“Los restos mortales
del prestigioso gastrónomo y restaurador catalán Ramón Cabau fueron despedidos
ayer por miles de comerciantes y clientes del popular mercado barcelonés de la
Boquería”.
Así, con estas palabras, se relataba desde el diario El País (03/04/1987) la afectación que la muerte de este personaje había provocado en los clientes y trabajadores del mercado. El día
anterior (2 de abril) se había celebrado su funeral, motivo por el cual la
Boquería quedó desierta. Vendedores y compradores pararon la actividad y
salieron a la Rambla para despedir al féretro con flores, aplausos y un minuto
de silencio. Luego emprendió la marcha hacia el cementerio de Montjuïc, donde fue enterrado.
La Vanguardia, 03/04/1987 |
Esa misma semana (el 31 de marzo), Cabau se presentó en la
Boquería para vender algunos de sus productos tal como solía hacer con regularidad,
solo que esa vez se le veía más apagado de lo habitual. Al menos, eso dijeron
los testigos. De todos modos, repartió flores, habló con unos y con otros… Y
cuando estaba frente a la parada de setas de su amigo Llorenç Petràs, entregó
una carta para su amigo, que en ese instante se hallaba ausente. Luego, se paró en un bar para pedir un vaso de
agua porque decía que no se encontraba bien. Acto seguido, tomó el agua, se tragó
una pastilla y, a los pocos segundos, cayó desplomado muriendo casi al
instante. Entonces aún nadie lo sabía pero se había suicidado con cianuro.
Cuando Petràs pudo leer la carta, Cabau ya estaba en el suelo.
Pero… ¿Quién era Ramón Cabau y por qué era tan querido por
la gente del mercado? Si retrocedemos en el tiempo, veremos que nació en Lleida
en 1924 y que llegó a Barcelona licenciado en farmacia (aunque años más tarde también
se licenciara en Derecho y peritaje agrónomo) para empezar su trayectoria
laboral en la farmacia de la calle Gignàs. Farmacia que todavía se conserva y cuyo rótulo en la fachada “la Botica de la Corona”, indica que en tiempos remotos fue proveedora de la familia Real.
Justo en la misma calle estaba el restaurante Agut (y ahí sigue) que dirigía Agustí Agut. Ramón se casó con una de las hijas del dueño y, en 1961, abrió su propio restaurante (Agut d’Avinyó), sito en la calle Trinidad esquina con Avinyó, que acabó siendo tanto o más famoso que el restaurante de su suegro.
Justo en la misma calle estaba el restaurante Agut (y ahí sigue) que dirigía Agustí Agut. Ramón se casó con una de las hijas del dueño y, en 1961, abrió su propio restaurante (Agut d’Avinyó), sito en la calle Trinidad esquina con Avinyó, que acabó siendo tanto o más famoso que el restaurante de su suegro.
Restaurante Agut (imagen de la izquierda) y calle Trinidad (a la derecha), donde se encontraba el Agut d'Avinyó regentado por Ramón Cabau |
Desde que l’Agut d’Avinyó fue inaugurado, Ramón se convirtió en
cliente fijo de la Boquería, lugar al que acudía vestido de forma llamativa (las chaquetas
estrechas, el sobrero y la pajarita eran algunos de los elementos habituales en
su indumentaria) y acabó por convertirse en una celebridad del mercado. Tras
dejar el restaurante (en 1984), para dedicarse al cultivo de verduras y
hortalizas en su finca de Canet de Mar, continuó vinculado a la Boquería pero transformado
en proveedor.
Dicho esto, se entiende perfectamente que la gente del mercado le profesara tal
devoción y que, por eso, la calle que da acceso a la entrada principal se llame Ramón Cabau.