miércoles, 18 de julio de 2012

El día que descubrí a Joaquín del Castillo Mayone


 
A veces, cuando busco información para escribir sobre un determinado tema en el blog, descubro personajes e historias fascinantes que me llevan a seguir tirando del hilo para encontrar, al final, cosas como la que les voy a contar. Así conocí a Joaquín del Castillo Mayone. Concretamente, investigando para la entrada de Ramón Montserrat y el origen de sus obras. Como ya dije en ese mismo post, una de las obras representadas por el marionetista Montserrat podría estar basada en la novela de Joaquín del Castillo “Adelaida o el suicidio”. Una historia romántica que cuenta un drama terrible sobre una joven de 18 años que se suicidó lanzándose  al mar, despechada por amor y que reproducía un hecho real ocurrido en Barcelona el 14 de abril de 1832.


De la vida de este hombre poco he podido saber, solo que fue un escritor barcelonés más bien mediocre, de carácter liberal, activo en la década de 1830. No sé si es barcelonés de nacimiento o bien de adopción, ya que en algunas fuentes he leído que era hijo y también sobrino de militar destinado en Cataluña (su tío era el teniente coronel Mayone). 

En cuanto a su labor como escritor, se le conocen una decena de obras publicadas entre 1826 y 1837, todas en Barcelona. Publicó las novelas  “La prostitución o consecuencias de un mal ejemplo” (1826); “El buen hijo y el matrimonio fraterno”; “Viage somniaéreo a la luna” (1832);  “Adelaida o el Suicidio” (1833) y “Ocios juveniles” (estas dos últimas, novelas románticas). También, un poema en cartas titulado “Exclamaciones de un expatriado” (1833); el manual sobre las relaciones de pareja “Atalaya observatoria de ambos sexos” (1833) y algunos manuales sobre lengua castellana.

También publicó las obras históricas  “El tribunal de la Inquisición” (1835) y “La ciudadela Inquisitorial de Barcelona o las víctimas del despotismo del conde de España” (1836);  un par de ensayos críticos con el clero titulados “Frailismonia o grande historia de los frailes” (1836) y “El fraile, o la reliquia entre ruinas” además de “Las bullangas de Barcelona” (1837), que era una recopilación de las siete bullangas (revueltas populares) ocurridas desde julio de 1835 (iniciadas con una corrida de toros que acabó con una gran quema de conventos) y octubre de 1837 en Barcelona, con la consolidación del régimen liberal.

El pueblo en plena tarea de quemar un convento

De las novelas, aparte de “Adelaida o el suicidio” (de la que me he vuelto fan desde que la descubrí), "Viage somniaéreo a la Luna” (escrito con "G" de acuerdo a la grafía del siglo XIX) me ha parecido interesante, tanto por ser una de las primeras novelas de ciencia ficción publicada en España como por su historia, aunque literariamente no sea gran cosa. Editada en Barcelona por la librería de M. Saurí y Compañía, en 1832, parte de este relato se encuentra reproducido en el libro “De la luna a Mecanópolis – antología de la ciencia ficción española (1832-1913)”, que se compone de 17 textos seleccionados por Nil Santiáñez-Tió. Entre ellos, además del ya citado de Joaquín del Castillo, hay otros de autores tan relevantes de la época como Leopoldo Alas (Clarín) con “Cuento futuro” (1886), Santiago Ramón y Cajal con “El pesimista corregido” (1905) y Miguel de Unamuno con “Mecanópolis” (1913).


Para entender el contexto en el que fue escrito “Viage somniaéreo a la Luna” debo decir que muchos autores españoles se iniciaron en el género de la ciencia ficción a raíz del éxito de las novelas extranjeras del mismo género. Julio Verne era todo un best seller en la España del siglo XIX y sus novelas se cuentan entre las más traducidas al castellano. Por eso, no es de extrañar que los autores españoles de la época quisieran emularlo escribiendo sus propias historias de ciencia ficción. De hecho, en cinco obras españolas del siglo XIX se narra un viaje espacial y entre ellas está Viage somniaéreo a la Luna".



Sobre el viaje a la luna relatado en la novela de Joaquín del Castillo hay que decir que no es real sino imaginario, ya que su protagonista (el argelino Ismael) se embarca en un globo aerostático (otra vez un tema recurrente en los siglos XIX y principios del XX) a la persecución de su hija Zulema que ha huido a la Luna junto a su amante-raptor (el francés Lambert), en ese mismo medio de transporte. Pero a medio elevarse el globo, Ismael se queda dormido y sueña que llega a la Luna donde al final encuentra a Zulema y Lambert. Pero el sueño no es así de simple sino más bien una pesadilla, por todo lo que le ocurre al pobre Ismael.

