, léase mi marido. El libro no tiene nada que ver con Barcelona (bueno sí, que lo escribió en casa). Además, su presentación oficial será el día de Sant Jordi en  en el espacio Miscelánea (calle Guardia, nº 10) con una charla alrededor de las 20:00.



Para finalizar este listado de libros y, quien aún no los tenga, puede acudir a mis recomendaciones de la Navidad pasada en esta entrada.

En cuanto a la historia de Sant Jordi, su leyenda, la relación del Santo con Cataluña y las imágenes que hay de él repartidas por la ciudad está perfectamente explicado en los siguientes blogs: Barcelona en horas de oficina (sobre la leyenda), Altres barcelones (Dani Cortijo explica con claridad la relación entre el Santo y Barcelona) y La meva Barcelona (donde  hay unas fotos estupendas de representaciones de Sant Jordi en distintas partes de la ciudad).

Retablo de Sant Jordi (Pere Niçard, 1468-1470)

miércoles, 18 de abril de 2012

Carmelo Tusquellas álias Charlot torero



Volviendo al tema de la afición a lo toros de los barceloneses del S. XIX, leo en “Barcelona rebelde” de Guillem Martinez que en esa época se puso de moda el toreo cómico gracias a la compañía “Charlot torero” en la que un imitador de Charles Chaplin toreaba  acompañado de una cuadrilla de enanos. El torero en cuestión se llamaba Carmelo Tusquellas (1893-1967) y se inició en esta profesión como novillero serio con el nombre artístico de “Relojero”.  Pero como la fama se le resistía aunque trabajaba bien, buscó una fórmula con la que pudiese destacar por encima del resto de  compañeros de profesión.  La encontró rapidamente explotando su vertiente más cómica como imitador de Charles Chaplin en el ruedo. 

La Plaza de toros de las Arenas en el año 1900

Ataviado y maquillado como Chaplin, Carmelo Tusquellas debutó como torero bufo en la plaza de toros de las Arenas el 22 de mayo de 1916 consiguiendo un notable éxito.  En esa fecha, la plaza ya estaba en pleno rendimiento ya que había sido inaugurada en 1900 para dar cabida a un mayor número de aficionados de los que podía acoger la antigua plaza del Torín. Un mes después, en junio de 1916, repitió actuación en la madrileña Plaza de Tetuán acompañado de Rafael Dutrús Zamora (apodado “Llapiserra”) y José Colomer (conocido como “el Botones”). Ambos estrellas del toreo cómico y acompañantes habituales de “Charlot torero” gracias al empresario Eduardo Pagès.
 
Por lo que parece, el trio compuesto por Charlot, Llapiserra y el Botones hacía que las plazas de toros se llenasen  hasta arriba. Tusquellas (Charlot) se presentaba ante el público con el traje típico de Chaplin. Dutrús (Llapiserra), más alto de estatura que Tusquellas, saltaba al ruedo vestido de etiqueta, con frac y chistera. Y Colomer (Botones), hacía lo propio uniformado de botones. 

Con lo que les acabo de contar adivinen quien es quien
Este nuevo genero del toreo bufo enseguida fue conocido como “charlotada”. De ahí viene el termino “hacer charlotadas” cuando alguien se descuelga con cualquier payasada.

Por lo que he podido saber hurgando por internet,  parece que los tres eran muy buenos toreros y que solían enfrentarse a toros más difíciles de torear que en las corridas serias ya que en las “charlotadas” se utlilizaban toros considerados no aptos para la lídia.

Cartel anunciando a Llapiserra
Carmelo Tusquellas llegó a ser tan famoso que tuvo una calle dedicada en su barrio (Sant Andreu),  la calle Charlot.  Ahora esa calle ya no existe ya que tras la Guerra Civil el caudillo ordenó retirar la placa porque creia que estaba dedicada a Charles Chaplin, actor muy mal visto por cualquier dictadura.

Carmelo Tusquellas murió en Barcelona a los 73 años y el diario la Vanguardia le dedicó esta extensa necrológica con la que les dejo.




miércoles, 11 de abril de 2012

Harry V Tozer, el padre de las marionetas de hilo

Foto de Perez de Rozas publicada en la portada de La Vanguardia 18-03-73

Hasta hace poco desconocía por completo la existencia de estas marionetas y de su creador, Harry Vernon Tozer. Las descubrí gracias a un compañero de trabajo que me habló de su bisabuelo, un tal señor Montserrat, que a prinicipios del siglo XX se dedicaba al oficio de hacer puchinelis. Con unas pocas indicaciones que me dió conseguí un articulo de La Vanguardia, de 1973, donde se cita al bisabuelo Montserrat. Pero el texto está dedicado por entero a una exposición de marionetas de hilo construidas por Tozer que tuvo lugar en la Biblioteca Museo del Institut del Teatre, por ese entonces ubicada en el Palau Güell.

