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Grabado con la imagen de Perot lo lladre |
Perot lo lladre era un bandolero catalán del siglo XVII nacido en Oristà (en la comarca de Osona). Actualmente, cuando pensamos en bandoleros nos viene a la mente la imagen de Curro Jiménez; ese bandolero, del siglo XIX, que no existió en realidad sino que fue un personaje de ficción basado en la vida de un andaluz que se llamaba Andrés López.
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Sancho Gracia como Curro Jiménez |
Perot Rocaguinarda (ese era su nombre verdadero) vivió 200 años antes que Andrés López y fue coetáneo de otro famoso bandolero catalán: Joan de Serrallonga, más famoso que Perot lo Lladre por la forma en que fue detenido, procesado y cruelmente torturado hasta morir en el año 1634. En cambio, Perot Rocaguinarda jamás fue torturado ni nada parecido pero sí que fue muy buscado por la justicia.
En el siglo XVII los bandoleros de la época se agrupaban en dos bandos distintos y enfrentados: los Nyerros y los Cadells. Perot formaba parte de los Nyerros, que eran bandoleros y campesinos de clase media que defendían los territorios de la pequeña nobleza, mientras que los Cadells defendían la alta nobleza.
Como todo bandolero que se precie, siempre iba acompañado de su cuadrilla que estaba formada por Joan Gili “Janot”, Jaume Alboquers “l’escolanet de Polinyà” y Gabriel Galí “Barceló”. Juntos atemorizaron buena parte de Catalunya entre los años 1603 y 1611. De hecho, en 1610 se plantó en Vic con 200 hombres, asedió la ciudad y mató a sus perseguidores.
Ese mismo año, el duque de Monteleone solicitó un indulto para el bandolero que fue denegado. Perot hacía tiempo que prefería ese indulto a tener que ir a servir al rey y el duque lo sabía. Por eso pidió el indulto. Tiempo después, el arzobisbo de Tortosa (Pedro de Manrique) fue quien consiguió el perdón del bandolero con la condición que marchase a Nápoles, con su tropa, para servir al rey. Allí terminó haciendo lo mismo que en Cataluña pero al servicio de la monarquía; es decir, robar, saquear y matar por orden real hasta su muerte, en 1635.
El bandorelo Perot lo Lladre aparece en el Quijote de Cervantes con el nombre de Roque Guinarte. Lo hace en la segunda parte de la novela, en los capítulos 60 y 61 donde se cuenta la llegada de Don Quijote a Barcelona y su encuentro con los bandoleros catalanes. Una parte muy distinta al resto ya que lo que aquí se cuenta son hechos reales mientras el resto de la historia es pura fantasía. En la novela, Roque Guinarte acompaña a Don Quijote y Sancho Panza a la ciudad y escribe a sus amigos de Barcelona pidiendo ayuda para el caballero y su escudero.
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Entrada de Don Quijote en Barcelona |
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Don Quijote en Barcelona |
En Barcelona hay una pequeña calle que lleva su nombre. Es un callejón cerrado con verja muy cercano a la Plaça del Pi. Según parece, cuando Perot visitaba Barcelona se alojaba en un par de palacios propiedad de las familias Pinós y Maldá, que se encontraban justo en ese enclave y por eso el callejón lleva su nombre.
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Carrer de Perot lo Lladre |
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Galerias Maldá, ubicadas en el antiguo palacio del mismo nombre |
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También hay una leyenda que relaciona la Iglesia del Pi con Perot lo Lladre. Según la historia, hubo un sacerdote de esta iglesia que una vez hizo una misa sin la ayuda de monaguillo. Por lo que parece, esta falta era un pecado bastante grave y cuando el sacerdote murió fue castigado a vagar por el Purgatorio, de donde no podría salir a no ser que realizase una nueva misa con la ayuda de un monaguillo. Por eso, cada medianoche, el fantasma del sacerdote se aparecía ante el altar mayor de la iglesia y repetía tres veces seguidas la siguiente frase: "¿Quíén me ayudará?"
Cada noche se repetía la misma historia. Llegaba el fantasma, se aposentaba ante el altar mayor y pronunciaba la misma frase tres veces seguidas con voz llorosa. La gente del barrio empezó a tener miedo y a encerrarse en casa en cuanto oscurecía para evitar toparse con el fantasma. Una de esas noches, Perot lo Lladre se metió en la iglesia para esconderse de sus perseguidores sin saber que allí había un fantasma. Apareció a las doce en punto y, como cada noche, pidió ayuda. Perot, al oirlo respondió de inmediato: "¡Yo os ayudaré!".
Dicho esto, fantasma y bandolero se pusieron juntos a celebrar la misa. Cuando acabaron, el sacerdote bendijo al bandolero y le dijo “Que Dios te lo pague y te haga bueno”. Luego el fantasma se fue al cielo ya que al celebrar la misa con un ayudante pudo salir del Purgatorio. Y Dios recompensó a Perot por su buena obra y lo transformó en un hombre de bien dejando la vida de ladrón y salteador.
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Interior de la Iglesia del Pi, lugar donde aparecía el fantasma del sacerdote |