Una parte importante de
mis vacaciones estivales la he pasado en la residencia familiar de Sitges y,
aunque la casa está un poco alejada del centro del pueblo, a veces me he
atrevido a salir del recinto playa-piscina para dar un paseo. En una de estas
ocasiones me acerqué con mis hijos hasta el emblemático recó de la calma.
Por aquí, en 1971, paseaba Paul Naschy (o Waldemar Daninsky) acechando a sus
víctimas en el rodaje del spot publicitario de la IV Semana Internacional deCine Fantástico y de Terror de Sitges .
Este spot se puede ver en
el documental de RTVE para el programa “Cómo hemos cambiado”, en su capítulo dedicado a la repercusión del cine en la sociedad española de los últimos años (en
el minuto 5:30).
Ese año en el festival se
presentaba la nueva película de Naschy Jack, el
destripador de Londres
que, según la crónica de Luís Vigil (publicada en el número 28 de Nueva Dimensión) fue
la mejor obra española del certámen, aunque los efectos especiales fueran un
poco de estar por casa y las actrices no supieran hacer muy bien el papel que
les tocaba.
Portada de Nueva dimensión que incluía la crónica del festival |
El aspecto actual de este
espacio (formado por el conjunto del Cau Ferrat, el Palau Maricel de Mar i
Maricel de Terra) desgraciadamente no tiene nada que ver con el que tenía
cuando Paul Naschy rodó el anuncio 40 años atrás. Ni tampoco se parece a su
aspecto inicial, cuando en 1892 Santiago Rusiñol compró una casa de pescadores
en la que posteriormente fijaría su residencia-estudio y a la que llamaría Cau
Ferrat.
El propietario del Palau Maricel de Mar, Charles Deering, en família en el Recó de la Calma (1914) |
Así está desde hace 2 años |
Este lugar emblemático de
Sitges (en el que me casé hace una década) lleva más de dos años con la
apariencia que les acabo de mostrar, además de mantener los dos museos cerrados
durante todo este tiempo (Cau Ferrat i Maricel de Mar) por unas obras de reforma que no veo avanzar. Según el
Consorci del Patrimoni de Sitges no están paradas. Pero al menos, ahora han
tenido la decencia de montar una exposición (en el Edificio Miramar) titulada “L’art
modern, obres mestres del Cau Ferrat” con 151 piezas del museo que
recomiendo ver. Evidentemente, hay muchos cuadros de Rusiñol, otros tantos de
sus amigos Ramón Casas y Miquel Utrillo, Isidre Nonell y hasta los dos grecos
adquiridos por Rusiñol en París y que a su llegada a Sitges (en 1894) fueron
recibidos con ovación y un gran festín popular.
De todo esto, lo único que espero es que acabe bien, que pronto podamos disfrutar del Recó de la Calma y sus museos y que no ocurra en Sitges lo que le está pasando a La Rotonda en Barcelona.
Mucho me temo Roser que en Sitges nada bueno está pasando. Sigo el caso por Beli Artigas del blog Criticart y creo que ya han hecho cosas que no tienen marcha atrás. Aquí, como en Barcelona, el patrimonio no es lo más respetado. Un pena.
ResponderEliminarRoser, Neus tienen toda la razón!!! En Sitges, al igual que en Barcelona y en muuuuuccchoss otros municipios, el patrimoni arquitectónico, con las leyes de conservación que sobre el recaen, se las pasan por el forro!!! Las obras de los museos de Sitges siguen su curso,y parece que con el tiempo y una caña (nunca mejor dicho en este caso, ya que el orígen de todo está en los pescadores), las cosas se están poniendo de nuevo en su lugar y la desgrácia patrimonial que se ha permitido en estos edificios se está minimizando!!!! Te recomiendo el bloc de la Plataforma SOS Sitges donde puedes seguir todo este tema..... wwww.plataformasitges.blogspot.com
ResponderEliminarMoltes gràcies Neus per seguir-me, és tot un honor!!!!
Gracias! sigo bastante de cerca el tema de Sitges porque parte de mi familia vive aquí y paso mucho tiempo con ellos. Ya estoy al tanto de lo que ocurre a través de la Plataforma SOS Sitges y, aunque ahora parece que las obras siguen su curso, durante mucho tiempo no ha sido así. Por eso y, tras pasar muchas veces por el racó de la calma viéndolo siempre igual, me decidí a escribir este post.
EliminarOjalá en algún momento podamos volver a disfrutar del racó de la calma y sus museos.
Por cierto, soy ex-alumna de Isabel Coll :-)