Cartel de la calle con unos cables muy feos habituales en toda Ciutat Vella |
En la entrada anterior me quedé a punto de
explicar la historia de los templarios con Jaume I y la puerta misteriosa que
hay al fondo de la calle del Timó.
Al llegar a dicha calle encontramos la puerta
abierta y eso me ahorró tener que pedirle un favor a un vecino que conozco. Una
vez dentro hicimos fotos, comentamos la relación de los templarios con Jaume I
y hablamos sobre lo que había tras esa puerta que ahora no se puede traspasar.
Foto de Enrique, del blog Milerenda |
Pues resulta que en la Batalla de Muret (1213), entre las tropas cruzadas y las de Felipe
II de Francia, murió el rey Pere II
de Aragón y su hijo Jaume I fue
apresado por los templarios. En ese momento Jaume I era un niño de 9 años que
no tuvo más remedio que crecer y ser educado por los templarios en el castillo
de Monzón. Ya de adulto, los templarios le ayudaron a conquistar Mallorca,
Valencia y Murcia y él, agradecido, les regaló diversas propiedades y autorizó
la apertura de esta puerta que, a través de la muralla, conducía hasta la
residencia templaria (construida entre 1246 y 1248 por el comendador Pere Gil).
La residencia de los templarios estaba formada
por el desaparecido Convento (que ocupaba las calles Ataülf, Princesa de
Sobrediel, Avinyó y bajada de Cervantes) y la capilla, que todavía se conserva
(en la calle Ataülf, 4). Pero con el paso del tiempo los templarios fueron
perdiendo fuerza e influencia en Barcelona hasta llegar a desaparecer.
Antigua capilla de los templarios (Ataülf, 4) |
A finales del siglo XIV y, por orden de la
Reina Leonor, la capilla de los templarios pasó a formar parte del Palacio de
esta reina (esposa de Pere IV de Aragón) que quería un Palacio para ella sola.
Ahora, en este edificio ya no hay templarios ni reinas que vayan a rezar. Es la
Iglesia de la Victoria y pertenece a los jesuitas.
Puerta de la que fue la capilla templaria |
Cuando acabamos con las explicaciones y las
fotos decidimos que era hora de descansar un poco y tomarnos unas cañas aunque
aún tuvimos tiempo de ver un par de callejones más. De hecho, están uno frente
al otro en ambos lados de la Baixada de
Sant Miquel. Son la calle del Pou Dolç y el Pasaje del Crédito.
La calle del Pou Dolç es otro callejón
sin salida cerrado por una verja que tiene una cometa como decoración. La
historia de esta calle es bastante macabra ya que aquí es donde el verdugo, en
la edad media, montaba su particular mercadillo con los restos de los
sentenciados a morir. Tras la ejecución, él mismo les cortaba las extremidades
(pies, manos, dedos, etc) y las vendía en el callejón. Sus clientes,
principalmente eran brujas y brujos de la ciudad que se proveían de los restos
para elaborar sus pócimas. Pero también había ciudadanos y ciudadanas normales
que creían en las virtudes mágicas y curativas de los despojos de los
sentenciados.
Pou Dolç |
Antes de pasar por esta calle llevé al grupo a
la Plaza del Rey para enseñarles lo que antiguamente había sido la vivienda del
verdugo. Actualmente es una gran puerta de vidrio que hay entre el Museo de
Historia de la Ciudad y la capilla de Santa Ágata. En la edad media era un
espacio entre las paredes de la muralla. Y tuvo que vivir allí porque los
ciudadanos no le querían dentro de la ciudad y al Consell de Cent le sabía mal
ubicarlo extramuros. Por lo tanto, se buscó una solución intermedia y se
decidió que no viviría ni dentro ni fuera de la ciudad, sinó entre las paredes
de la muralla.
En este espacio, entre las paredes de la muralla vivía el verdugo |
Frente a la reja del Pou Dolç tenemos la del Pasaje
del Crédito. En este caso se trata de un pasaje cubierto en las zonas de
entrada y salida que van a dar a las calles Baixada de Sant Miquel y Ferran.
El orígen de su nombre se debe a que las
viviendas que hay a su alrededor fueron promovidas por la Sociedad Catalana
del Crédito.
Fue construido entre 1875 y 1879 por el
arquitecto Magí Rius i Mulet en el espacio donde antiguamente se encontraba el Convent
de l’Esperança y, como buena construcción de finales del siglo XIX que es,
abunda el uso del hierro en la ornamentación.
Pasaje escrito con G (Pasage). Esto lo volveremos a ver en la ruta |
Lo primero que nos llamó la atención del
pasaje es un bajorelieve con una imagen de Hermes en la entrada por la Baixada
de Sant Miquel (y no es el único que hay) que formará parte de la futura II
ruta de los cazadores de Hermes.
Ya dentro del pasaje y, concretamente en el
número 4, hay una placa que indica que en ese edificio nació el pintor Joan
Miró en el año 1893. Actualmente, la casa de Miró es el Hotel Rialto.
También, en el número 3 había una tienda de
decoración de interiores (algo realmente nuevo en Barcelona) al estilo de las
que había en Londres, París y Roma.
