viernes, 2 de marzo de 2012

La casa encantada del Call




 A menudo paseo por el barrio judío de Barcelona (el call) y siempre que paso ante la casa de la calle Arc de Sant Ramon, número 8, siento un escalofrío que me recorre el cuerpo. Será porque es un edificio abandonado del que se dice que está encantado.

Hace poco me encontré en la puerta del edificio a un nutrido grupo de turistas orientales que escuchaban muy atentos las explicaciones de un guía. Aunque no entiendo chino, japonés ni koreano supuse que el guía estaba relatando la historia de esta casa encantada que un día leí en “Historias de fantasmas” de Sylvia Lagarda-Mata y que se quedó grabada en mi memoria. Además, como a mi hijo Absencito y sus amigos le encantan las historias de fantasmas, una tarde al salir de colegio los llevé a la casa y les conté el motivo del encantamiento. Después de eso me consta que alguna niña tuvo problemas para conciliar el sueño.



La cuestión es que en esta casa gótica (la más antigua de la ciudad) vivía un rabino con conocimientos de brujería que trabajaba tanto para cristianos como para judíos y que se ganaba un buen sueldo con sus servicios. Este hombre tenía una hija de bandera que se la disputaban judíos y cristianos. De todos esos pretendientes, la chica escogió un cristiano guapo y rico aún sabiendo que su amor era imposible. Después de un tiempo tonteando, la chica guapa le pidió al cristiano que se atreviera a hablar con su padre y la pidiera en matrimonio. El muchacho, sabiendo que la respuesta sería un NO rotundo, le sugirió que quizá sería mejor ser sólo amantes. Esta vez, la que dijo NO fue ella y le dio con las  puerta en los morros con la intención de no verlo más.

A partir de entonces, el amor del chico se fue convirtiendo en un odio tan fuerte que se planteó matarla. Y así lo hizo, urdiendo un plan maléfico. Aprovechando que el padre de la chica era experto en pócimas brujeriles, una noche le encargó la preparación de un veneno muy potente que proporcionase una muerte lenta y dolosa. Además, tenía que ser un veneno muy sutil, que pareciera un regalo y no lo que en realidad era. El rabino recibió por el trabajo seis bolsones de oro y a cambio entregó al muchacho una rosa preciosa, rociada con un ungüento que al olerlo una sola vez producía una muerte irreversible tras terribles sufrimientos.

Esa noche, el chico llamó a la ventana de la guapa judía para decirle lo arrepentido que estaba de no haber querido casarse con ella y jurarle que a la mañana siguiente correría a ver a su padre para pedirla en matrimonio. Todo mentira, por supuesto. La chica lo creyó y aceptó de buena gana la rosa que su “prometido” le entregó. Pero en cuanto acercó la nariz a la flor, cayó al suelo presa de terroríficos dolores.

Al día siguiente, el rabino, al ver que su hija tardaba en levantarse se acercó a su habitación para despertarla y su sorpresa fue encontrar a la chica agonizando en el suelo con la rosa entre sus manos. Inmediatamente entendió lo sucedido. Él mismo, sin saberlo, había preparado la muerte de su única hija y ninguno de sus conocimientos de magia podían evitarle la muerte.

Cuando al final la chica murió, el rabino decidió abandonar la casa y la ciudad. Pero antes de irse lanzó una maldición sobre su casa para que nadie pudiera volver a vivir en ella sin sufrir grandes desgracias. Desde entonces está abandonada y el ejemplo de que aún sigue igual el 1 de marzo de 2012 son estas fotos que les adjunto.


Esta misma mañana, al volver de hacer la compra semanal, he ido un momento a visitar la casa para comprobar este detalle:

Esta inscripción en hebreo está en la fachada principal del edicio
 En la fachada principal del edifcio se halla esta inscripción en hebreo, cuya traducción al castellano es la siguiente: "el santo rabino Samuel Araseri, nunca se acabe su vida, año 692, se halló con otros restos del tiempo de los judíos en esta casa levantada sobre las ruinas de la que fundó Santo Domingo. ____ Año 1826". Así que, por lo que parece, el rabino no huyó de la ciudad sinó que murió en su casa.  

4 comentarios:

  1. Pues en una ruta de Cultrura, nos contaron esta historia pero nos dijeron que la casa es la de la esquina de arriba, la de piedra.
    El alquimista lloró tanto que llenó un pozo con sus lágrimas y se ahogó en él.

    ResponderEliminar
  2. Ciertamente puede ser una u otra casa. Por lo que yo leí parece que debía ser esta la casa pero al ser una leyenda es difícil de saber hasta donde llega la parte de realidad y que es ficción. De todos modos la historia es fascinante.

    ResponderEliminar
  3. Linda la historia
    Dudo que la traduccion este correcta, 4 palabras en hebreo son +- 4 palabras en español... a menos que la placa en hebreo no haya salido tomada entera en la foto.

    ResponderEliminar