miércoles, 21 de diciembre de 2011

Amalia Domingo Soler, escritora espiritista


Enlazando con el último post sobre el organizador del 1r Congreso Espiritista en Barcelona (Miguel Vives) tenemos la figura de la escritora espiritista Amalia Domingo Soler.

Su vida y sus desgracias nada tienen que envidiar a Miguel Vives. Nació en Sevilla en 1835 y desde siempre fue una mujer débil de salud y con graves problemas de visión, hasta el punto que no se quedó ciega por muy poco. En cambio siempre fue una mujer de carácter fuerte que luchó por sus creencias hasta el punto de enfrentarse a los personajes más representativos de la Iglesia del S. XIX (Padres Fita, Sellarés, Llanas y el canónigo Vicente Manterola).

Amália Domingo era una mujer inteligente. Aprendió a leer muy pronto y, aunque solo realizó estudios primarios, rápidamente destacó como poeta. Escribió sus primeros versos a los 10 años y a los 23 ya publicó algunos de ellos en la revista Museo literario (Sevilla).

Tras la muerte de su madre en 1860, Amalia cayó en una depresión que la llevó a salir de Sevilla para instalarse en las Canarias donde estuvo viviendo un año. Luego volvió a su ciudad para dedicarse profesionalmente a la costura aunque no fue por mucho tiempo. Luego se fue a Madrid buscando mejores oportunidades laborales. Allí empezó a colaborar en diversas revistas publicando textos muy distintos de los que posteriormente la hicieron famosa.

El tiempo que vivió en Madrid compaginaba sus labores literarias con la costura y fue en este periodo que casi se quedó ciega. Entonces empezó a visitar a médicos y más médicos para encontrar un remedio a su enfermedad. Viendo que cada vez perdía más visión y sin nadie que le pudiera ayudar, Amalia recayó en la depresión. Se sentía tan mal que hasta llegó a pensar en suicidarse.

Sin medios económicos para subsistir terminó por recurrir a la caridad a través de una sociedad filantrópica. A partir de entonces su vida  empezó a cambiar. Descubrió la revista espiritista “El Criterio” (creada por el ministro de la Guerra, Joaquín Bassols) y quedó fascinada por lo que allí se contaba. Le gustó tanto que escribió un poema y lo envió a la revista. Su director, el vizconde Antonio Torres de Solanot, le respondió con una carta de agradecimiento y un ejemplar de su libro “Preliminares al estudio del espiritismo”. A partir de ese momento, empezó a colaborar de forma periódica en la revista.


El primer artículo espiritista de Amalia Domingo apareció en la revista “el Criterio” en el año 1872. Desde entonces y hasta 1903, publicó más de 2000 textos con la misma temática. Pero volvió a tener problemas de salud y tuvo que marcharse de Madrid por prescripción médica aunque regresó al poco tiempo, en febrero de 1876. Pero su estancia en la capital fue muy corta ya que en junio del mismo año se instaló definitivamente en Barcelona a petición del presidente del Círculo Espiritista “La Buena Nueva”, Lluís Llach, para trabajar en periódicos de esta índole.

Al llegar a Barcelona, Amelia se instaló en el domicilio de la familia Llach en el barrio de Gracia y esa fue su residencia el resto de su vida. Desde allí dirigió varias revistas sobre espiritismo y trabajó como redactora de otras tantas.

Edificio en el que vivió Amalia Domingo en Barcelona

En 1888 también participó en el primer Congreso Internacional Espiritista como vicepresidenta y que organizó Miguel Vives.

También en Barcelona fue una gran defensora de la enseñanza laica y consiguió fundar una escuela de este tipo gracias a las donaciones realizadas por un millonario seguidor del espiritismo.

Uno de sus libros más destacados es “Memorias del Padre Germán” (1900). Es una recopilación de escritos basados en unas comunicaciones del mundo de los muertos obtenidas  a través de un médium que se llamaba Eudaldo y transcritas por Amelia Domingo. Posteriormente, en 1904, publicó otro libro similar titulado ¡Te perdono! Memorias de un espíritu.


Amalia Domingo Soler murió en Barcelona el 29 de abril en 1909 a causa de una bronconeumonía. Su entierro fue seguido por una numerosa comitiva que acompañó al coche fúnebre desde su domicilio hasta el cementerio de Montjuïc, donde fue enterrada. Tras su muerte sus amigos editaron un cuaderno con fotografías de la comitiva funeraria por las calles de Barcelona y del cadáver amortajado de Amalia Domingo, que no he podido encontrar.

En 1912, tres años después de su muerte, se publicó un libro autobiográfico póstumo con este extraño texto en su portada: Memorias de la insigne cantora del espiritismo Amalia Domingo Soler. Divididas en dos partes. La primera contiene lo que escribió en vida. La segunda y el prólogo que acompaña a la obra, fueron dictadas desde el espacio por ella misma. Según parece, la médium con la que contactó Amalia para escribir sus memorias se llamaba María.


Tras su muerte aún se publicaron algunos libros más como “Consejos de ultratumba y, en 1926, los “Cuentos espiritistas”. Una antología de sus escritos más importantes, protagonizados por niños o adolescentes muertos. Algunos de los títulos de estos relatos son “El vestido blanco” o “¡Murió de frío!, entre otros.




No hay comentarios:

Publicar un comentario