Como curiosidad y, para acabar con este
pasaje, resulta que aquí se filmaron algunas escenas de la película
"Salvador" como si los Puig Antich vivieran aquí, lo cual no es
cierto ya que su vivienda se encontraba en el Passatge de l’Ensenyament.
Llegados a este punto, cansados y sedientos,
hicimos un alto en el camino y nos sentamos en un bar de la calle Ferran a
reponer fuerzas.
Después del descanso retomamos el camino hacia
la calle del Beato Simón de Rojas. Para empezar, les diré que hay dos
versiones sobre la identidad del Simón de Rojas al que hace referencia este
pequeño callejón. La primera es que era un monje trinitario del siglo XVI, la
órden a la que pertenecía la Iglesia de la Trinidad, que estaba ubicada en la
calle Ferran, 28 (justo donde ahora está la Iglesia de Sant Jaume). La segunda versión aduce al orígen judío del
fundador de la Iglesia de la Trinidad, un tal Simón Sajor (nombre y
apellido hebreo que, curiosamente, es Rojas leído al revés y su traducción al
castellano sería “hombre negro”).
Calle del Beato Simón de Rojas |
A favor de esta segunda teoría tenemos que la
antigua iglesia de la Trinidad estaba ubicada en el límite del Call y fué
fundada por una cofradía de judíos conversos sobre la sinagoga menor.
En el año 1492, con la expulsión de los
judíos, el edificio fue cedido a unas monjas que levantarón allí su convento
hasta que, en 1522, los Trinitarios se quedaron el convento. Casi un siglo más
tarde (1619), el Consell de Cent autorizó la ampliación de la iglesia cerrando
este callejón (que se encontraba detrás del ábside). Fue en ese momento que se
construyó el crucero y el actual presbiterio.
Puerta inutilizada de la Iglesia de St Jaume que da a la calle Simón de Rojas |
Ahora, la iglesia que hay en la calle Ferran,
28, es la de Sant Jaume. Inicialmente se encontraba en la Plaça Sant Jaume pero
en 1823 fue derribada para reformar la plaza y trasladarla a la Iglesia de Santa
Mónica. Luego, en 1835, se trasladó de
nuevo al emplazamiento actual de donde no se ha movido más.
Interior de la Iglesia de Sant Jaume |
Y de la calle del Beato Simón de Rojas nos
dirigimos hacia la Plaza Real para detenernos en el Pasaje Bacardí. Pero la
historia de este pasaje lleno de imágenes de Hermes la explicaré en la próxima
entrega de la ruta.
Pasaje Bacardí desde la Plaza Real |
Hay mas leyendas sobre la calle Beato Simon de Rojas, una que yo viví de primera mano.que acabó con el reparto de una ollita llena de monedas de oro medievales entre los paletas y el propietario de un bar cercano y otra sobre el hallazgo de numerosas piezas de plata como candelabros y piezas no muy especificadas por los vecinos a resultas de las obras en los sótanos de joyería hubicada entre Ferran y Simon de Rojas....dicen que fueron tapiadas durante los años de la guerra, pero podrían ser mas antiguas ¿y si fueran para protejerlas de un pogromo medieval?....
ResponderEliminarVaya tela! que bueno! yo sólo conozco la olla de monedas de oro de la que sale l'Arc de Sant Marí :D. Te quedaste alguna monedilla?
Eliminar¿Y tu recibiste alguna de las monedas? A mi me habría encantado tener alguna
EliminarCaray con lo de las monedas!! Me hubiera encantado si no tocarlas, al menos verlas.
EliminarMadre mia Roser! qué bien explicado todo y que rápidez. Y ahora que pongo yo? jajaja. Buenísimo, buenísimo, sin palabras. La mejor guía :).
ResponderEliminarUn beso!
Gracias, pues lo qeu tu viste. Que tu entrada fur buenísima. Por cierto, he tenido que mangarle a Enrique la foto de la puerta templaria porque no hice ninguna y no tenía con que ilustrarla! Jaja.
EliminarDime si quieres alguna! yo tengo de todas. Me mandas un correo con las que quieras.
Eliminarfantastica roser!
ResponderEliminargrans explicacions i molt ben redactat. veus jo no tinc aquesta faceta de explicar i escriure be... :D
petons!
A canvi tu tens un do amb la fotografía. Fas unes fotos boníssimes.
EliminarMuy bien Roser!
ResponderEliminarQué curioso y macabro que la calle Pou Dolç fuera el mercadillo del verdugo... hay que ver que tiempos!
Un beso
Magnífico post. Días después de la salida sigo aprendiendo cosas.
ResponderEliminarBesos
Me ha encantado (y me refiero al hecho histórico de saber donde se realizó. No penséis que soy un psicópata!! jejeje) lo de la venta de miembros de los ejecutados en la calle del pou dolç.
ResponderEliminarConocía el hecho que antiguamente se pensaba que tenían propiedades milagrosas, curativas o simplemente de fortuna. La gente también robaban zapatos y ropa de los ejecutados. Por no decir de restos de sogas o maderas de la horca.
Bien! ¿para cuando la parte III? Neus ha sido más rápida ahora! ;)
¡Besos!
Jaja. Esta vez ella ha sido veloz! Yo lo tengo escrito y pendiente de colgar. Per eso lo haré mañana.
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