La novela empieza en España y, concretamente, en las propiedades de un tal Torcuato en las afueras de Córdoba. Allí es donde conoce a Ismael tras salvarlo de morir ahogado entre las aguas revueltas del Guadalquivir. Una vez recuperado del susto, el argelino explica a don Torcuato una extraña historia sobre su hija raptada por un militar francés y su viaje a la luna en busca de la pareja fugada. Según el relato, Ismael es un pobre hombre perseguido por la desgracia. Primero perdió a su hijo mayor, que fue reclutado por los turcos para luchar contra los rusos y jamás volvió. Luego, su hija se fue con un marino francés que el propio Ismael salvó de morir ahogado tras naufragar su barco cerca de su casa. Como Ismael no aprobaba el matrimonio por la diferencia de religión entre la pareja, los amantes decidieron huir en globo a la Luna y así se lo hicieron saber en una carta de despedida. Pero Ismael, no conforme con perder a su hija, salió en su búsqueda a bordo de otro globo aerostático. Y ahí empieza la parte de ciencia ficción de la historia, con Ismael durmiéndose  en el globo a media ascensión y soñando su llegada a la luna. En el sueño, los habitantes de la luna lo llevan al “depósito de rarezas” para pasar, después, por los hemisferios de la “tranquilidad” y la “intriga” donde finalmente encuentra a su hija aunque no consigue llevársela a la Tierra. 

Sobre la descripción del “depósito de rarezas” debo decir que es una de las primeras descripciones de extraterrestres en la novela europea del siglo XIX. Por lo que cuenta, este lugar es una especie de zoológico donde los lunículas llevan (por parejas) a los visitantes de otros planetas  para que se reproduzcan entre ellos. Allí se encuentran los mercuriolas (de Mercurio), los martícolas (de Marte), los venícolas (de Venus), los jupitícolas (de Júpiter), los saturnícolas (de Saturno) y  los uranícolas (de Urano).  Bien raros todos ellos. Por poner un ejemplo, a los mercuriolas los describe como unos seres miedosos que siempre están asustados y que tienen una bolsa (al lado del corazón) que se aprietan con una mano y cubren con la otra, a saber para que.

Finalmente y, justo cuando acaba de encontrar a su hija Zulema, Lamber lo envía de vuelta a la Tierra, cayendo a las aguas del Guadalquivir de donde lo rescata don Torcuato. Éste, atónito por todo lo que le cuenta Ismael, acaba por hacerle entender que nada de eso es posible y que únicamente puede haberlo soñado. Hasta aquí todo bien ¿no? Pues al final hay una sorpresa que en la antología de Nil Satiáñez-Tió no aparece al no estar la novela entera y que ahora mismo voy a explicar.

Cuando ya tenemos a Ismael  plenamente convencido de que todo ha sido un sueño, don Torcuato recibe la visita de un amigo (don Emeterio) que les cuenta algo sorprendente. La cuestión es que al volver de un viaje a Constantinopla, estuvo acompañando a un argelino (que había luchado en la guerra entre turcos y rusos) que al volver a su hogar encontró el domicilio familiar vacío. Según le dijeron los criados, su hermana y su padre se fueron cada uno en un globo y no volvieron jamás. Al oír esto, al pobre Ismael casi le da un pasmo y decide volver a su país lo más pronto posible pero antes de que pueda hacerlo don Emeterio aparece de nuevo con más sorpresas. Esta vez con una pareja de náufragos que acaba de salvar. El caso es que el náufrago les dice que una vez soltó un globo sin pasajeros para hacer creer al padre de su amante que habían huido en él y luego se fueron a pie. Este hombre resultó ser hijo de un señor llamado Lambert que se casó con la hermana de don Torcuato, doña Leonor Carbajal y Chaves.

La historia acaba bien, con Ismael entregando la dote a su hija antes de volver a Argel mientras Zulema y Lambert se quedan felizmente en Granada ya que ella se ha convertido al cristianismo y no puede (ni quiere) volver a su país. 


9 comentarios:

  1. Ostras! qué trabajazo de búsqueda y documentación... te voy a nombrar investigadora oficial de CHBcn.
    Un beso

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    1. Ey, no lo busco a propósito. Muchas veces son cosas que encuentro por casualidad al investigar otros temas. En este caso fue así. Buscando sobre el autor de marionetas me encontré con este hombre fantástico. Jeje!

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  2. Mare meva...quina història la d'aquest libre! Quina imaginació aquest Joaquín!!

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  3. Espectacular! y tengo que buscar ese libro sobre el psicopático Conde de España para una cosa que quiero hacer.

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    1. Oye, pues si lo encuentras avisame. Pero de documentación de Joaquín del Castillo hay bien poco.

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    2. Como dicen en las pelis yanquis: bingo!
      http://books.google.es/books/about/La_Ciudadela_inquisitorial_de_Barcelona.html?id=jtjVoKSaOioC&redir_esc=y

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  4. La de cosas que lees! flipo! esto es ciencia afición ;).
    Otra vez utilizan la G en vez de la J como los nombres dels Carrers Enreixats...curioso.
    Desde luego explicas cosas de las que ni he oído hablar nunca.
    Un besote!

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  5. Jeje, Neus, cuando lo vi lo del "viage" rápidamente pensé en los "pasages" de la ruta.

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