Marionetas de Tozer fotografiadas por Perez de Rozas para La Vanguardia

Harry V. Tozer, de orígen británico, nació en el año 1902 en Paraguay. Llegó a Barcelona en 1925 y aquí fundó su compañía “Marionetas de Barcelona”. La compañía, aunque en poco tiempo alcanzó un notable éxito entre la población infantil (y también adulta) no conseguía un local decente donde acomodarse. Primero ocupó parte del domicilio del matrimonio Tozer (en el barrio de la Bonanova), luego un garaje y después varios sótanos de colegios hasta que, en 1956, Harry pidió al Ayuntamiento la concesión de un local dentro del Poble Espanyol. Finalmente se empezó a constuir en 1957, pero por causas que desconozco la obra quedó aparcada y las marionetas se quedaron si un hogar fijo para siempre. Solo durante un breve periodo de tiempo, en 1973, estuvieron expuestas al público durante la muestra en el Palau Güell de la que antes he hablado (en la calle Nou de la Rambla, que entonces se llamaba “Conde del Asalto”). 20 años más tarde esos mismos muñecos protagonizaron una nueva exposición en la ciudad de Lleida. 

Anuncio de la exposición de 1973, publicado en La Vanguardia

 Durante el tiempo en que Harry Tozer utilizó su propio domicilio como taller y auditorio construyó el teatrillo para hacer las representaciones y, para que pudiera caber en el salón de casa, tuvo que adaptar las dimensiones de dicho teatro.  

Tozer en el jardín de su casa con sus marionetas


Pese a la perfección de la técnica de los muñecos y los éxitos alcanzados, Harry Tozer fue un hombre prudente que no se atrevió a transformar su afición en su único oficio y prefirió compaginarla con su trabajo habitual en la eléctrica La Canadiense (empresa cuyos empleados, en 1919, protagonizaron una huelga monumental de la que ya hablaré en otro momento) aunque tambien ejerció como profesor del Institut del Teatre entre  1973 y 1990.

 
En 1990 Tozer cedió al Institut del Teatre su colección de marionetas, el teatrillo desmontable y todos los accesorios necesarios para llevar a cabo cualquier representación (cortinajes, decorados, sistemas de iluminación y sonido, etc). Tres años más tarde, l’Institut del Teatre organizó la exposición “Marionetas de HV Tozer”, en colaboración con la Fundación “la Caixa” y el centre de titelles de Lleida.


Tozer murió en Barcelona en 1999 tras haber conseguido, ese mismo año, la Medalla de Oro al Mérito Artístico de la Ciudad de Barcelona y la Creu de Sant Jordi dos años antes. 

Marioneta de la muerte, obra de Tozer

viernes, 6 de abril de 2012

20 de mayo: Próxima cacería en el casco antiguo de Barcelona

Carrer de les Mosques
 El pasado 25 de marzo tuvo lugar la 1ª cacería de Hermes por la ciudad de Barcelona, a iniciativa de los blogueros @lamevaBCN lamevabcn.blogspot.com.es y @Veodigital veodigital.blogspot.com.es. La misión de esa salida era realizar un reportaje fotográfico con las numerosas imágenes del semidiós Hermes que hay repartidas por toda la ciudad. El evento fue todo un éxito y quedamos en repetir experiencia (con otra temática) en un futuro próximo donde la organización iría a mi cargo con a ayuda de mi hijo Absencito.

En esta segunda salida nos dedicaremos a recorrer el casco antiguo de la ciudad en busca de pequeñas calles, actualmente cerradas con rejas, que esconden historias increíbles en su interior como las de Perot lo Lladre, la de las moscas y la del cagar-hi, entre otras. Ya en su día, anuncié que realizaría una serie de posts sobre este tipo de calles de las cuales tan solo he publicado dos aunque conozco muchas más. Entre ellas, la puerta templaria del carrer del Timó, el Passatge del dormitori de Sant Francesc y el Passatge del Beat Simó de Rojas. Todas ellas incluidas en la ruta que realizaremos el próximo 20 de mayo y que espero que disfrutemos tanto como lo hicimos el día que buscábamos  a Hermes.



Passatge del dormitori de Sant Francesc

Así pues, quien esté interesado en acompañarnos deberá contactar conmigo a través del blog o bien en  mi cuenta de twitter @srabsenta y acudir a la cita bien provisto de calzado cómodo, cámara de fotos y con ganas de pasárselo bien.