domingo, 8 de enero de 2012

Fantasmas en la Boquería




Uno de los conventos que fue pasto de las llamas, la tarde en que los barceloneses salieron de los toros y se fueron a quemar edificios eclesiásticos, fue el Convento de Sant Josep de la Orden de los Carmelitas Descalzos. Este edificio se ubicaba exactamente justo donde ahora se encuentra el mercado de Sant Josep, más conocido como la Boquería. 

Pero esta desgracia podría haberse evitado si el prior del convento hubiese hecho caso a un joven fraile de la congregación que, unos días antes, le advertió de un peligro que se avecinaba. Al menos, eso es lo que cuenta la historia relatada por Sylvia Lagarda Mata en su libro "Fantasmas de Barcelona".

Cuando decidieron dejar de celebrar la vigilia de su patrona, la Virgen del Carmen, casi ningún fraile mostró estar en desacuerdo con tal decisión. Tan solo un joven, recién ordenado, mostró su decepción ante el prior del convento previendo posibles consecuencias negativas en el futuro.

La noche de vigilia de la Virgen del Carmen (15 de julio), cuando los frailes dormían, se empezaron a oír unas voces como de ultratumba que despertaron a todo el convento. Asustados y aún adormilados, los frailes salieron de sus celdas y se dirigieron hacia la iglesia, ya que de ahí procedía el ruido. Al  llegar vieron el coro de la iglesia ocupado por “otros” frailes de aspecto siniestro, con unos rostros demacrados y cadavéricos que se escondían bajo las capuchas de sus hábitos y que cantaban unos salmos misteriosos. Cuando acabaron la actuación, encendieron una vela cada uno y se dirigieron, en fila índia, al cementerio del convento entonando una nueva melodía aún más pavorosa que la anterior. Llegados al cementerio, los frailes calavera apagaron sus velas y se metieron, cada cual, en su lápida correspondiente.

Los frailes del convento, tras presenciar tan fantasmagórico espectáculo, emprendieron la vuelta a la iglesia y allí encontraron muerto al joven fraile que se había atrevido a cuestionar la decisión de la comunidad de no volver a celebrar la vigilia de la patrona.

Diez días después, el 25 de julio de 1835, los barceloneses que habían acudido a los toros asaltaron el convento quemando y asesinando a todos los frailes que no pudieron huir con suficiente rapidez.

Desde entonces, hay quien dice que cada 15 de julio (vigila de la Virgen del Carmen) se oyen unos cánticos misteriosos en el mercado de la Boquería que bien podrían ser los fantasmas de los frailes asesinados por los barceloneses la tarde del 25 de julio de 1835. Yo nunca los he oído pero mi hijo de 7 años, que le encantan las historias de fantasmas, me ha pedido acercarnos al mercado la noche del próximo 15 de julio. Si descubrimos algo nuevo ya lo contaré.

Convento de Sant Josep antes de ser quemado el 25/07/1835

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